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divendres, 13 de desembre del 2013

FALTA DE ÉTICA, INMORALIDAD POLÍTICA: CAMACHO Y MÉTODO 3.

La Audiencia de Barcelona ha decidido archivar la investigación iniciada con motivo del espionaje que Método 3 hizo sobre Alicia Sánchez-Camacho en el restaurante La Camarga, puesto que la popular perdonó -reiteradamente- a la agencia de detectives, previo pago de 80.000 euros como compensación por el honor supuestamente mancillado. Lo cual ocasiona que sea improcedente proseguir las actuaciones judiciales, ya que la señora en cuestión ha solicitado expresamente el archivo de las mismas. Así concluye este rocambolesco episodio, cuya protagonista principal se rasgó dramática y públicamente las vestiduras, llegando incluso a formular graves acusaciones indiscriminadas contra la Generalitat y contra la policía catalana, a pedir dimisiones y asunción de responsabilidades políticas, exigir comparecencias parlamentarias de miembros del govern, de la oposición y del primero que pasará por allí, a la vez que amenazaba con querellarse contra todos aquellos que opinaran o hicieran público el contenido de la grabación de marras.

Con este archivo, Alicia Sánchez pretende ocultar la verdad de lo acontecido. Se silenciará la responsabilidad del propio PP cuando presuntamente se dispuso a urdir una sucia trama difamatoria contra la familia Pujol. Se encubrirá la participación de la delegación catalana del PSOE en este turbio asunto. Se tapará el papel jugado por Jorge Moragas (PP) y José Zaragoza (PSOE) en este inmundo negocio. Se enmascarará el aparente conocimiento y consentimiento de la mismísima señora Camacho sobre la grabación, y la utilización del material obtenido para fabricar dossieres e informes absolutamente mendaces contra la familia Pujol y el president Artur Mas, que posteriormente serían convenientemente filtrados a la prensa amiga por funcionarios supuestamente adscritos al SUP y a los servicios de información del CNP, bajo responsabilidad política del Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, casualmente afiliado también al PP. En definitiva, una vulgar escaramuza de la guerra sucia desatada por Madrit en defensa de la sagrada unidad de la Patria y contra los democráticos anhelos de independencia de la mayoría de catalanes. Una de las menos gloriosas y pútridas gestas políticas que las cloacas del Estado han ejecutado contra millones de ciudadanos catalanes, ansiosos de libertad y plena soberanía. Gesta que en opinión de Pedro J. Ramirez (El Mundo) sirvió para retorcer e influir sobre el resultado de las elecciones catalanas celebradas ya hace más de un año.

Alicia Sánchez-Camacho y el Partido Popular han fracasado -una vez más- en este vano intento de ocultar la falta de escrúpulos políticos y bajeza moral que tan a menudo demuestran en sus actuaciones y decisiones cotidianas. El contenido de la conversación es de dominio público. También es conocida la participación de conservadores (y progresistas) nacional-españolistas en esta obscena maniobra política anticatalana. Así como la utilización partidista y sectaria que ha hecho y hace la formación de la señora Camacho y el señor Rajoy, presidente del Gobierno de España, de aquellos funcionarios públicos, en este caso miembros de la policía española, que se hubieran prestado a ello. Es vergonzosa la filtración del panfleto desestabilizador y antidemocrático a la prensa cavernaria madrileña, utilizada impunemente por la derecha española más ultramontana como altavoz propagandístico y martillo de herejes. Pero por encima de todo, lo peor que puede atribuirse a ambos personajes es la falta de ética y moralidad democráticas que evidencia el partido bajo su dirección, que hoy gobierna manu militari el Estado español; y la facilidad con la cual los actuales gobernantes populares eluden los compromisos electorales adquiridos con los votantes que ingenuamente confiaron en ellos y en el programa electoral que ofertaron en las pasadas elecciones; transmutado, por cierto, en claramente reaccionario en el presente.

El Partido Popular y muchos de sus actuales dirigentes (incluyendo algunos históricos) carecen de ética, son amorales e indecentes por los actos y decisiones que hacen y toman. Y a menudo mienten tanto como respiran. A Dios gracias, en democracia esto tiene fácil solución: basta con que los ciudadanos recobren el sentido común y el buen juicio y dejen de votar a un partido que está dirigido por unos personajes que más parecen actores de una infame película de la serie negra (los bellacos), que protagonistas (los héroes) de un drama realista como el que actualmente sufre el Estado Español. Crisis o drama que solo con auténticos y sólidos principios democráticos y toneladas de honradez y decencia, logrará ser resuelto positivamente. Caso de no hacerlo así, el Estado Español se hundirá irremisiblemente en el abismo de la irrelevancia política y la mediocridad económica y social.

Esperamos que antes que ocurra  tal catástrofe, todos los ciudadanos nos hayamos zafado de tanta corrupción, falta de ética e inmoralidad políticas como la exhibida hasta ahora por partidos e instituciones de todo el Estado Español. Y para los catalanes, que el Partido Popular y Sánchez-Camacho no sean más que un mal recuerdo de tiempos pasados, sucios y truculentos pero felizmente superados gracias a la deseada independencia de nuestra nación, Catalunya. 

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