La otra formación capital del independentismo son JxCat. Ciertamente tienen la ventaja de que su líder no está en la cárcel. Se encuentra, sin embargo, exiliado en Bélgica. Quizá podríamos decir que esta circunstancia, por sí misma, ya es motivo de enfrentamiento soterrado entre partidos. No es lo mismo disfrutar de libertad de movimientos y de palabra, aunque sea en el extranjero, que permanecer secuestrado por aquellos a los que acabas de facilitar la formación del gobierno del Estado, como le pasa a Oriol Junqueras, sin poder hacer nada que no esté permitido por el régimen penitenciario que te encorseta.
En su día los seguidores de ambos líderes ya se criticaron mutuamente porque uno marchó y el otro se quedó exponiéndose a ser detenido y encarcelado como al fin y al cabo acabó pasando. Aquel gesto heroico de Oriol Junqueras y los consejeros que siguieron su ejemplo se ha demostrado como un grave error que actualmente están -¡estamos! - pagando todos. Confiar que en España se respetaría la independencia judicial, que la policía y la fiscalía actuarían con honestidad y profesionalidad dejando de lado el patrioterismo nacional-católico característico del franquismo genético que impregna las instituciones españolas, que se respetaría la separación de poderes, que prensa y periodistas -cavernarios o no- antepondrían ética y profesionalidad por encima de vísceras y sectarismo y que el gobierno del Estado no osaría violentar ninguna línea roja de las que enmarcan los principios universalmente aceptados de democracia, justicia, derechos y libertad, esto era confiar demasiado ..... ¡Esto era de una ingenuidad abrumadora!.
La elección del exilio se ha demostrado como la más acertada. Pero esto no quiere decir que las cosas se hayan hecho todas bien desde JxCat, a pesar del indudable éxito conseguido con la denuncia e internacionalización de las carencias judiciales que se sufre España. JxCat es una formación confeccionada por personalidades independientes y el PDCat, partido surgido de las cenizas de la extinta Convergencia Democrática de Cataluña. ¡Y esta es la otra madre del cordero!.
Confundir deliberadamente CDC con JxCat es el principal reproche que recibe la formación de Carles Puigdemont. Desde el mundo independentista y desde el mundo españolista, no importa. Unos los tachan de independentistas sobrevenidos y oportunistas y otros como herederos del partido fundado por el demonio Jordi Pujol. Para los unos son la encarnación del autonomismo reconvertido en independentismo pero con marcha atrás y mancillados por el estigma del 3% y para los otros unos camisa girada dispuestos a esconder las vergüenzas del pájaro en mano y del 3% convenientemente envueltos en la estelada.
JxCat no ha sabido distanciarse de la imagen de CDC entre otras cosas porque el PDCat no ha puesto las cosas fáciles. Entre los ex-CDC no hay verdadero liderazgo, hay muchas sensibilidades que empujan el partido hacia posiciones pasadas de tiempo y de moda y ciertamente parece que arrastra los pies hacia la independencia cuando deberían caminar erguidos, decididamente y con ligereza. Pero parece que el pasado es demasiado pesado. Y lo más grave es que tal vez sin quererlo no han conseguido que los otros partidos involucrados en la independencia hayan querido aproximarse más a ellos. Porque a pesar de que han pedido por activa y por pasiva listas conjuntas con ERC y las CUP para concurrir unidos a las elecciones, en realidad lo que querían es que los otros se sumaran a su lista para esconder sus debilidades históricas, ideológicas y electorales.
En tales circunstancias JxCat ha tenido una serie de actuaciones enfocadas más de cara a la galería y a las apariencias que de cara al cumplimiento e implementación de su compromiso electoral, es decir, hacer efectivo el mandato del 1 de octubre. Gesticulaciones estériles contra la justicia española, escenificación de enfrentamiento de medio pelo con el Estado y el gobierno españoles, desobediencias light y marchas atrás en defensa de la libertad de expresión y de derechos..... En definitiva gestos y declaraciones absolutamente inútiles, y auto-justificaciones y excusas de mal pagador a raudales. Todo esto ocurrido con el indisimulado menosprecio del socio de gobierno y de viaje hacia la independencia. ¡Todo ello con el evidente menosprecio de ERC!.
Ciertamente, tener detrás a ERC resoplando la nuca y delante los franquistas cerrando el paso y aporreando no ha puesto las cosas demasiado fáciles a PDCat. Y en consecuencia a JxCat .....
De las CUP no hace falta decir demasiadas cosas. También tienen imputados y exiliados en sus filas. La policía y la fiscalía también van "a por ellos". Y la judicatura los espera con los brazos abiertos. A pesar de todo siguen allí donde siempre han estado: en busca de la revolución perdida, que nunca acaban de encontrar ni hacer. Envueltos en la coherencia ideológica -¡eh!, de clase- y en posesión de la verdad verdadera y absoluta. Esclavos del mandato de la asamblea y sin comprometerse con los otros actores del drama independentista porque su compromiso es exclusivamente con las clases populares, no con los otros partidos soberanistas ni con el gobierno. Ni siquiera les importa mucho el conjunto de la sociedad que les da aire y comida.
¡Y así, a trompicones hasta aquí hemos llegado!.
SIGUE .....
En su día los seguidores de ambos líderes ya se criticaron mutuamente porque uno marchó y el otro se quedó exponiéndose a ser detenido y encarcelado como al fin y al cabo acabó pasando. Aquel gesto heroico de Oriol Junqueras y los consejeros que siguieron su ejemplo se ha demostrado como un grave error que actualmente están -¡estamos! - pagando todos. Confiar que en España se respetaría la independencia judicial, que la policía y la fiscalía actuarían con honestidad y profesionalidad dejando de lado el patrioterismo nacional-católico característico del franquismo genético que impregna las instituciones españolas, que se respetaría la separación de poderes, que prensa y periodistas -cavernarios o no- antepondrían ética y profesionalidad por encima de vísceras y sectarismo y que el gobierno del Estado no osaría violentar ninguna línea roja de las que enmarcan los principios universalmente aceptados de democracia, justicia, derechos y libertad, esto era confiar demasiado ..... ¡Esto era de una ingenuidad abrumadora!.
La elección del exilio se ha demostrado como la más acertada. Pero esto no quiere decir que las cosas se hayan hecho todas bien desde JxCat, a pesar del indudable éxito conseguido con la denuncia e internacionalización de las carencias judiciales que se sufre España. JxCat es una formación confeccionada por personalidades independientes y el PDCat, partido surgido de las cenizas de la extinta Convergencia Democrática de Cataluña. ¡Y esta es la otra madre del cordero!.
Confundir deliberadamente CDC con JxCat es el principal reproche que recibe la formación de Carles Puigdemont. Desde el mundo independentista y desde el mundo españolista, no importa. Unos los tachan de independentistas sobrevenidos y oportunistas y otros como herederos del partido fundado por el demonio Jordi Pujol. Para los unos son la encarnación del autonomismo reconvertido en independentismo pero con marcha atrás y mancillados por el estigma del 3% y para los otros unos camisa girada dispuestos a esconder las vergüenzas del pájaro en mano y del 3% convenientemente envueltos en la estelada.
JxCat no ha sabido distanciarse de la imagen de CDC entre otras cosas porque el PDCat no ha puesto las cosas fáciles. Entre los ex-CDC no hay verdadero liderazgo, hay muchas sensibilidades que empujan el partido hacia posiciones pasadas de tiempo y de moda y ciertamente parece que arrastra los pies hacia la independencia cuando deberían caminar erguidos, decididamente y con ligereza. Pero parece que el pasado es demasiado pesado. Y lo más grave es que tal vez sin quererlo no han conseguido que los otros partidos involucrados en la independencia hayan querido aproximarse más a ellos. Porque a pesar de que han pedido por activa y por pasiva listas conjuntas con ERC y las CUP para concurrir unidos a las elecciones, en realidad lo que querían es que los otros se sumaran a su lista para esconder sus debilidades históricas, ideológicas y electorales.
En tales circunstancias JxCat ha tenido una serie de actuaciones enfocadas más de cara a la galería y a las apariencias que de cara al cumplimiento e implementación de su compromiso electoral, es decir, hacer efectivo el mandato del 1 de octubre. Gesticulaciones estériles contra la justicia española, escenificación de enfrentamiento de medio pelo con el Estado y el gobierno españoles, desobediencias light y marchas atrás en defensa de la libertad de expresión y de derechos..... En definitiva gestos y declaraciones absolutamente inútiles, y auto-justificaciones y excusas de mal pagador a raudales. Todo esto ocurrido con el indisimulado menosprecio del socio de gobierno y de viaje hacia la independencia. ¡Todo ello con el evidente menosprecio de ERC!.
Ciertamente, tener detrás a ERC resoplando la nuca y delante los franquistas cerrando el paso y aporreando no ha puesto las cosas demasiado fáciles a PDCat. Y en consecuencia a JxCat .....
De las CUP no hace falta decir demasiadas cosas. También tienen imputados y exiliados en sus filas. La policía y la fiscalía también van "a por ellos". Y la judicatura los espera con los brazos abiertos. A pesar de todo siguen allí donde siempre han estado: en busca de la revolución perdida, que nunca acaban de encontrar ni hacer. Envueltos en la coherencia ideológica -¡eh!, de clase- y en posesión de la verdad verdadera y absoluta. Esclavos del mandato de la asamblea y sin comprometerse con los otros actores del drama independentista porque su compromiso es exclusivamente con las clases populares, no con los otros partidos soberanistas ni con el gobierno. Ni siquiera les importa mucho el conjunto de la sociedad que les da aire y comida.
¡Y así, a trompicones hasta aquí hemos llegado!.
SIGUE .....