Todo lo que ocurre en España desgraciadamente afecta de lleno a Catalunya y los catalanes. Nos afecta y nos perjudica. El mal funcionamiento de la judicatura española, de la policía, de la fiscalía o de la política y políticos en general y de los partidos nacionalistas españoles en particular, nos arrastra a todos dentro de un montón de corrupción y barro que da auténtico asco. Dicen que en España hay separación de poderes y que la democracia y el estado de derecho españoles son envidiados en todas partes, a pesar de ser unas afirmaciones que de ridículas y falsas hacen llorar y reír al mismo tiempo.
Si nos fijamos en una de las instituciones que debería ser modelo de ética y principios como es la Justicia, entonces el susto es monumental. Hay jueces y magistrados que se ganan a pulso que la gente no les respete cómo deben respetarse los togados que imparten justicia. En España esto ocurre muy a menudo sobre todo en la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, repletos como están de jueces bastante peculiares. ¡Incluso pasa en el mismísimo Constitucional!. Me reafirmé en esta opinión siguiendo el juicio presidido por Marchena contra los líderes independentistas y la incansable persecución del juez Llarena contra los exiliados. Maniobras inverosímiles para que no se pudiera rebatir las mentiras depuestas por los "piolines" durante la bestial actuación que tuvieron durante y después de los hechos del 1 O, o impidiendo que los defensores hicieran su trabajo cortándoles la palabra, o impidiendo que se mostraran los vídeos que refutaban el relato mentiroso de policías y guardia civil, son unos ejemplos de las anomalías hechas por Marchena y el TS. En cuanto a Llarena y sus trapicheos pidiendo la extradición de Carles Puigdemont así como otros exiliados en Bélgica, Alemania, Italia y no sé donde más retirándolas a continuación al serle denegadas, pasarán a la historia del trabajo jurídico hecho con mala baba y mal por un penoso juez en activo de cualquier estado del Mundo.
Si hablamos de la policía y sus inventos expuestos en las instrucciones contra el independentismo, esto ya sobrepasa cualquier medida de manipulación policial. Suposiciones, mentiras y fabulaciones sin límites ni mínima vergüenza expuestas en los atestados acusatorios. Todo para conseguir que fiscales afinadores y jueces prevaricadores construyeran un relato absurdamente inverosímil. Que si 10.000 soldados dispuestos a ayudar a Cataluña, que si espías rusos operando a favor de la independencia.... ¡Una auténtica locura!.
Lo cierto es que ahora se han cargado el fiscal general del estado en esta lucha sin cuartel que mantienen contra otras instituciones y poderes del estado, singularmente contra el presidente del gobierno, Pedro Sánchez y el poder ejecutivo. Investidos como salvadores de la patria con toga están asediando a su esposa, su hermano y la fortuna de su difunto suegro en un totum revolutum adornado con casos de presunta corrupción de algún ex ministro, ex-colaboradores del partido y otros personajes cercanos a socialistas poco cuidadosos en su devenir.
Todo ello dibuja una especie de golpe de estado judicial y policial para echar a un presidente que se atrevió a ganar una moción de censura con el apoyo de catalanes y vascos ante un partido de derecha extrema condenado como organización criminal creada para delinquir y con innumerables miembros populares que pasan sus mejores días dentro del trullo condenados por ser corruptos. Condenas que continuarán presumiblemente próximamente en otros juicios que se adivinan en el inmediato horizonte.
Los socialistas y otras izquierdas no abrieron boca cuando los independentistas denunciaron la lawfare de la judicatura y policía españolas. Entonces ya les iba bien esa persecución anticatalana. Pero la lawfare española no tiene freno. Ahora están pagando su silencio en su propia piel.
La democracia en España es tan frágil que se está resquebrajando aceleradamente sin posibilidad de detener este desbarajuste. La extrema derecha extrema española se han apoderado de la judicatura, la policía, muchos medios de comunicación, todos los políticos de derechas así como algunos de izquierdas, infectando a todas y cada una de las instituciones españolas.
¿Cómo acabará todo esto? Chi lo sa!. Pero no pinta muy bien para los demócratas de este malogrado estado.
Por todo esto, es cada día más urgente que los catalanes nos rearmemos y huyamos piernas ayudarme de este estado que o bien acabará como una dictadura de inspiración franquista o en un enfrentamiento civil de consecuencias imprevisibles. Si no lo hacemos, acabaremos pagándolo nosotros..... ¡Como siempre!
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