Hemos de reconocer que entre el desconcierto y la división que reina en el independentismo y el asedio a que le someten los nacionalistas españoles, la independencia lo tiene crudo. Sin embargo la gente de a pie se suma cada día más y se apunta con renovado entusiasmo para alcanzar este oneroso objetivo, lleno a la vez de esperanza, de hambre de auténtica justicia y de la prosperidad que representará conseguirlo.
¡Esto es así!. Puesto que.... ¿Quien quiere una justicia injusta, vengativa y nacional-católica, defensora de oficio de los derechos de la banca y de los poderosos?. ¿Quien quiere que los jueces se conviertan en salvadores de la patria en lugar de ser defensores de la justicia?. ¿Y una policía desprestigiada, violenta y partidista que es capaz de asediar e imputar inocentes "porque lo digo yo" o "porque lo manda la superioridad"?. ¿Quien quiere una guardia civil rebosante de odio contra los catalanes y prepotentemente nacional-franquista, capaz de responder a la rabiosa orden de "a por ellos"?. ¿Queremos una fiscalía dispuesta a afinar todo aquello que le mande el poder político o que le dé la gana, aunque sea manifiestamente ilegítimo?. ¿Queremos estar dentro de un Estado que ya hace demasiados años enterró la separación de poderes bajo toneladas de cinismo y rancio nacionalismo españolista?. ¿Creemos en unos políticos que impulsan y apoyan un estatuto, piden firmas por todo el Estado para no aplicarlo, copian el texto literalmente en los estatutos de otras comunidades, después lo cepillan en las Cortes, lo someten a referéndum aprobandose, lo impugnan ante el TC que lo vuelve a recortar, exigen que la Generalitat obedezca punto por punto el texto recortado -como debe hacerse con esta especie de Código de Hammurabi que ha resultado ser la irreformable Constitución española- y que ahora ofrecen hacer otro estatuto para corregir el desaguisado -¡el desastre!- creado por ellos mismos?. ¿Queremos unos políticos dispuestos a prometer la luna y después si te he visto no me acuerdo?. ¿Queremos que las grandes empresas del país sean sometidas y tengan que plegarse a chantajes y presiones financieras y comerciales brutales -¡incluso desde la mismísima Corona!- para que se vayan de Catalunya?. ¿Hemos de continuar sufriendo la desinformación que hacen los medios de comunicación cavernarios cuando mienten, manipulan y retuercen la realidad de Catalunya y de los catalanes?. ¿Queremos un jefe de Estado que no hemos elegido -lo escogió Franco-, que bendice y se apunta al grito y a la violencia que se esconde detrás del "a por ellos" lanzado contra más de 2,5 millones de catalanes independentistas, mientras se olvida que su Constitución le otorga un papel de mero árbitro en los conflictos políticos....?. Son tantos los motivos que tenemos para decir "adeu Espanya" que todavía resulta más increíble la división, el desconcierto y el miedo que el independentismo muestra hoy en día..... ¡Bien!. No somos el pueblo soberano, los ciudadanos los que estamos divididos. Estamos unidos y sabemos qué queremos y cómo conseguirlo. Los únicos que tienen miedo, que están desconcertados y divididos y que no saben dónde y cómo ir hacia adelante son algunos políticos de nuestros principales partidos, aunque de segunda fila y sobrepasados por los acontecimientos.
Por todo ello es urgente que alguien retome el liderazgo. Hemos de aceptar el hecho que un secuestrado encarcelado no puede tomar las decisiones que necesita el independentismo. ¿Como se le puede pedir anteponer la libertad de Catalunya a su propia libertad?. Cuando alguien sufre cautiverio está absolutamente condicionado a la voluntad de sus carceleros. Pueden endurecer las condiciones carcelarias. Pueden forzar su voluntad mediante chantajes, premiando o castigando según lo que diga o haga. Incluso pueden forzar la toma de decisiones del cautivo con tortura psicológica. ¿No será precisamente esto lo que padecerán los presos políticos catalanes durante y después del juicio farsa a que serán sometidos los próximos meses?. ¿No sabemos todos cual será la sentencia que dictaran los jueces del Tribunal Supremo basándose en un relato falso construido a partir de las mentiras recogidas en los atestados de la Guardia Civil y la Policía Nacional, afinados por la fiscalía y rubricados y bendecidos por el inquisidor general Pablo Llarena y su alter ego de la Audiencia Nacional -¡el TOP!-, Carmen Lamela?. Oriol Junqueras no podrá dedicarse en cuerpo y alma a liderar el proceso independentista. Ni siquiera podrá hacerlo en su propio partido. Y en parte la culpa es nuestra, por no haberle liberado ni física ni virtualmente a él y al resto de los secuestrados de la pesada carga que puede resultar ejercer el liderazgo de un proceso sumamente complicado y que hoy en día se encuentra estancado, permaneciendo injustamente encarcelado por muchos años hasta que la Justicia europea no ponga remedio a tamaño disparate.
He de confesar que me siento más cercano al presidente Puigdemont que ante cualquier otro líder que se encuentre en prisión, en el exilio o incluso en libertad. Entre otros motivos porque goza de un enorme potencial como defensor y divulgador de la causa independentista a lo largo y ancho del Mundo entero. También pienso que la creación del Consell per la República y la Crida son un gran acierto. Los miedos y reticencias desatadas dentro del PDCat, de ERC y de las CUP demuestran la importancia de esta creación. Y tanto el liderazgo del presidente legítimo como la formación de ambos foros, tienen una ineludible fecha de caducidad: cuando alcancemos la independencia. Por todo ello pueden convertirse unas formaciones políticas que vayan más allá de los partidos tradicionales. ¿Imaginamos que pasaría si se sumaran a título personal Marta Rovira de ERC y Anna Gabriel de les CUP, ambas exiliadas en Suiza?. ¿Y David Fernàndez, que ya no es ni siquiera portavoz de las CUP?. ¿Porqué no puede pasar?. ¡Toni Comín de ERC lo ha hecho!. Y si las entidades soberanistas -ANC, ÔMNIUM, AMI- deciden dar el soporte explícito e implícito, la eficacia de ambas formaciones se multiplicaría. No es que puede pasar, ¡es que necesariamente ha de pasar!. La Crida y el Consell serán los instrumentos aglutinadores de las fuerzas políticas y de las personas. ¡Son los desatascadores que necesitamos!.
Y también hemos de tener claro que España jamás reconocerá el derecho de autodeterminación ni a Catalunya como sujeto político. ¡Jamás reconocerán a Catalunya como nación ni los derechos inherentes a tal condición!. Por tanto, ¿qué sentido tiene pedir una y mil veces pactar un referéndum?. ¿Podemos confiar en una improbable reforma constitucional que dependa de los votos del PP, de C's de VOX e incluso de buena parte del PSOE?. Y más teniendo en cuenta los reiterados incumplimientos del Estado y de sus instituciones más significativas en todas las promesas hechas a Catalunya..... Del Estado español solo podemos esperar engaños, falsedades, represión e injusticia. Por tanto se impone como única alternativa, que jamás deberiamos renunciar a ella, ¡la unilateralidad!. A pesar de todas las dificultades y violencia que desató España, el mandato del 1 de octubre es inexcusable. El empuje del 3 lo impulsó y remachó. Y los resultados de las elecciones del 21 de diciembre lo confirmó. El resto es hacer volar palomas.
Hemos de tener muy presente que el mandato del 1 de octubre también representó que el proceso hacia la independencia depende más que nunca de todos los independentistas, no solo de los líderes y partidos. Por tanto, la defensa de los valores republicanos recae sobre nuestras espaldas. Tenemos que defendernos de la violencia española. Tenemos que desobedecer la justicia española. Debemos de renegar de la policía española. Tenemos que dejar de pagar nuestros impuestos en España. Tenemos que denunciar y rechazar la pantomima del juicio contra los presos políticos catalanes..... ¡Tenemos que hacer -¡y no solo anunciar!- la revolución pacífica, contundente y democrática que siempre nos hemos exigido a nosotros mismos!.
Por tanto y para concluir, nos hace falta el liderazgo firme y claro de Carles Puigdemont. Debemos potenciar el Consell y la Crida y hacer de ellas el punto de confluencia de todas las sensibilidades políticas del independentismo e incluso más allá. Hemos de involucrarnos a nivel personal prescindiendo, o mejor dejando para después de la independencia la militancia partidista en la toma de decisiones que surjan de estas nuevas organizaciones aglutinadoras. Debemos de establecer complicidades y alianzas con instituciones, partidos y políticos de otros países para reforzar y proyectar aún más el soberanismo de Catalunya hacia el Mundo. Debemos poner negro sobre blanco los ejes definitorios de la futura Constitución de la República. Hemos de prescindir de la opinión del gobierno de España, de las instituciones y de los partidos políticos españoles puesto que no tienen ninguna otra intención que no sea paralizar la independencia, reprimirnos y aniquilarnos como pueblo. Debemos hacer oídos sordos ante los cantos de sirena que ofrecen reformas constitucionales, nuevos estatutos, nuevo sistema de financiación autonómica o aprobar presupuestos que ahora si son generosos con los catalanes. No debemos creer en reconocimientos fake y parciales de lengua y cultura catalanes dentro de la legislación española, ni de nuevos encajes imposibles de Catalunya dentro de una Constitución grabada a fuego y de inspiración divina y por tanto, irreformable...... Por cierto, ¡absolutamente obsoleta!. Es decir, hemos de empezar a hacer e ir a la nuestra porque sino siempre iremos a la suya.....
El futuro del independentismo no es incierto. Es costoso, pero no incierto. Causa vértigo entre los responsable políticos puesto que no depende de ellos. De los de aquí y de los de allá. Causa miedo y desconcierto entre los pusilánimes, tanto catalanes como españoles. Pero la gente, la mayoría de catalanes lo tenemos claro. ¡Queremos la República!. A pesar de las incertezas, los miedos y los vértigos que sufren las formaciones políticas catalanas. Y nosotros, la gente, estamos dispuestos a conseguirla a pesar de España y a pesar del pánico y mareos de todos ellos.
Esta es nuestra fuerza y este es su miedo...... Y en el horizonte, ¡la independencia!.
¡Esto es así!. Puesto que.... ¿Quien quiere una justicia injusta, vengativa y nacional-católica, defensora de oficio de los derechos de la banca y de los poderosos?. ¿Quien quiere que los jueces se conviertan en salvadores de la patria en lugar de ser defensores de la justicia?. ¿Y una policía desprestigiada, violenta y partidista que es capaz de asediar e imputar inocentes "porque lo digo yo" o "porque lo manda la superioridad"?. ¿Quien quiere una guardia civil rebosante de odio contra los catalanes y prepotentemente nacional-franquista, capaz de responder a la rabiosa orden de "a por ellos"?. ¿Queremos una fiscalía dispuesta a afinar todo aquello que le mande el poder político o que le dé la gana, aunque sea manifiestamente ilegítimo?. ¿Queremos estar dentro de un Estado que ya hace demasiados años enterró la separación de poderes bajo toneladas de cinismo y rancio nacionalismo españolista?. ¿Creemos en unos políticos que impulsan y apoyan un estatuto, piden firmas por todo el Estado para no aplicarlo, copian el texto literalmente en los estatutos de otras comunidades, después lo cepillan en las Cortes, lo someten a referéndum aprobandose, lo impugnan ante el TC que lo vuelve a recortar, exigen que la Generalitat obedezca punto por punto el texto recortado -como debe hacerse con esta especie de Código de Hammurabi que ha resultado ser la irreformable Constitución española- y que ahora ofrecen hacer otro estatuto para corregir el desaguisado -¡el desastre!- creado por ellos mismos?. ¿Queremos unos políticos dispuestos a prometer la luna y después si te he visto no me acuerdo?. ¿Queremos que las grandes empresas del país sean sometidas y tengan que plegarse a chantajes y presiones financieras y comerciales brutales -¡incluso desde la mismísima Corona!- para que se vayan de Catalunya?. ¿Hemos de continuar sufriendo la desinformación que hacen los medios de comunicación cavernarios cuando mienten, manipulan y retuercen la realidad de Catalunya y de los catalanes?. ¿Queremos un jefe de Estado que no hemos elegido -lo escogió Franco-, que bendice y se apunta al grito y a la violencia que se esconde detrás del "a por ellos" lanzado contra más de 2,5 millones de catalanes independentistas, mientras se olvida que su Constitución le otorga un papel de mero árbitro en los conflictos políticos....?. Son tantos los motivos que tenemos para decir "adeu Espanya" que todavía resulta más increíble la división, el desconcierto y el miedo que el independentismo muestra hoy en día..... ¡Bien!. No somos el pueblo soberano, los ciudadanos los que estamos divididos. Estamos unidos y sabemos qué queremos y cómo conseguirlo. Los únicos que tienen miedo, que están desconcertados y divididos y que no saben dónde y cómo ir hacia adelante son algunos políticos de nuestros principales partidos, aunque de segunda fila y sobrepasados por los acontecimientos.
Por todo ello es urgente que alguien retome el liderazgo. Hemos de aceptar el hecho que un secuestrado encarcelado no puede tomar las decisiones que necesita el independentismo. ¿Como se le puede pedir anteponer la libertad de Catalunya a su propia libertad?. Cuando alguien sufre cautiverio está absolutamente condicionado a la voluntad de sus carceleros. Pueden endurecer las condiciones carcelarias. Pueden forzar su voluntad mediante chantajes, premiando o castigando según lo que diga o haga. Incluso pueden forzar la toma de decisiones del cautivo con tortura psicológica. ¿No será precisamente esto lo que padecerán los presos políticos catalanes durante y después del juicio farsa a que serán sometidos los próximos meses?. ¿No sabemos todos cual será la sentencia que dictaran los jueces del Tribunal Supremo basándose en un relato falso construido a partir de las mentiras recogidas en los atestados de la Guardia Civil y la Policía Nacional, afinados por la fiscalía y rubricados y bendecidos por el inquisidor general Pablo Llarena y su alter ego de la Audiencia Nacional -¡el TOP!-, Carmen Lamela?. Oriol Junqueras no podrá dedicarse en cuerpo y alma a liderar el proceso independentista. Ni siquiera podrá hacerlo en su propio partido. Y en parte la culpa es nuestra, por no haberle liberado ni física ni virtualmente a él y al resto de los secuestrados de la pesada carga que puede resultar ejercer el liderazgo de un proceso sumamente complicado y que hoy en día se encuentra estancado, permaneciendo injustamente encarcelado por muchos años hasta que la Justicia europea no ponga remedio a tamaño disparate.
He de confesar que me siento más cercano al presidente Puigdemont que ante cualquier otro líder que se encuentre en prisión, en el exilio o incluso en libertad. Entre otros motivos porque goza de un enorme potencial como defensor y divulgador de la causa independentista a lo largo y ancho del Mundo entero. También pienso que la creación del Consell per la República y la Crida son un gran acierto. Los miedos y reticencias desatadas dentro del PDCat, de ERC y de las CUP demuestran la importancia de esta creación. Y tanto el liderazgo del presidente legítimo como la formación de ambos foros, tienen una ineludible fecha de caducidad: cuando alcancemos la independencia. Por todo ello pueden convertirse unas formaciones políticas que vayan más allá de los partidos tradicionales. ¿Imaginamos que pasaría si se sumaran a título personal Marta Rovira de ERC y Anna Gabriel de les CUP, ambas exiliadas en Suiza?. ¿Y David Fernàndez, que ya no es ni siquiera portavoz de las CUP?. ¿Porqué no puede pasar?. ¡Toni Comín de ERC lo ha hecho!. Y si las entidades soberanistas -ANC, ÔMNIUM, AMI- deciden dar el soporte explícito e implícito, la eficacia de ambas formaciones se multiplicaría. No es que puede pasar, ¡es que necesariamente ha de pasar!. La Crida y el Consell serán los instrumentos aglutinadores de las fuerzas políticas y de las personas. ¡Son los desatascadores que necesitamos!.
Y también hemos de tener claro que España jamás reconocerá el derecho de autodeterminación ni a Catalunya como sujeto político. ¡Jamás reconocerán a Catalunya como nación ni los derechos inherentes a tal condición!. Por tanto, ¿qué sentido tiene pedir una y mil veces pactar un referéndum?. ¿Podemos confiar en una improbable reforma constitucional que dependa de los votos del PP, de C's de VOX e incluso de buena parte del PSOE?. Y más teniendo en cuenta los reiterados incumplimientos del Estado y de sus instituciones más significativas en todas las promesas hechas a Catalunya..... Del Estado español solo podemos esperar engaños, falsedades, represión e injusticia. Por tanto se impone como única alternativa, que jamás deberiamos renunciar a ella, ¡la unilateralidad!. A pesar de todas las dificultades y violencia que desató España, el mandato del 1 de octubre es inexcusable. El empuje del 3 lo impulsó y remachó. Y los resultados de las elecciones del 21 de diciembre lo confirmó. El resto es hacer volar palomas.
Hemos de tener muy presente que el mandato del 1 de octubre también representó que el proceso hacia la independencia depende más que nunca de todos los independentistas, no solo de los líderes y partidos. Por tanto, la defensa de los valores republicanos recae sobre nuestras espaldas. Tenemos que defendernos de la violencia española. Tenemos que desobedecer la justicia española. Debemos de renegar de la policía española. Tenemos que dejar de pagar nuestros impuestos en España. Tenemos que denunciar y rechazar la pantomima del juicio contra los presos políticos catalanes..... ¡Tenemos que hacer -¡y no solo anunciar!- la revolución pacífica, contundente y democrática que siempre nos hemos exigido a nosotros mismos!.
Por tanto y para concluir, nos hace falta el liderazgo firme y claro de Carles Puigdemont. Debemos potenciar el Consell y la Crida y hacer de ellas el punto de confluencia de todas las sensibilidades políticas del independentismo e incluso más allá. Hemos de involucrarnos a nivel personal prescindiendo, o mejor dejando para después de la independencia la militancia partidista en la toma de decisiones que surjan de estas nuevas organizaciones aglutinadoras. Debemos de establecer complicidades y alianzas con instituciones, partidos y políticos de otros países para reforzar y proyectar aún más el soberanismo de Catalunya hacia el Mundo. Debemos poner negro sobre blanco los ejes definitorios de la futura Constitución de la República. Hemos de prescindir de la opinión del gobierno de España, de las instituciones y de los partidos políticos españoles puesto que no tienen ninguna otra intención que no sea paralizar la independencia, reprimirnos y aniquilarnos como pueblo. Debemos hacer oídos sordos ante los cantos de sirena que ofrecen reformas constitucionales, nuevos estatutos, nuevo sistema de financiación autonómica o aprobar presupuestos que ahora si son generosos con los catalanes. No debemos creer en reconocimientos fake y parciales de lengua y cultura catalanes dentro de la legislación española, ni de nuevos encajes imposibles de Catalunya dentro de una Constitución grabada a fuego y de inspiración divina y por tanto, irreformable...... Por cierto, ¡absolutamente obsoleta!. Es decir, hemos de empezar a hacer e ir a la nuestra porque sino siempre iremos a la suya.....
El futuro del independentismo no es incierto. Es costoso, pero no incierto. Causa vértigo entre los responsable políticos puesto que no depende de ellos. De los de aquí y de los de allá. Causa miedo y desconcierto entre los pusilánimes, tanto catalanes como españoles. Pero la gente, la mayoría de catalanes lo tenemos claro. ¡Queremos la República!. A pesar de las incertezas, los miedos y los vértigos que sufren las formaciones políticas catalanas. Y nosotros, la gente, estamos dispuestos a conseguirla a pesar de España y a pesar del pánico y mareos de todos ellos.
Esta es nuestra fuerza y este es su miedo...... Y en el horizonte, ¡la independencia!.
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