Oriol Junqueras ha publicado un artículo en el diario ARA y el portal digital de La Sexta donde expone su opinión sobre la posibilidad de la concesión de indultos para los presos políticos, a la vez que aprovecha la ocasión para efectuar unas reflexiones sobre la inviabilidad de la vía unilateral como herramienta para conseguir la independencia.
Desde Madrid siempre se ha pedido que los líderes políticos encarcelados deben mostrar una especie de arrepentimiento cristiano sobre todo lo que sucedió en 2017, acompañada de autocrítica, renuncias ideológicas y el olvido de los compromisos electorales adquiridos por los presos y exiliados, porque dicen que no tienen cabida dentro de la legalidad estatal ni del marco constitucional español. Todo ello con objeto de reforzar las leyes y normas vigentes aplicadas arbitrariamente contra los independentistas para que no vuelvan a incurrir en ningún tipo de acto supuestamente delictivo o inconstitucional, bién sea inventado o real. Asimismo se puso en marcha una causa general contra el independentismo qué, hasta la fecha y de la mano de la fiscalía afinadora y la policía patriótica, ha llevado a más de tres mil catalanes ante la peculiar justicia española. Aparte, se ha imputado a decenas de altos cargos de la Generalitat, así como alcaldes, concejales y ciudadanos de la sociedad civil ante al ilegítimo Tribunal de Cuentas español, con el objetivo de arruinar civilmente a familias, personas y esquilmar patrimonios independentistas. Naturalmente, todo ello acompañado de la inevitable propaganda mediática cavernaria nacional-españolista más rampante que se haya visto nunca y del boicot económico-financiero contra empresas y ejecutivos catalanes patrocinado por el IBEX 35, impulsado y ejecutado por el gobierno español a base de chantajes, presiones y amenazas, por cierto acciones todas ellas borbònicamente bendecidas por Su Majestad.
¡Oriol Junqueras ha claudicado, hete aquí!. Siempre he sostenido que mantener el lider de una formación política cautivo en prisión es poner las opiniones y decisiones del partido y del condenado en manos de sus carceleros. Se conoce como padecer el síndrome de Estocolmo. Hacer autocrítica está muy bien pero la otra parte también debe hacerlo. Y esto por el momento no ha ocurrido ni ocurrirá. Pedir perdón por haber puesto urnas convocando a la gente para que decida su futuro en referèndum es renegar de la democracia y dar una coartada a aquellos que sí deberían disculparse y auto-inculparse por los excesos de toda clase cometidos desde octubre de 2017. Es reconocer que has cometido un delito cuando no es cierto. Es invitar a que todo el mundo renuncie y se autocensure por lo que hicimos. Es desvirtuar los dias 1, 3 y 27 de octubre. Justificar el indulto como mal menor es legitimar la represión, los porrazos, el robo de urnas y papeletas, la violencia policial, política y judicial desatadas desde entonces por el Estado. Renunciar a la unilateralidad es aceptar, someterse y hacer o decir todo lo que impongan ilegítimamente las autoridades españolas; es contradecir los compromisos electorales adquiridos y despreciar a los electores que te apoyan y que te han votado.
España utilizará el indulto para blanquear la represión policial, la violencia, la injusticia empleadas contra los catalanes y para dañar la estrategia ganadora que se está desplegando desde el exilio, lo cual pone en evidencia el talante escasamente democrático del Estado español. En cambio, la renuncia a la unilateralidad servirá para reforzar la estrategia represora, avalar la ilegalidad cometida por todas las instituciones españolas y reforzar la imposibilidad de ejecutar el derecho de autodeterminación, tal y como torticeramente interpretan su Constitución y sus leyes. Siempre lo hacen, por cierto, de forma restrictiva, castradora, excluyente e imponiendo unilateralmente sus políticas encendidamente nacional-españolistas contra Cataluña y los catalanes.
Es perfectamente comprensible que todas estas reflexiones, con respecto a los presos políticos, se vean diluidas u oscurecidas por el deseo de libertad y sed de justicia que alberga todo prisionero. Y más si lo son por causas políticas. Por ello cuentan con todo mi calor y simpatía. Pensemos que la condena la sufren directa y personalmente ellos pero también las parejas, hijos, nietos, padres, hermanos, el resto de la familia, los amigos y todos los conocidos y saludados que pueda imaginarse. Por lo tanto, todo aquello que pueda representar un alivio ante esta injusta situación es absolutamente comprensible y prioritario para los secuestrados. Por esta misma razón un preso jamás ha de ostentar el liderazgo de ningún partido o institución nacional, ni ninguna responsabilidad en una negociación política que se entable entre las partes en litigio. Mantener este liderazgo encarcelado es someterlo a los intereses de los verdugos. Los cuales condicionarán, presionarán y amenazarán para controlar las decisiones del secuestrado en su propio beneficio, a cambio promesas y subterfugios de aliviar magnánimamente la pena del condenado.
En fin, la renuncia de la vía unilateral de Oriol Junqueras afortunadamente sólo le afecta a él, aunque sea asumida por la cúpula de su partido, siempre esperando que sea aceptada y confirmada por los militantes de la formación y por el resto de electores. Por otra parte, el indulto es algo personal, particular, que atañe exclusivamente al beneficiario de la gracia real, no al resto de represaliados. Ambas circunstancias pero, en cuanto al movimiento secesionista, sólo hacen que afianzar y estimular las convicciones de independencia y republicanismo de los catalanes y las ansias de alcanzarlas lo antes posible.
Por lo que se refiere al grueso del independentismo estas renuncias y estos indultos tendremos que ponerlos en la misma cesta en que pondremos la cacareada mesa de diálogo cuando fracase: en la papelera de la historia, como diría un buen cupaire. El resultado respecto a la independencia, será negativamente neutro.... en ambas circunstancias.
Al fin y al cabo la amnistía, el referéndum de autodeterminación e incluso la unilateralidad son asuntos absolutamente prioritarios para la mayoría de catalanes hasta alcanzar la independencia..... ¡No así el acto de contrición de Oriol Junqueras!. El cual, por supuesto, tiene toda mi -¡nuestra!- comprensión y simpatía, extensibles al resto de presos, exiliados, represaliados y perseguidos políticos. Que son demasiados, muchos......
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