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divendres, 8 de setembre del 2023

ESCRIBO TAL COMO LO PIENSO.

A raíz de la irrupción de Alianza Catalana en las recientes elecciones municipales como primera fuerza en la ciudad de Ripoll, se ha desatado un encendido debate sobre la supuesta condición de partido de extrema derecha y xenófobo atribuida a dicha formación. Ciertamente no hay muchas dudas de hacia dónde se decanta AC. Tiene metidos entre ceja y ceja a los inmigrantes, en particular a los musulmanes, la religión, el habla y la cultura musulmanas, supongo porque es la más numerosa en su población. La excusa que utiliza para justificar su obstinación identitaria la sostiene en la delincuencia que genera el colectivo, en el aprovechamiento que hacen de las prestaciones sociales municipales y autonómicas, que dice disfrutan muy por encima de las que reciben los autóctonos, en la incapacidad de adaptarse al modo de vida de los catalanes, a la lengua y la cultura, a la sociedad catalana en general y a la discriminación que sufre la mujer musulmana.

Es por tanto indiscutible que AC, aunque se proclama independentista, es una formación de extrema derecha y marcadamente xenófoba e intolerante. Sin embargo, sus mensajes y postulados obtienen significativas adhesiones entre la ciudadanía, hasta el punto de que muchos supuestos demócratas  independentistas se muestran dispuestos a apoyarla si llegado el caso decide confeccionar una lista electoral y presentarse a unas hipotéticas elecciones al Parlament de Catalunya .

La memoria de la gente, en cuanto al pasado histórico individual y también colectivo, no diré que sea  igual de escasa que la de un pez aunque a veces lo parece.

Si miramos un poquito hacia atrás veremos que casi todos tenemos inmigrantes en nuestro árbol genealógico. Sobre todo andaluces, murcianos, gallegos o aragoneses. ¡Incluso castellanos!. Si, claro,  muchos también tenemos antepasados catalanes.....La única diferencia que existirá con los actuales es que los del futuro tendrán antepasados en Venezuela, Italia, Gambia, Argentina, Rumanía, Marruecos, Ecuador, Ucrania, Pakistán o China. Todos sus descendientes serán tan catalanes como nosotros. Y seremos de la misma nueva cultura y por tanto todos compondremos la sociedad catalana de entonces. Todos tendremos los mismos derechos y deberes. Si nos esforzamos hablaremos la misma lengua, siempre que la defendamos entonces tan enconadamente como hacemos ahora. Defender la lengua catalana promoviéndola y expandir nuestra cultura no es cosa del pasado o del presente, será también cosa del futuro. Porque hacer este trabajo es para siempre. Por toda la eternidad, por más corta que ésta fuera.

Quienes exigen "regularizar" la inmigración en realidad están hablando de discriminar según el origen, religión o raza de los recién llegados. Porque ya está regularizada con suficientes normas estatales y europeas. Incluso encerrándolos en verdaderos campos de concentración.... Por tanto, lo que de verdad dicen es que no quieren que nos invadan más extranjeros. Están diciendo que no quieren mezquitas  porque somos cristianos. Están diciendo que quieren oír tocar las campanas de la iglesia y no la llamada a la oración del almuédano cinco veces al día. Están diciendo que la delincuencia y la violencia son cosas de la inmigración, no de los autóctonos. Están diciendo que nos roban puestos de trabajo y prestaciones sociales a pesar de que han huido de la miseria de sus países y por tanto son más desvalidos y pobres que el más pobre del país.

"Regularizar" no impedirá que sigan llegando extranjeros a nuestro país, con y sin papeles. Por tanto, nuestro trabajo debe consistir en ayudarles a la integración dentro de nuestra sociedad, no  discriminarlos ni rechazarlos. Vale, siempre llegarán personas dispuestas a delinquir, a robar. Siempre habrá alguien que no quiera integrarse. También habrá violentos y maltratadores entre los recién llegados. Pero si hay delincuentes, que el peso de la justicia caiga sobre ellos. Si discriminan a la mujer, denunciémoslos. Si son violentos y roban, encarcelémoslos. Pero no generalicemos en todo el colectivo estos delitos y este talante porque es injusto hacerlo. Pensemos que nadie se va forzadamente de su país si no es para mejorar su vida y de sus familias. En realidad han sido expulsados de su casa debido a la miseria, a la corrupción de su país. También a raíz de las injusticias que sufrían y de la violencia y  guerras que les rodeaban. Por tanto, lo que debemos hacer es acogerlos para que trabajen y se ganen la vida decentemente. Nuestro trabajo es hacer que lleguen a respetar nuestra sociedad, nuestra cultura, las costumbres y que ellos hagan las aportaciones necesarias para que la sociedad y la cultura evolucione, avance, se fortalezca y expanda. Si lo consiguen y se integran con plenitud en la sociedad catalana habremos ganado a unos compatriotas que defenderán la tierra que les da de comer y les permite vivir tal y como lo hemos hecho desde siempre los catalanes de cualquier origen, de ayer, de hoy y de mañana.

Es por eso que votar a partidos xenófobos, fascistas o racistas es votar la involución y la  autodestrucción de una nación. En nuestro caso, de Cataluña y del catalanismo.

Lo escribo tal y como lo pienso...... 

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