Si verdaderamente queremos conseguir la libertad para Cataluña, la independencia, no podemos fiarlo todo a una negociación que nunca hasta ahora, ha logrado los resultados que necesitamos imperativamente. España sabe que negociando puede dilatar y amortiguar ad infinitum los anhelos de la mayoría de catalanes. Ya ha pasado antes, por ejemplo con la mesa de negociación pactada con ERC, que sólo ha logrado que en tres años se haya reunido tres veces sin ningún tipo de acuerdo que pueda considerarse como un paso adelante para la resolución del conflicto político. El indulto o el cambio del código penal han sido parches que no han detenido la represión ni han propiciado ningún referéndum.... ¡La mesa no ha servido ni para jugar al parchís!. ¡Un auténtico fiasco!.
Ahora volver no a una sino a tres o cuatro mesas de negociación -una mesa de partidos catalanes, otra con JUNTS, una con ERC y la de gobiernos- es marear la perdiz y que nos sigan levantando la camisa indefinidamente para siempre. ¡No!. Con España no vale la pena negociar. Lo que debemos hacer es plantear y comunicar nuestras condiciones e intenciones y actuar en función de la respuesta recibida. Y hacerlo con la unidad total de los independentistas, con un solo objetivo y una voz. La mesa de negociación será útil una vez conseguida la independencia para pactar el reparto de activos y pasivos del estado, no antes.
Así pues, mi apuesta es clara. Sólo la DUI nos traerá la independencia. Jugar con las cartas marcadas de España es no querer la independencia. Es querer mantener indefinidamente el anhelo independentista adormecido para conseguir la hegemonía partidista, mejoras autonómicas y todo el pescado en el cesto que el estado nos permita pescar..... ¡Nada más!.
Pero realizar la DUI requiere coraje. Y exige valentía. Es necesario hacerla, defenderla a cualquier precio y desarrollarla sin dudas ni vacilaciones. Todo esto exige sacrificios, movilizaciones masivas, ocupar calles y plazas, desobediencias ciudadanas generales y capacidad de afrontar la violencia física pero también política y administrativa que sin duda desplegará el Reino de España. Haciendo todo esto dentro de un marco de no violencia y manteniendo intactos los principios democráticos que caracterizan a nuestro movimiento, sólo así podremos conseguir la deseada libertad de Catalunya.
Habrá detenciones, persecución policial, guerra sucia, lawfare, violencia y represalias de todo tipo.... Nada que no hayamos sufrido ya desde que pronto hará 15 años se inició todo el proceso soberanista de Catalunya. Es así como sabe responder el estado español.... Dialogando con las pistolas sobre la mesa. Tal y como hicieron los franquistas cuando se negoció la Sagrada Constitución Española.
De aquellos polvos estos lodos. Y yo no quiero seguir rebozado con el barro de una Constitución en la que no tenemos cabida.