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dissabte, 30 de novembre del 2019

¡ALLÁ ELLOS!.


Están bailando la música que toca la orquesta castellana. Les dicen qué deben escuchar, como lo han de bailar y hasta cuando tienen que hacerlo. Las parejas independentistas no saben qué hacer. No saben bailar. Y además, la música que suena no es la que más les place. Más bien les asquea. Esto, empero, no significa que no estén dispuestos a moverse al ritmo que marca la orquesta. ¡Bailan!. ¡Mal!. Pero hacen los saltitos y los giros de rigor que marca el director de la banda. Sin embargo, como no saben cómo se hace, van pisándose unos a otros con tanta frecuencia y ensañamiento que acaban sangrando.

Los poderes fácticos españoles quieren investir a un presidente de Gobierno que no dependa de los votos independentistas -tampoco quieren que Podemos entre al gobierno- pero los partidos independentistas quieren negociar la liberación de los presos, el regreso de los exiliados y la solución al conflicto mediante un referéndum de autodeterminación sobre las aspiraciones catalanas. Por eso lo que quieren -aunque no lo dicen abiertamente- es abstenerse, porque prefieren que el Gobierno sea progresista antes que conservador apoyado por fascistas.

Mientras tanto, el Gobierno en funciones socialista continúa implacablemente la ofensiva represiva contra el independentismo, persiguiendo y juzgando electos, promulgando leyes que recortan derechos -ahora en España se podran cerrar o intervenir los servicios informáticos sin mandamiento judicial-, o advirtiendo a quien quiera escuchar que se puede hablar de todo entre partidos -¡no de gobierno a gobierno!- menos del derecho de autodeterminación o de la amnistía. Y se activan nuevas euro órdenes, y se prohíben la apertura de delegaciones catalanas en el exterior, y se juzga al actual presidente de la Generalitat por desobediencia para inhabilitarle, y el Tribunal de Cuentas reclama al antiguo gobierno para que retornen un dinero que nunca se utilizó ni gastó para financiar el referéndum del uno de octubre, y continúa y se incrementa la censura y la persecución inquisitorial.....

¿De verdad quieren facilitar la investidura de un presidente y un Gobierno españoles que hacen exactamente lo mismo -yo me atrevería a decir que hacen mucho más de lo que hacía Rajoy y los populares- de lo que haría cualquier ultra-nacionalista español de ahora y de antes?. ¿De verdad tienen esperanzas de que hablando con los hidalgos españoles de hoy, soberbios y altivos como los de antes, podrán llegar a razonar y pactar nada positivo para Cataluña y los catalanes?.

¡Todo va hacia peor!. La represión no se detiene. Las alternativas que España ofrece siguen siendo juicios políticos, censura, recorte de derechos, policía y palos. ¡Incluso amenazan con ilegalizar las formaciones políticas independentistas!. La renacida Santa Inquisición sigue haciendo su trabajo contra los herejes catalanes. Los verdugos siguen aplicándoles el garrote vil virtual. Los poderes fácticos españoles están conduciendo el talante del futuro presidente y la política del futuro Gobierno hacia una verdadera venganza siciliana contra las legítimas aspiraciones soberanistas catalanas.

Y ERC y JxCAT bailan la música que toca la orquesta castellana, más los unos que los otros ciertamente, pero ambos bailan mientras esbozan una sonrisa en sus vacilantes rostros, complaciente y temerosa a la vez ..... Si todo sigue igual estoy convencido de que esta torpe pareja de baile se quedará sola haciendo ridículas eses y pisoteándose mutuamente los juanetes hasta que la sangre que derramen les haga resbalar aparatosamente, para acabar estirados absolutamente abatidos sobre el suelo.

¿Y con esta gente quieren sentarse a hablar de todo?. ¿O sólo quieren hacerse la foto para arañar unos cuantos votos en las próximas elecciones que serán necesariamente autonómicas si persisten en esta especie de danza macabra?. ¿No se dan cuenta que no detendrán la represión política, judicial y policial contra los catalanes?. ¿No se dan cuenta que no tienen nada para ofrecernos?. ¿No se dan cuenta que nunca querrán ofrecernos nada?. ¿No perciben que así en lugar de libertad conseguirán perpetuar la colonización de Cataluña?.

Se quedarán solos puesto que los independentistas no bailaremos la música castellana. Hace tiempo que no escuchamos los cantos de sirena que nos lanzan. De hecho, no acudiremos ni siquiera a la discoteca. ¡No se nos ha perdido nada allí!. Y además, no hay nada que buscar ni encontrar.....

Si es necesario, prescindiremos de ellos. Si nos lo exigen las circunstancias, continuaremos desobedeciendo y desafiando a las instituciones españolas. Si utilizan la violencia y la brutalidad nos defenderemos e incrementaremos la no violencia de nuestro movimiento de la forma más contundente y rotunda como seamos capaces de hacer. Pero ya no pondremos nunca más la otra mejilla para que nos continúen zurrando impunemente.

Si los partidos quieren hacer el paripé al nacionalismo español imperante, que lo hagan ellos.... ¡Allá ellos!. Nosotros estaremos demasiado ocupados luchando por nuestra libertad. Y por la libertad de los presos y exiliados políticos. Y por la libertad de los partidos que no bailen al son de la música de la metrópoli.

Nosotros sí que estamos dispuestos a luchar por la independencia de Cataluña. Pero bailar al son de la música castellana, jamás, nunca más!.







dilluns, 4 de novembre del 2019

QUIERO EXPLICAROS UN CUENTO, PRINCESA.....

Ahora que recibimos la visita de la familia real con la princesa de Girona y Asturias a la cabeza, quiero explicarle un cuento ..... a la niña, a su hermana y a sus augustos padres.

Había una vez un reino dentro del cual también había un principado más pequeño, más despierto y más próspero. Los aldeanos del pequeño país pagaban muchos impuestos pero lo que recibían a cambio no les complacía. Querían más caminos, más puentes, más carros y más barcos ya que el rey no se gastaba en ellos lo que necesitaban y correspondía, para mantener el comercio, para transportar las mercancías a los mercados o a las ferias de otros reinos. Querían jueces que hablasen su lengua y que impartieran verdadera justicia y guardias más cercanos que no les persiguieran y aporrearan tan a menudo y tan encarnizadamente sin justificación ni ningún tipo de razón. Querían que los pregoneros y bufones del reino no dijeran mentiras ni les insultaran o se burlaran de ellos. Y más cirujanos y boticarios y menos soldados y caballeros. También querían funcionarios que no les despreciaran y que no arrugaran la nariz ni hicieran muecas y malas caras cuando no se dirigían a ellos en la lengua hegemónica del reino. ¡Querían respeto y un trato justo!. Es decir, querían ser y sentirse dueños de su país para ser dueños de su destino y de su libertad ..... ¡Querían la república puesto que en realidad eran republicanos!.

Pero .... ¡ailás!. El rey y la corte del reino no querían oír hablar de derechos, ni de la libertad de un trozo de aquello que consideraban su reino particular, poblado por unos súbditos rebeldes y amantes de su tierra, de su lengua, de la libertad y que además no querían ser vasallos porque querían ser considerados como ciudadanos. Ni siquiera querían hablar ni negociar o pactar acuerdos con los plebeyos sin ninguna condición previa. ¡Pues no!. Con los indígenas nunca razonarían ni se acordaría nada que no fuera la rendición. Sólo imponían deberes y no reconocían derechos. Por eso no escuchaban ni parlamentaban con los díscolos porque hacerlo hubiera puesto en peligro su poder y privilegios, además de macular su honor y soberbia. De modo que pusieron en marcha un plan para aniquilar a los desleales habitantes del principado que osaban cuestionar la autoridad real y el reparto del oro del reino, así como el orgullo y los tesoros de todo tipo que habían acaparado a lo largo de su azarosa historia.

Procedieron a descabezar la revuelta, encarcelando a los líderes en las frías y tenebrosas mazmorras reales durante años o forzandolos a huir de su casa para buscar justicia y cobijo en otros países. Controlaron el dinero del principado estrangulando o aflojando el control de las finanzas según el capricho y voluntad de los cortesanos. Enajenaron el espíritu de las leyes para asustar y castigar vengativamente a aquellos enloquecidos malvados, que osaban criticar y exigir negándose a someterse y obedecer. El rey habló con los principales burgueses de la región y ordenó que trasladaran sus talleres e hicieran sus negocios fuera del principado, como castigo y para dañar la prosperidad y bienestar de los aldeanos. Enviaron mensajeros y embajadores a todo el mundo para impedir adhesiones y ayudas de otros países a la causa de la libertad. Y como si se tratara de una enloquecida jauría atizaron contra ellos toda su farragosa multitud de jueces, fiscales y policías, todos ellos encendidos patriotas, para asustar, castigar y aniquilar sin piedad ni cuartel a todo aquel que osara levantar las manos y hablar contra el rey, los cortesanos, los bufones del reino y contra las instituciones del reino en general .....

Por su parte la guardia real, celosa del buen hacer de la guardia del principado, acusó de traición y rebelión a su capitán y al resto de mandos para desprestigiar el cuerpo y poder poner sus garras sobre ellos para dañar su profesionalidad y buena reputación. Así pues, infiltraron guardias reales dentro de las escuadras del principado y exigieron que actuaran con la misma brutalidad que hacían los realistas contra los aldeanos alborotados. Y en un sesgo perverso, también infiltraron entre los ciudadanos sublevados guardias reales debidamente ataviados como ellos, para provocar que las escuadras cargaran con rabiosa furia contra la multitud de manifestantes, hasta entonces pacíficos pero desde entonces provocados y atizados por los violentos infiltrados realistas. Así consiguieron que los aldeanos hablaran mal y se alejaran decepcionados de las escuadras del principado y olvidaran las violentas trifulcas que la guardia había protagonizado contra ellos tiempo atrás, al tiempo que se esforzaban por reconquistar el principado a favor de la causa real. Y lo hicieron utilizando todas las armas a su alcance, tanto las limpias y legales como las sucias e ilegales.

Pero nada acaba saliendo como uno quiere, especialmente si lo que quiere es ilegítimo. El descabezamiento de los líderes no detuvo, sin embargo, a los rebeldes mayoritarios de la tierra sublevada, ni logró detener los objetivos de la deseada libertad y anhelada justicia que defendían. Además, los encarcelados y exiliados ​​fortalecieron principios y convicciones, contagiando su determinación a los sublevados. Y estos, ocuparon las calles y plazas de pueblos y ciudades para defenderse de la violencia desplegada por los guardias reales, para luchar a favor de los derechos y libertad, a la vez que no otorgaban confianza ni respeto y perdían el miedo a todos aquellos jueces y fiscales injustos e ilegítimos y por tanto indecentes. Mientras tanto, los burgueses y menestrales del país decidieron continuar trabajando en su tierra creando riqueza y prosperidad que ahora se quedaría dentro del principado para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos y no para el disfrute y enriquecimiento del rey y sus cortesanos. Y mantuvieron -¡y siempre mantendrán! - viva la lucha por la libertad hasta conseguir la independencia del país, para disfrutar de la prosperidad y felicidad que el rey y los realistas les hurtaban desde hacía al menos tres interminables y pesados ​​siglos.....

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.... ¡por ahora!

La futura reina de España puede sacar de este cuento sus propias enseñanzas y conclusiones. Yo he extraído las mías: La Historia nunca la escriben los que creen que han vencido si no los que acaban ganando de verdad. En el caso de Cataluña la lucha continúa ya que los que creen que están ganando en realidad ya han perdido. Porque las injusticias siempre pierden y la libertad y democracia  siempre gana. Al fin y al cabo, la Historia no se acaba nunca, como la lucha a favor de la independencia ..... ¡Que no es otra cosa que la lucha por la inalcanzable felicidad!