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divendres, 28 de març del 2014

¿CHOQUE DE TRENES?. IMPOSIBLE.

La oposición de los populares sobre la independencia de Catalunya está derivando en puro exabrupto. La ignorancia que impregna su discurso contra el soberanismo raya la zafiedad. Sobrepasa peligrosamente la agresividad verbal, para devenir con suma rapidez como vulgar amenaza e incluso en violencia física. Lo cual agudiza la sensación de fiasco y profunda indignación entre la ciudadanía, que asiste perpleja a los denodados y continuos intentos absolutamente irresponsables de manipulación de los principios de justicia, así como la violación de los derechos políticos, económicos y sociales del pueblo catalán, totalmente despreciados por el poder fáctico español; intentos que derivan en simple catalanofobia. Apelan continuamente a una presunta división y confrontación en el seno de la sociedad catalana, por otro lado inexistente, para amedrentar y coaccionar el soberanismo e imponer una falaz carga de culpabilidad sobre él. Y de paso impulsan y propician sin éxito por el momento, enfrentamientos entre los ciudadanos, con el propósito de justificar futuras intervenciones agresivas e incluso violentas de los aparatos represores -y vengadores- del Estado español contra Catalunya. Ultrajan y vituperan a políticos y partidos catalanes, y también asociaciones y líderes de la sociedad civil que defienden el derecho de autodeterminación y la independencia, para debilitar y destruir la fuerza y legitimidad del soberanismo democrático. De ello pueden dar fe, entre otras, ÒMNIUM CULTURAL, Assemblea Nacional Catalana o la Associació de Municipis per la Independència, y sus principales representantes Muriel Casals, Carme Forcadell y Josep Mª Vila d'Abadal respectivamente, los cuales sufren la persecución de las jaurías meta-judiciales y para-policiales lanzadas contra ellos por el nacional-españolismo más ultramontano que actualmente rige y acaudilla este Estado. No se cansan de amenazar, manipular e insultar con el vano objetivo de intentar desactivar el imparable proceso iniciado en Catalunya en pos de la cada día más cercana independencia. Y en tal envite utilizan todo tipo de armas legales, alegales o ilegales. A saber: primero y sobre todo, la inmutable y marmórea Constitución española como si de un garrote se tratara, y una interpretación retorcida de la misma a cargo de un Tribunal Constitucional cuyos magistrados a menudo se comportan como leales y sumisos militantes de partido, bien en calidad de populares o bien de socialistas. La última hazaña de esta deslegitimada institución ha sido anular una declaración política aprobada por el Parlament. Y lo ha hecho así para dar cobertura y munición a los argumentos del unionismo españolista ante el debate a celebrar el próximo 8 de abril, en el cual se pide el traspaso de competencias del Estado a Catalunya para convocar un referéndum. Al previsible no ya anunciado por los partidos nacionales, se une ahora el rotundo no del TC. Por cierto, pronunciamiento de anti-constitucionalidad adoptado con suma premura antes de la presentación de la recusación de tres magistrados del Alto Tribunal, incluyendo el presidente ex-militante del PP, impulsada por el parlamento catalán. También destaca sobremanera la inquina demostrada por la judicatura, en su concepción más castellanista y nacional-católica que puede imaginarse, contra la lengua catalana, los centros educativos, los directores de los colegios públicos, contra el mundo académico, pedagógico y lingüístico, contra el catalanismo político y contra la Generalitat. En definitiva, contra el sentido común. No andan a la zaga los burdos intentos de desinformación, o directamente difamatorios que se prodigan con tanta generosidad en la prensa escrita, en radio y televisión de ámbitos estatales, dominadas por la cada vez más influyente y nociva Caverna Mediática madrileña.

Es sin embargo en la vertiente política donde el partido conservador español muestra su auténtica naturaleza. Los principios que hace suyos y las características más espeluznantes que configuran su ideología, delatan una formación política atípica... y peligrosa. Cuando desde Catalunya se plantea el ejercicio del derecho de autodeterminación, inmediatamente, como un resorte, saltan y responden con una rotunda, apasionada y reiterada negativa: ¡No, no y no!.  Para fundamentar su oposición utilizan argumentos sumamente peregrinos. Que la constitución no lo permite; que las leyes lo impiden; que el estado de derecho lo imposibilita; que la nación catalana no existe ni es sujeto político; que España es la nación más antigua de Europa y del mundo mundial; que Catalunya nunca ha sido formalmente un reino y por tanto, no ha sido independiente; que si patatim, que si patatam. Ahora, los populares recurren a la agonía y muerte de Adolfo Suárez y utilizan hipócritamente su figura y su obra para "reivindicar el amor a España y pedir a Mas que olvide la consulta". Lo hacen después de haber denigrado, crucificado y lapidado política y socialmente al expresidente del Gobierno de España, arriesgado piloto de la transición y en opinión de algunos patriotas españoles, culpable de alta traición a la Patria al cual debía negarse el pan, la sal e incluso la paz en la Santa Misa. "Los casos de Catalunya y Escocia son distintos, incomparables", afirman con tanta contundencia como estulticia. Mientras, Margallo proclama que: "El proceso catalán tiene un paralelismo absoluto con Crimea". ¡Válgame Dios!. Además, según denuncia José Antic, ex-director de La Vanguardia, "miembros del PP presionan para que se ilegalice la ANC". Por su parte, el sindicato ultraderechista Manos Limpias en calidad de máximo inquisidor de España, interpuso una querella criminal contra Artur Mas por desobediencia y sedición, querella desestimada por el TSJC y vuelta a presentar ante el Supremo. Y ahora, ¡oh casualidad!, este mismo sindicato acusa a la ANC por incitar a la sedición, insta la ilegalización de la Assemblea ante la fiscalía general del Estado y acusa a Carme Forcadell, presidenta de la misma, de traición y malversación de caudales públicos. Recordemos que la Assemblea se financia exclusivamente con las aportaciones de socios y simpatizantes. Manos Limpias: Una auténtica apoteosis a la cual España le ríe las gracias...

¿Como es posible que la derecha española -en realidad derechona- cometa tales desaguisados y promueva este tipo de actuaciones tan estrafalarias?. La respuesta es fácil. Estamos ante una derecha carca, hiper conservadora, tributaria del añejo establishment franquista y deudora en aspectos económicos, burocráticos, ideológicos y familiares, de un glorioso pasado -y presente- nacionalista de raíz castellana, históricamente imperialista y sensibilidad absolutamente antidemocrática. Así se desprende de las declaraciones que continuamente hacen sus máximos dirigentes; además de similares manifestaciones efectuadas por algunos de sus destacados simpatizantes -en realidad, cómplices- y muchos de sus asociados mediáticos. La última muestra la ha ofrecido Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso. Aseguró que "es igual que se quiera imponer la voluntad (popular) por la violencia o por las urnas....". ¡Y se quedó tan ancho, el hombre!. Ningún popular ha salido al paso de estas declaraciones. No han sido ni matizadas, ni rectificadas. Cabe deducir que el partido Popular equipara violencia con votos. Dictadura con democracia. El típico ordeno y mando, el atávico autoritarismo hispano, incluso la sangrienta dictadura franquista, sus antecedentes y secuelas, son absolutamente democráticos a ojos de un buen español como don Alfonso. Y pedir votar en referéndum la independencia de una nación pacífica y democrática como Catalunya es... ¡antidemocrático!. ¡Manda güevos!, que diría el expresidente del Congreso, Federico Trillo. Este mismo personaje, Alfonso Alonso, que parece buscar febrilmente que alguna agencia de calificación -S&P, por ejemplo- le conceda la tercera A (de Antidemócrata), señala el catalanismo político como nacionalismo radical, mientras interpela a las huestes unionistas instando a que no tengan miedo, a la vez que persiste machaconamente en las tesis aznaristas sobre la tan deseada -por ellos- división y enfrentamientos a provocar en la sociedad catalana. "Se muy bien como actúa el nacionalismo radical (¿español, tal vez?) sobre la paz, como acaban divididas las familias, los amigos... Como se crean dos sociedades: una que puede hablar (¿se refiere a la española?) y otra que quieren que calle (¡la catalana!). Quieren dos sociedades: una que manda (España, ¡una, grande y libre!) y otra que obedece (¡Catalunya!). Y estas son las dos sociedades que quiere Artur Mas -es decir, Rajoy, Camacho, Alonso...-". ¡Y dos huevos duros!, que diría Marx (Groucho).

Entre tanto, la policía secreta española se pasea discretamente por las cercanías de la sede nacional de Convergència Democrática de Catalunya, partido de Artur Mas. Al ser detectados por la policía catalana -los mossos d'esquadra-, justifican su presencia por estar en una misión de vigilancia sobre un caso de delincuencia organizada. Los cuerpos de seguridad españoles se ocupan de investigar la delincuencia organizada con más 4000 efectivos -y creciendo día a día-, desplegados a lo largo y ancho de toda Catalunya, bajo las órdenes de la virreina Llanos de Luna. Dada la elevada presencia del CNP en el Principado, no resulta extraño que les pasara por alto la celebración del 33er. aniversario del golpe de Estado, auspiciado por la familia Tejero en la sede del GRS nº 1 -Grupo de Reserva y de Seguridad-, ubicado en Valdemoro (Madrid), cuyo mando ostentaba precisamente el hijo del golpista Tejero. No tenían suficientes efectivos desplegados por el territorio español como para detectar tal reunión que debería acongojar a los auténticos demócratas españoles -que sí existen-, ya que se hallaban concentrados en Catalunya. Por tanto, es lógico que el Ministerio del Interior no se enterara de nada, como ocurre siempre. Por cierto, el ágape consistió en una lucida y apetitosa paella cocinada y servida por números de la benemérita, así como una exhibición de material y vehículos de la unidad policial anfitriona, para solaz de la concurrencia. La asistencia de numerosos integrantes de la gloriosa asonada del 81, aparentemente ¿fallida?, dió una cálida pátina de rancio patrioterismo a tan memorable evento. Los fastos se prolongaron durante varias horas, lo que facilitó la labor de los periodistas más vivarachos que acabarían dando pábulo y publicidad a la efemérides, alertados por algunos beneméritos guardias civiles hartos de hacer de camareros, cocineros y de sufrir abusos y humillaciones, para beneficio de su avispado jefe.

Aquellos que temen un choque de trenes entre España y Catalunya, permanezcan tranquilos. En realidad, lo que ocurrirá es un cruce de trenes que discurren por vías paralelas en direcciones opuestas. España y Catalunya se alejan ya la una de otra, a gran velocidad. Una viaja en AVE, casi sin control, desbocada; al borde del descarrilamiento. Catalunya marcha en un moderno tren, a media velocidad pero segura; tiene el destino claro y fijado de antemano, al cual arribará puntualmente cargada de ilusión y renovadas esperanzas. Con seguridad, autoconfianza y firmeza... Puntualizando a Margallo, el proceso catalán no se parece en nada al de Crimea, pero el Gobierno de España si parece gobernado al modo Putin. Por la cara. Por las vísceras. Por redaños. ¡Porque me dá la gana!. ¡Porqué sí!. Y especialmente, ¿porqué no?. La actuación española guarda un paralelismo absoluto con la actuación rusa. Y el proceder catalán es más parecido al quebequense o al escocés. Solo queremos ejercer la democracia en paz y libertad. Solo deseamos la independencia de nuestra nación, Catalunya. A pesar del Tribunal Constitucional... ¿Como no vamos a querer la independencia, ante los modos y maneras que se (las) gastan la España popular ahora y la socialista después?.






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