El supuesto de ERC aun es más desgarrador. Han defendido la independencia de Catalunya hasta la extenuación. Desde siempre de una forma contundente y prioritaria. Es por ello que desconfían de todos aquellos que no poseen un pedigrí limpio y pulcro como el suyo. Pero, ¡ailás!. Después de lo acontecido el mes de octubre de 2017 se han tornado más prudentes y comedidos de lo que seria deseable. El presidente del Parlament, Roger Torrent, impidió la votación de investidura de Carles Puigdemont al obedecer una orden del Tribunal Constitucional. Posteriormente no ha permitido que se tomara en consideración una iniciativa legislativa popular que exigía debatir e implementar la declaración de independencia aprobada el 27 de octubre de 2017. Puede que todo ello ERC lo haga como consecuencia de mantener intacto e inamovible el liderazgo formal de Oriol Junqueras, secuestrado y a la espera de una dura condena, liderazgo que se halla sometido al arbitrio de lo que dispongan sus carceleros. Un liderazgo que es convenientemente utilizado por los actuales y circunstanciales altos cargos de partido para esparcir prudencia, sentido común, cantidades mesuradas de sumisión, obediencia al Estado y a sus leyes y órdenes incluso si son arbitrarias, y pedir un pacto para convocar un referéndum de autodeterminación con aquellos que no quieren pactar algo que se le parezca ni de lejos. Y especialmente exhiben una cierta dosis de talibanismo izquierdoso, rozando el sectarismo. Ahora prefieren acercarse a Els Comuns y alejarse de JxCat y del PDCat como si fueran apestados por ser de derechas, a la vez que propugnan hacer políticas de izquierdas. ¡Incluso con el PSOE, que no ejerce como tal!. Coquetean con la reedición de un nuevo tripartito de izquierdas, por cierto fracasado antes de nacer. Por todo ello, parece que su prioridad ya no es la independencia de Catalunya sino alcanzar la hegemonía partidista de las fuerzas de izquierda dentro del movimiento independentista, Lo llaman ampliar la base soberanista o hacer políticas de izquierda realistas y por tanto, castradoramente autonomistas....
¡En fin!. Alguna cosa no cuadra cuando desde la filas nacional-unionistas españolas aplauden la ponderación, el realismo y la prudencia de un partido supuestamente independentista como ERC. ¿Lo hacen para remarcar las diferencias y ahondar la división existente con otros actores soberanistas?. ¡Si!. ¡Por supuesto!.
Las CUP se encuentran donde siempre han estado. Antes, durante y después del proceso independentistas. Son pura coherencia..... Pero desafortunadamente también son políticamente irrelevantes. De vez en cuanto lanzan algún político a la papelera de la historia o no se suman a la mayoría independentista que sustenta un gobierno el cual sin ellos queda en minoría y por tanto, en precario y en manos del unionismo. Su coherencia es tanta que van perdiendo hasta la camisa en todas las elecciones que se convocan. Pero lo más grave es que esta coherencia, este purismo formal debilita el movimiento independentista hasta el punto que ni ellos mismos deben desear. Ser asamblearios, de izquierdas e independentistas debe resultar demasiado oneroso para hacer política de verdad, no como la que se hace en los campus universitarios. No creo que el asamblearismo que rigió el destino de la revolución francesa, rusa o americana tenga nada que ver con el que practican las CUP. ¡El suyo no sirve para nada!. No sirve para hacer la revolución, la cual siempre queda pendiente. No sirve para mejorar las condiciones de vida de las clases populares, puesto que no todos somos okupas aunque todos tenemos necesidad de justicia y bienestar de forma inmediata. Ni sirve para la defensa de los derechos individuales o colectivos ya que solo sirve para manifestarse ante los juzgados o comisarias de policía para exigir la libertad de los compañeros detenidos ilegítimamente, o tal vez legítimamente..... Pero siempre acaban rindiendo cuentas ante un juez. Y tampoco sirve para conseguir aquello que podría removerlo todo: la independencia. ¡Eso si que sería una verdadera revolución!. Es lo que permitiría disponer de todos los recursos necesarios para mejorar la calidad de vida de todas las clases sociales, las populares, las medias e incluso las altas. Y la defensa de los derechos colectivos e individuales no dependerían del TC, o del Supremo. Lo mismo que la Audiencia Nacional, tambien conocida como TOP, de infausta memoria, que pasaría merecidamente a la papelera de la historia. Como pasaría con la policía patriótica y la guardia civil militar. También podríamos liberarnos de fiscales afinadores, jueces inquisitoriales y políticos como Rivera, Casado, Abascal y similares.....
El sueño de la independencia se está volviendo una verdadera pesadilla. Puesto que está ganado el divide y vencerás proclamado por el tirano Julio Cesar en su día y reutilizado ahora por su alter ego Aznar. Las formaciones políticas soberanistas se han contagiado del virus de la división que aviva el unionismo españolista. Ahora pacto con el PSC para arrebatar la alcaldía al PDCat o a ERC, tanto da. Ahora me acerco a Els Comuns para ampliar la base soberanista mientras empequeñece la independentista. Ahora no apoyo este partido porque es de derechas o de izquierdas. No me gustan las iniciativas del otro partido porqué son adversarios electorales. Ahora quiero obtener la hegemonía dentro del espacio soberanista, o mantener la poltrona, o no perder la mayoría, o..... ¡Bobadas!. ERC, PDCat y las CUP están siendo los tontos útiles del nacionalismo españolista. ¿No se dan cuenta que los unionistas se frotan las manos mientras atizan el enfrentamiento?. ¿No se percatan que mientras se envuelven en pleitos partidistas, ataques de cuernos y en discutir acerca de la inmortalidad del cangrejo de río o sobre el sexo de los ángeles, el unionismo está ganando -¡dilatando!- tiempo?. ¿No tienen presente que mientras nos debilitamos el unionismo continua implacablemente el trabajo de zapa que mina la economía, las finanzas, las empresas y los trabajadores catalanes y todo ello para hundir las ansias de libertad de todos los ciudadanos?. Ni ERC, ni PDCat ni las CUP son conscientes de la fuerza que tienen detrás suyo. Fuerza que les ha empujado hasta donde se encuentran ahora. ¿De verdad creen que han llegado hasta aquí gracias al impulso de unos pocos centenares de militantes fieles, sumisos y obedientes de cada uno de sus partidos?. No deberían olvidar los más de dos millones y medio -¡por lo menos!- de votantes que defendimos las urnas el 1 de octubre. Ni los centenares de miles que nos movilizamos el día 3 del mismo mes para secundar la parada de país. Y de los miles y miles que estábamos expectantes e ilusionados a la espera de la proclamación de independencia del 27 de octubre de 2017..... ¿Todo este capital es el que quieren dilapidar?.
La división se ha apoderado de las formaciones políticas independentistas. Por miedo, por impotencia, por desconcierto o por lo que sea. Pero su división no es nuestra división. ¡Antes al contrario!. Su pusilanimidad alienta el movimiento independentista. Ahora somos plenamente conscientes que con ERC, PDCat y las CUP no es suficiente. Somos millones los que estamos dispuestos a defender una república que no defienden ellos, defender una independencia que no se atreven a implementar ellos y liberar a los presos políticos y hacer regresar a los exiliados porque ellos, los aparatos de los partidos, no se atreven a desobedecer. Los actuales dirigentes independentistas empiezan a ser una molestia. Y cuando alguien molesta lo mejor que puede hacer es apartarse. !Y si no se aparta voluntariamente, lo apartaran involuntariamente!.
En caso contrario, los lirios se volverán lanzas. ¿Es eso lo que desean?. ¿Quieren que la gente se revuelva?. ¿Buscan tal vez que el pacifismo deje de ser pacífico?. ¿Prefieren que ocupemos plazas y calles para que nos enfrentemos contra los que nos quieran reprimir?. ¿Tal vez pretenden que olvidemos los principios democráticos, echemos a la papelera de la historia urnas y papeletas y hagamos uso de la fuerza bruta?.
No tienen otra alternativa de asumir la unidad de actuación otra vez. No pueden poner en el congelador a millones de independentistas para que congelen la independencia. No somos los ciudadanos quienes hemos de decir lo que han de hacer los partidos, pero los partidos tienen la obligación de hacer aquello de demandan los ciudadanos. Todos los ciudadanos, no solo los militantes más fieles, conformistas y sumisos de cada partido.
Hicimos un referéndum y lo ganamos con nuestra sangre, sudor y lágrimas. Hicimos una huelga general para denunciar la represión, las injusticias y la brutalidad del Estado borbónico. Y proclamamos la República a pesar de los miedos y desconciertos de los partidos. Queremos hechos, no palabras vacías. ¡Ya basta de pedir pactos con quien no quiere pactar, ni razonar con aquel que solo quiere imponerse violentamente!.
No nos pidan ahora que hagamos una revolución porque ellos no hacen su trabajo. Porque nosotros si que haremos el nuestro. ¡No se dude!. Y lo haremos a pesar de sus miedos y desconciertos......
¡En fin!. Alguna cosa no cuadra cuando desde la filas nacional-unionistas españolas aplauden la ponderación, el realismo y la prudencia de un partido supuestamente independentista como ERC. ¿Lo hacen para remarcar las diferencias y ahondar la división existente con otros actores soberanistas?. ¡Si!. ¡Por supuesto!.
Las CUP se encuentran donde siempre han estado. Antes, durante y después del proceso independentistas. Son pura coherencia..... Pero desafortunadamente también son políticamente irrelevantes. De vez en cuanto lanzan algún político a la papelera de la historia o no se suman a la mayoría independentista que sustenta un gobierno el cual sin ellos queda en minoría y por tanto, en precario y en manos del unionismo. Su coherencia es tanta que van perdiendo hasta la camisa en todas las elecciones que se convocan. Pero lo más grave es que esta coherencia, este purismo formal debilita el movimiento independentista hasta el punto que ni ellos mismos deben desear. Ser asamblearios, de izquierdas e independentistas debe resultar demasiado oneroso para hacer política de verdad, no como la que se hace en los campus universitarios. No creo que el asamblearismo que rigió el destino de la revolución francesa, rusa o americana tenga nada que ver con el que practican las CUP. ¡El suyo no sirve para nada!. No sirve para hacer la revolución, la cual siempre queda pendiente. No sirve para mejorar las condiciones de vida de las clases populares, puesto que no todos somos okupas aunque todos tenemos necesidad de justicia y bienestar de forma inmediata. Ni sirve para la defensa de los derechos individuales o colectivos ya que solo sirve para manifestarse ante los juzgados o comisarias de policía para exigir la libertad de los compañeros detenidos ilegítimamente, o tal vez legítimamente..... Pero siempre acaban rindiendo cuentas ante un juez. Y tampoco sirve para conseguir aquello que podría removerlo todo: la independencia. ¡Eso si que sería una verdadera revolución!. Es lo que permitiría disponer de todos los recursos necesarios para mejorar la calidad de vida de todas las clases sociales, las populares, las medias e incluso las altas. Y la defensa de los derechos colectivos e individuales no dependerían del TC, o del Supremo. Lo mismo que la Audiencia Nacional, tambien conocida como TOP, de infausta memoria, que pasaría merecidamente a la papelera de la historia. Como pasaría con la policía patriótica y la guardia civil militar. También podríamos liberarnos de fiscales afinadores, jueces inquisitoriales y políticos como Rivera, Casado, Abascal y similares.....
El sueño de la independencia se está volviendo una verdadera pesadilla. Puesto que está ganado el divide y vencerás proclamado por el tirano Julio Cesar en su día y reutilizado ahora por su alter ego Aznar. Las formaciones políticas soberanistas se han contagiado del virus de la división que aviva el unionismo españolista. Ahora pacto con el PSC para arrebatar la alcaldía al PDCat o a ERC, tanto da. Ahora me acerco a Els Comuns para ampliar la base soberanista mientras empequeñece la independentista. Ahora no apoyo este partido porque es de derechas o de izquierdas. No me gustan las iniciativas del otro partido porqué son adversarios electorales. Ahora quiero obtener la hegemonía dentro del espacio soberanista, o mantener la poltrona, o no perder la mayoría, o..... ¡Bobadas!. ERC, PDCat y las CUP están siendo los tontos útiles del nacionalismo españolista. ¿No se dan cuenta que los unionistas se frotan las manos mientras atizan el enfrentamiento?. ¿No se percatan que mientras se envuelven en pleitos partidistas, ataques de cuernos y en discutir acerca de la inmortalidad del cangrejo de río o sobre el sexo de los ángeles, el unionismo está ganando -¡dilatando!- tiempo?. ¿No tienen presente que mientras nos debilitamos el unionismo continua implacablemente el trabajo de zapa que mina la economía, las finanzas, las empresas y los trabajadores catalanes y todo ello para hundir las ansias de libertad de todos los ciudadanos?. Ni ERC, ni PDCat ni las CUP son conscientes de la fuerza que tienen detrás suyo. Fuerza que les ha empujado hasta donde se encuentran ahora. ¿De verdad creen que han llegado hasta aquí gracias al impulso de unos pocos centenares de militantes fieles, sumisos y obedientes de cada uno de sus partidos?. No deberían olvidar los más de dos millones y medio -¡por lo menos!- de votantes que defendimos las urnas el 1 de octubre. Ni los centenares de miles que nos movilizamos el día 3 del mismo mes para secundar la parada de país. Y de los miles y miles que estábamos expectantes e ilusionados a la espera de la proclamación de independencia del 27 de octubre de 2017..... ¿Todo este capital es el que quieren dilapidar?.
La división se ha apoderado de las formaciones políticas independentistas. Por miedo, por impotencia, por desconcierto o por lo que sea. Pero su división no es nuestra división. ¡Antes al contrario!. Su pusilanimidad alienta el movimiento independentista. Ahora somos plenamente conscientes que con ERC, PDCat y las CUP no es suficiente. Somos millones los que estamos dispuestos a defender una república que no defienden ellos, defender una independencia que no se atreven a implementar ellos y liberar a los presos políticos y hacer regresar a los exiliados porque ellos, los aparatos de los partidos, no se atreven a desobedecer. Los actuales dirigentes independentistas empiezan a ser una molestia. Y cuando alguien molesta lo mejor que puede hacer es apartarse. !Y si no se aparta voluntariamente, lo apartaran involuntariamente!.
En caso contrario, los lirios se volverán lanzas. ¿Es eso lo que desean?. ¿Quieren que la gente se revuelva?. ¿Buscan tal vez que el pacifismo deje de ser pacífico?. ¿Prefieren que ocupemos plazas y calles para que nos enfrentemos contra los que nos quieran reprimir?. ¿Tal vez pretenden que olvidemos los principios democráticos, echemos a la papelera de la historia urnas y papeletas y hagamos uso de la fuerza bruta?.
No tienen otra alternativa de asumir la unidad de actuación otra vez. No pueden poner en el congelador a millones de independentistas para que congelen la independencia. No somos los ciudadanos quienes hemos de decir lo que han de hacer los partidos, pero los partidos tienen la obligación de hacer aquello de demandan los ciudadanos. Todos los ciudadanos, no solo los militantes más fieles, conformistas y sumisos de cada partido.
Hicimos un referéndum y lo ganamos con nuestra sangre, sudor y lágrimas. Hicimos una huelga general para denunciar la represión, las injusticias y la brutalidad del Estado borbónico. Y proclamamos la República a pesar de los miedos y desconciertos de los partidos. Queremos hechos, no palabras vacías. ¡Ya basta de pedir pactos con quien no quiere pactar, ni razonar con aquel que solo quiere imponerse violentamente!.
No nos pidan ahora que hagamos una revolución porque ellos no hacen su trabajo. Porque nosotros si que haremos el nuestro. ¡No se dude!. Y lo haremos a pesar de sus miedos y desconciertos......