El sábado 20 de junio, poco después que Oriol Junqueras contra-programara la conferencia de previamente había anunciado Artur Mas, el president pidió a la ANC, Òmnium, la AMI y a los centenares de entidades adheridas al pacto nacional para el derecho a decidir que diesen un paso más allá y propusieran una lista los más transversal y unitaria que fuera posible conseguir para ganar las próximas elecciones plebiscitarias, a celebrar el 27 de septiembre del presente año.... ¡Dentro de noventa días!. El lunes siguiente, el presidente fué entrevistado en TV3 y se refirió nuevamente a su petición, para clarificar y justificar -¡una vez más!- la propuesta de marras.
Lo cierto es que la nueva propuesta de Artur Mas, a pesar que ahora va dirigida a la sociedad civil y no a los partidos independentistas, en el fondo es la misma que anunció meses atrás, después del éxito cosechado en la consulta celebrada el 9 de noviembre del año pasado. Aboga por presentar una lista unitaria para evidenciar ante la opinión pública nacional e internacional el caracter inequívocamente plebiscitario de la próxima convocatoria electoral. Pero esta propuesta ya fué rechazada tanto por la CUP -de forma absolutamente previsible-, como por ERC -de forma verdaderamente decepcionante-. Ahora, se ha reabierto un debate que ya se había cerrado y que amenaza confrontar el mundo soberanista entre los partidarios y detractores de la lista independentista única y transversal....
Vaya por delante que soy un convencido partidario y firme defensor de hacer la lista unitaria. Pero que apoye la propuesta de Artur Mas no es excesivamente significativo. ¡Más bien, nada significativo!. Entiendo y comparto las razones expuestas por él y me parecen estimulantes -¡y ciertamente invencibles!- los posibles resultados que obtendría caso de presentarse una candidatura de estas características y potencia.... Por tanto, no comparto ni el fondo ni sobretodo las formas esgrimidas por ERC y su líder Oriol Junqueras, al rehusarla. No creo que el número de escaños obtenidos por al menos tres listas soberanistas fuera superior a los que posiblemente sumarían la lista unitaria. ¡Al contrario!. Entre otras razones dado el caracter plebiscitario de la convocatoria. Cuando los ciudadanos hemos de decidir a favor o contra la independencia no debiéramos de elegir entre más o menos estado del bienestar, entre derechas o izquierdas o priorizar o no el eje social por encima de cualquier otro. Estas y otras muchas cuestiones ya serán objeto de un profundo debate cuando hayamos conseguido llegar a Ítaca, no antes. Ahora queremos conseguir la independencia para poder administrar todos los recursos e instrumentos que ahora se van a Madrit y se quedan en sus manos, sin que podamos disponer de ellos libremente. Entre el 28 de septiembre y el día de la independencia el govern habrá de ser de concentración, no de confrontación y por tanto, serán en las siguientes elecciones donde tendremos que dirimir qué, como, cual y porqué queremos la independencia. Será entonces cuando los partidos se podrán pelear tanto como quieran para arañar un puñado de votos....
Ya sé que mi opinión no vale para nada, por ello me atrevo a hablar sin tapujos. ERC y Oriol Junqueras están mostrando el lado más calculador, egoísta y envidioso que adorna su partidismo -¡exacerbado!, actualmente-. Quieren derrotar CDC y substituir el liderazgo de Artur Mas para alcanzar la hegemonía en el escenario político de la futura Catalunya libre. Para conseguirlo no escatiman esfuerzos ni maniobras. Priorizan el enfrentamiento derecha-izquierda por encima de la independencia. Contraponen -sin darse cuenta- el eje social al soberanista. Se acercan a las formas y maneras de PODEMOS o de Ada Colau demostrando el complejo de inferioridad ideológico que les atenaza. Si Artur Mas anuncia que hará una conferencia para efectuar un anuncio importante, inmediatamente ERC organiza otro acto protagonizado por Oriol Junqueras para poder así contra-programar el show de CDC. Dan argumentos inverosímiles para justificar su rechazo a la lista unitaria, tales como que separados sumaremos más.... ¡Excusas de mal pagador!. Calculadores, egoístas, envidiosos y exageradamente partidistas. Así se comporta ERC en estos tiempos históricos para Catalunya. ¡Pero todo ello es legítimo....!.
Tal vez si que sea legítimo. Lo que pasa es que ahora no es conveniente. No conseguiremos la independencia si no renunciamos -¡todos!- a las menudencias y mezquindades políticas propias del partidismo cotidiano. No es bueno que Artur Mas vaya haciendo propuestas sin encomendarse ni a dios ni al diablo, por más atractivas que pudieran resultar. Ni pensar que como és el líder del proceso y sufre el ensañamiento del Estado español, todo el mundo ha de estar con él incondicionalmente. . Pero tampoco es bueno que se rechacen sistemáticamente todas las propuestas que se hacen porqué las han hecho ellos y no nosotros, o imitar y menospreciar todo lo que hace o dice el president porqué yo quiero ser el líder y tengo las manos limpias y él no..... Por encima de todo , no olvidemos que la independencia es un medio, un instrumento para mejorar las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales de los ciudadanos catalanes. La independencia no es un fin en si mismo. De la misma manera, la independencia no se suplica, se toma. No se puede utilizar como una herramienta partidista, para alcanzar más poder político o para ganar elecciones.
En nuestro caso, ¡siempre, siempre, siempre! se ha de recordar que la independencia nos la hemos ganado los ciudadanos catalanes. ¡Nosotros hemos luchado por ella, la hemos exigido y la hemos apoyado incondicionalmente!. Millones de voces la hemos pedido año tras año y serán nuestros votos los que aran realidad nuestro objetivo. Por tanto, no permitiremos que las miserias de unos pocos frustren las esperanzas y anhelos de muchísimos. La independencia es nuestra, no de Artur Mas, ni de Oriol Junqueras, ni de David Fernandez o Quim Arrufat, ni de Jordi Sánchez, ni de Muriel Casals, ni de Josep Maria Vila d'Abadal, a título personal. La independencia es patrimonio colectivo de siete millones y medio de personas.... favorables o contrarios a ella. Pero es de todos, no de unos cuantos.
Lo cierto es que la nueva propuesta de Artur Mas, a pesar que ahora va dirigida a la sociedad civil y no a los partidos independentistas, en el fondo es la misma que anunció meses atrás, después del éxito cosechado en la consulta celebrada el 9 de noviembre del año pasado. Aboga por presentar una lista unitaria para evidenciar ante la opinión pública nacional e internacional el caracter inequívocamente plebiscitario de la próxima convocatoria electoral. Pero esta propuesta ya fué rechazada tanto por la CUP -de forma absolutamente previsible-, como por ERC -de forma verdaderamente decepcionante-. Ahora, se ha reabierto un debate que ya se había cerrado y que amenaza confrontar el mundo soberanista entre los partidarios y detractores de la lista independentista única y transversal....
Vaya por delante que soy un convencido partidario y firme defensor de hacer la lista unitaria. Pero que apoye la propuesta de Artur Mas no es excesivamente significativo. ¡Más bien, nada significativo!. Entiendo y comparto las razones expuestas por él y me parecen estimulantes -¡y ciertamente invencibles!- los posibles resultados que obtendría caso de presentarse una candidatura de estas características y potencia.... Por tanto, no comparto ni el fondo ni sobretodo las formas esgrimidas por ERC y su líder Oriol Junqueras, al rehusarla. No creo que el número de escaños obtenidos por al menos tres listas soberanistas fuera superior a los que posiblemente sumarían la lista unitaria. ¡Al contrario!. Entre otras razones dado el caracter plebiscitario de la convocatoria. Cuando los ciudadanos hemos de decidir a favor o contra la independencia no debiéramos de elegir entre más o menos estado del bienestar, entre derechas o izquierdas o priorizar o no el eje social por encima de cualquier otro. Estas y otras muchas cuestiones ya serán objeto de un profundo debate cuando hayamos conseguido llegar a Ítaca, no antes. Ahora queremos conseguir la independencia para poder administrar todos los recursos e instrumentos que ahora se van a Madrit y se quedan en sus manos, sin que podamos disponer de ellos libremente. Entre el 28 de septiembre y el día de la independencia el govern habrá de ser de concentración, no de confrontación y por tanto, serán en las siguientes elecciones donde tendremos que dirimir qué, como, cual y porqué queremos la independencia. Será entonces cuando los partidos se podrán pelear tanto como quieran para arañar un puñado de votos....
Ya sé que mi opinión no vale para nada, por ello me atrevo a hablar sin tapujos. ERC y Oriol Junqueras están mostrando el lado más calculador, egoísta y envidioso que adorna su partidismo -¡exacerbado!, actualmente-. Quieren derrotar CDC y substituir el liderazgo de Artur Mas para alcanzar la hegemonía en el escenario político de la futura Catalunya libre. Para conseguirlo no escatiman esfuerzos ni maniobras. Priorizan el enfrentamiento derecha-izquierda por encima de la independencia. Contraponen -sin darse cuenta- el eje social al soberanista. Se acercan a las formas y maneras de PODEMOS o de Ada Colau demostrando el complejo de inferioridad ideológico que les atenaza. Si Artur Mas anuncia que hará una conferencia para efectuar un anuncio importante, inmediatamente ERC organiza otro acto protagonizado por Oriol Junqueras para poder así contra-programar el show de CDC. Dan argumentos inverosímiles para justificar su rechazo a la lista unitaria, tales como que separados sumaremos más.... ¡Excusas de mal pagador!. Calculadores, egoístas, envidiosos y exageradamente partidistas. Así se comporta ERC en estos tiempos históricos para Catalunya. ¡Pero todo ello es legítimo....!.
Tal vez si que sea legítimo. Lo que pasa es que ahora no es conveniente. No conseguiremos la independencia si no renunciamos -¡todos!- a las menudencias y mezquindades políticas propias del partidismo cotidiano. No es bueno que Artur Mas vaya haciendo propuestas sin encomendarse ni a dios ni al diablo, por más atractivas que pudieran resultar. Ni pensar que como és el líder del proceso y sufre el ensañamiento del Estado español, todo el mundo ha de estar con él incondicionalmente. . Pero tampoco es bueno que se rechacen sistemáticamente todas las propuestas que se hacen porqué las han hecho ellos y no nosotros, o imitar y menospreciar todo lo que hace o dice el president porqué yo quiero ser el líder y tengo las manos limpias y él no..... Por encima de todo , no olvidemos que la independencia es un medio, un instrumento para mejorar las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales de los ciudadanos catalanes. La independencia no es un fin en si mismo. De la misma manera, la independencia no se suplica, se toma. No se puede utilizar como una herramienta partidista, para alcanzar más poder político o para ganar elecciones.
En nuestro caso, ¡siempre, siempre, siempre! se ha de recordar que la independencia nos la hemos ganado los ciudadanos catalanes. ¡Nosotros hemos luchado por ella, la hemos exigido y la hemos apoyado incondicionalmente!. Millones de voces la hemos pedido año tras año y serán nuestros votos los que aran realidad nuestro objetivo. Por tanto, no permitiremos que las miserias de unos pocos frustren las esperanzas y anhelos de muchísimos. La independencia es nuestra, no de Artur Mas, ni de Oriol Junqueras, ni de David Fernandez o Quim Arrufat, ni de Jordi Sánchez, ni de Muriel Casals, ni de Josep Maria Vila d'Abadal, a título personal. La independencia es patrimonio colectivo de siete millones y medio de personas.... favorables o contrarios a ella. Pero es de todos, no de unos cuantos.