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dimecres, 21 de novembre del 2018

LAS TRAMPAS.....

El gobierno de España ha propuesto que el 12 de diciembre se haga un debate monográfico en el Congreso sobre la situación en Catalunya. El presidente Sánchez aprovechará la comparecencia para ofrecer un nuevo estatuto de autonomía para Catalunya. Debe pensar que la solución al llamado problema catalán se arreglará imitando a José Luis Rodríguez Zapatero y su ya famoso "apoyaré el estatuto que apruebe el Parlament de Catalunya". Esta frase la pronunció solemnemente ante 20.000 personas durante el mitin del PSC celebrado en el Palau Sant Jordi el día 13 de noviembre de 2003. Es decir, vuelven a hacer una propuesta ya fracasada desde hace justamente quince años.

A veces llego a la conclusión que los españoles deben pensar que los catalanes aún nos chupamos el dedo.

A partir del fake de Zapatero se inició la mayor estafa que jamás se haya producido en la historia del Estado español. Cuando el texto del nuevo estatuto llegó a las Cortes el socialista Alfonso Guerra se dedicó a pasar el cepillo hasta que quedó tan fino como un papel de fumar. Una vez cepillado también en el Senado se puso a votación mediante un referéndum que obtuvo unas participación del 49% y un 74% de votos favorables a la aprobación. Por cierto, estos resultados no difieren en demasía de los producidos en la consulta del 1 de octubre de 2017 con un 43% de participación y un 90% de votos favorables a la independencia, a pesar del boicot impulsado por los unionistas y de la represión ejercida por las fuerzas de ocupación españolas. Y luego se produjo la jugada maestra del trilerismo españolista: La intromisión del Tribunal Constitucional de la mano del Partido Popular para terminar el cepillado post-referéndum del ya entonces estatuto chapuceado. A partir de aquí, la historia es sobradamente conocida......

La primera trampa de esta última tanda -desde hace 300 años las trampas contra Catalunya son incontables- nos la puso Zapatero. Los socialistas no solo no aprobaron el estatuto que salió del Parlament sino que además se dedicaron a recortarlo miserablemente durante la tramitación en Madrid. Al mismo tiempo, el Partido Popular se dedicó a recoger firmas por todo el Estado contra Catalunya. El "donde tengo que firmar contra Catalunya" de ayer se ha transformado en el "a por ellos" de hoy. Estaba en marcha la segunda trampa. Después lo impugnaron ante el Alto Tribunal y sus magistrados cómplices lo volvieron a recortar entre grandes aspavientos populares y mil escándalos y manipulaciones constitucionales. Finalmente redactaron una sentencia que se cargó el espíritu y la letra del estatuto que se había pactado en las Cortes y aprobado en Catalunya. Todos los artículos fulminados del texto catalán fueron copiados literalmente en otros -por ejemplo, el valenciano y el andaluz- y aún hoy continúan siendo plenamente constitucionales..... ¡para ellos, no para el catalàn!.

El gobierno de Madrid siempre ha ofrecido diálogo dentro de la ley. Y, a la vez, siempre se ha negado a hablar del referéndum exigido por más del 70% de los catalanes. Para los unionistas, ejercer la democracia solo es posible si se hace dentro del ordenamiento político dictado por la mayoría estatal y con sus árbitros, sus reglas del juego y sus mayorías nacionales las cuales, curiosamente, siempre favorecen la posición e imposición del gobierno y de las instituciones de la España castellana. Por tanto, la opinión de la parte humillada, reprimida y escarnecida no vale para nada. La voluntad de la minoría catalana en el Estado, mayoritaria en Catalunya, no es de obligado cumplimiento ni debe ser tenida en cuenta. Nos hallamos ante la tercera trampa: no dejar ni querer hacer política ni respetar la voluntad de los votantes. Decir que se debe dialogar y negarse a hacerlo sobre cualquier tema sin condiciones o marcando lineas rojas -¡auténticos muros infranqueables!-, se ha vuelto la norma. Decir que se ha de respetar la ley y saltarsela desvergonzadamente, ya sea magreando el Tribunal Constitucional e incluso la judicatura -TS y AN-, la fiscalía y la policía tanto como les venga en gana ayer, hoy y mañana, también se ha normalizado.  Recusando magistrados del constitucional, dejando de cubrir las defunciones para no alterar la mayoría conservadora tradicionalista y nacionalista; favorecer nombramientos de jueces afines, saltándose olímpicamente la división de poderes y la presunta independencia judicial; haciendo que la fiscalía afine imputaciones falsas contra adversarios políticos-para ellos, enemigos-; o utilizando la policía como sicarios, espías y ratas de cloacas para manipular, espiar, perseguir y aniquilar a los que no piensan o hacen lo que a ellos les plazca, toda esta punzante farsa ha pasado a ser el pan nuestro de cada día. Y todo ello haciendo servir los principios democráticos como una especie de democracia orgánica heredera directa del franquismo. Por si fuera poco, han utilizado -y aún continúan haciéndolo- la figura del jefe del Estado, el rey, para legitimar el proceder vergonzosamente inmoral y corrupto del ejecutivo, para alentar la represión policial o haciendo que llamara a las principales empresas catalanas presionandolas para que cambiaran las sedes sociales transladándolas a territorio español, bajo la amenaza -¡el chantaje!- de que los recursos financieros de los negocios que mantenían con el Estado, sufrirían un súbito hundimiento o un pronunciado bajón en forma de retirada de dinero estatal, lo cual sí sufrieron Caixabank y el Banco de Sabadell. Las empresas del Estado retiraron de golpe más de 10.000 millones de euros entre ambos bancos hasta que trasladaron el domicilio fiscal fuera de Catalunya, según información aparecida en el diario Ara. SEAT, en cambio, resistió el chantaje y se negó al traslado, según informaron los sindicatos. Esta fue y aun es ahora la generosa oferta que hace Madrit a los catalanes.

Y ahora Pedro Sánchez pretende que nos olvidemos de estos quince años de trampas, chantajes y trilerismo y nos creamos que un nuevo estatuto satisfará y colmará los deseos y anhelos de la mayoría de catalanes.....

Creo que lo que no quieren saber es lo que pensamos ni lo que queremos los catalanes, porque no quieren reconocer como sujeto político al pueblo catalán. Tampoco quieren que hagamos política, practiquemos la democracia sin limitaciones autoritarias y que incluso pensemos y actuemos según nuestra ideología, intereses, esperanzas y deseos. Ofrecen diálogo para imponer por la fuerza sus decisiones, no para razonar y pactar soluciones. Quieren imponer su nación de matriz castellana para aniquilar la catalana. Ven Catalunya como su joya de la corona particular, la cual puede ser expoliada en nombre de una falsa solidaridad con el resto del Estado para así hacer pasar por la capital centralizada y centralista todos los recursos sustraídos a los catalanes y que acaban siendo repartidos desde Madrid, haciendo bueno el refrán aquel que dice "quien parte y reparte se lleva la mayor parte".

Pedir retroceder políticamente quince años y que olvidemos todas las trampas que España nos ha puesto en el transcurso de la historia, es pedir demasiado. ¡Y es insultante!. Todo esto solo quiere decir que la única vía aun transitable que nos queda los catalanes es, lisa y llanamente, la unilateralidad. Jamás aceptaran hacer un referéndum de autodeterminación aunque lo exigiera el 100% de la población. Jamás reconocerán Catalunya como sujeto político porque seria tanto como reconocer a Catalunya como nación. Jamás reconocerán que están expoliando los bolsillos catalanes para favorecer el poder y a los poderosos de Madrit.

Repito. La única solución para Catalunya es y será la unilateralidad. Para ello hemos de estar dispuestos a pagar el precio que haga falta para conseguir la independencia. Y el tiempo apremia puesto que la última trampa que nos ha puesto España es la desmotivación, el cansancio, la desesperanza, la desmovilización de los millones de catalanes que exigimos la autodeterminación y la libertad. Es decir, que queremos la independencia.

¡No podemos ni debemos jugar su juego con las cartas marcadas!. No caigamos en sus trampas nunca más. Mantengámonos firmes y dispuestos a luchar con las armas más destructivas que poseemos ante ellos y que siempre utilizamos en Catalunya: el pacifismo, la democracia y la verdad. ¡Pero con coraje y contundencia!. 











dijous, 8 de novembre del 2018

y 2/ EL ATOLLADERO.....

¡Estamos hartos y cabreados!. Queremos salir de este hoyo donde nos ha colocado este Estado vengativo, que ignora qué quiere decir justicia, sin ética y que hoy en día se muestra profundamente irespetuoso y alérgico a todo principio democrático. ¡Queremos y podemos salir y sabemos como hacerlo!.

Lo primero que debemos hacer es denunciar contundentemente la deriva antidemocrática de España. Y acto seguido negar cualquier legitimidad a una justicia injusta, que en el caso que nos ocupa ni es ciega, ni es sorda ni es muda.

Un estado que reprime brutalmente un ejercicio pacífico y absolutamente democrático como fue el referéndum del 1 de octubre no puede llamarse estado democrático. Lo cual confirmó cuando decidió entrometerse en las atribuciones propias de todo parlamento vetando la elección y el nombramiento del presidente de la Generalitat -¡hasta tres veces!- porque no le pareció adecuado el candidato que más votos podia recibir de la cámara catalana. Si a todo ello añadimos un jefe de estado que decidió no mediar ni arbritar como le encomienda su sagrada Constitución y en cambio decidió ponerse a favor de una de las partes alentando y amparando la violéncia empleada por las fuerzas represoras expedicionarias españolas, ¡en calidad de auténticas fuerzas de ocupación!, nos hallaremos ante la fotografía completa de qué es el Estado español: un estado fracasado de aires autoritarios y derivas antidemocráticas. Es el resultado lógico de no haberse librado del ominoso pasado franquista que aun hoy vuelve a señorear con absoluto desparpajo en las instituciones y entre la sociedad españolas.... Por lo demás, como siempre ha venido haciendo desde la muerte del dictador.

Por lo que respecta a la ilegitimidad de la judicatura española se puede apreciar en el Tribunal Supremo, máxima instancia en el ordenamiento judicial de España al margen de CGPJ, presididas ambas instituciones por Carlos Lesmes y descontando la más que provadamente exhibida por el TC, el cual ha devenido en una especie de juzgado de primera instancia. Como ejemplos más apropiados hemos de referirnos inexcusablemente a los jueces Llarena, Lamela, al propio Lesmes y todos aquellos jueces y magistrados que han avalado y respaldado la actuación del instructor anónimo de la causa general emprendida contra el independentismo catalán, magreando pruebas, retorciendo leyes, inventándose delitos y encerrando a secuestrados políticos en mazmorras o expulsándoles fuera de su país, basándose en la fabulación de unos atestados perpetrada por la Guardia Civil en calidad de policia judicial y firmados por el reconocido benemérito anticatalanista conocido en las redes sociales con el sobrenombre de Tácito: el coronel Daniel Baena, jefe de la policía judicial en Catalunya. Por cierto, recientemente condecorado por la labor desarrollada antes, durante y después de la represión ejercida contra los catalanes. Naturalmente, por su parte, la fiscalía se ha dedicado a afinar escrupulosamente investigaciones e imputaciones al gusto del consumidor, de la forma más escandalosa y desacomplejada como jamas se haya visto hasta ahora.....

Si el Estado español y sus políticos más significativos son autoritarios y antidemocráticos; si su policia actua con total impunidad, prepotencia y brutalidad incontroladas, se inventa atestados, persigue, asedia, detiene y esposa inocentes, filtra investigaciones a la prensa cavernaria y por todo ello aún recibe medallas y condecoraciones -que luego sirven para aumentar la pensión de jubilación hasta un 25%-; si la judicatura se dedica a manipular la ley y aplica el código penal como si de un bate de beisbol se tratara, muestra un total desprecio hacia la presunción de inocencia de los acusados, dificulta la actuación de las defensas y sabiendo que son inocentes los mantiene encarcelados -¡secuestrados!- en prisión por si acaso y para que aprendan la lección y escarmienten, se puede decir con absoluta certeza que la Justicia, como la separación de poderes, en España no existen. Lo único que existe es la aplicación de la ley de forma arbitraria, caprichosa y siempre favorable a los intereses de los poderosos y del régimen imperante -como se evidencia con la reciente sentencia desfavorable a la banca paralizada por el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes-, pero de impartir auténtica justicia muchos jueces y magistrados no lo hacen. La judicatura española es una de las instituciones que más pesadamente siente el peso del pasado franquista, pasado más presente que los principios democráticos, en todas las instituciones y entre los altos funcionarios de este execrable Estado.

¡Pués bién!. Si el Estado es antidemocrático, la judicatura no imparte justicia, la policía abusa violentamente de su autoridad, si los políticos y partidos entablan una competición entre ellos para mostrarse más anticatalanes que el resto, más duros y represores contra Catalunya, más vengativos y autoritarios, si la prensa del Estado se dedica a cultivar el odio y la desconfianza contra unos ciudadanos -¡los catalanes!- que exigen libertad, justicia e independencia, si todo ello es así, ¿porque los catalanes, los independentistas en particular y los demócratas en general, tenemos que renunciar a los principios democráticos y dejar de exigir verdadera justicia?. ¿Porqué no podemos tener una policía defensora de los derechos y de las personas?. ¿Que no quieran encarcelar a sus mandos, al mayor Trapero y su equipo, porque hicieron las cosas bién y no como deseaban desde la metrópoli?. ¿Porqué hemos de aguantar la mala leche de los representantes de esta nueva extrema derecha españolista encabezada por Casado, Rivera y Abascal -PP, C's, VOX-?-. ¿Porqué hemos de obedecer unas sentencias que ya estan dictadas antes del juicio?. ¿Porqué hemos de ser el chivo expiatorio y las coartadas, excusas y víctimas de las frustaciones históricas de las acomplejadas y a la vez altivas instituciones españolas?.

Hemos de ser plenamente conscientes que la sentencia del juicio contra el procés ya está dictada. No nos vale que ahora digan que los condenaran por un delito de sedición y no por rebelión, o por malversación y desobediencia. No es de recibo que en lugar de treinta años ahora pidan solo quince años de prisión o diez de inhabilitación. No podemos aceptar que todo quede en una sanción económica -una multa ruinosa- que podría significar la quiebra patriomnial de los injustamente condenados..... No podemos ni tenemos que aceptar que sean condenados ni siquiera con un día de prisión -¡cuando ya hace más de un año que se encuentran privados de libertad!- puesto que no han cometido ningún delito ni ilegalidad que lo justifique. Hemos de desobedecer masivamente para conseguir que vuelvan a ser libres y puedan salir de la prisión y volver del exilio a su casa, sin condiciones ni limitaciones de ningún tipo. ¡Hemos de hacer efectiva la República!. Sin esperar diálogos imposibles ni acuerdos improbables. Pedro Sánchez, como antes Mariano Rajoy, niega tozudamente y reiteradamente cualquier tipo de diálogo político, a pesar de ofrecerlo fuleramente. Dentro del vocabulario político de España ha desaparecido la definición de derecho a decidir. Ha sido declarado ilegal e inmoral. ¡Es un pecado mortal!. Respecto de la mediación internacional que presione para propiciar la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, por ahora no está ni se la espera. La UE está demasiado ocupada con el Brexit, la migración, mirar hacia otro lado en la cuestión de los derechos humanos y los desplantes y revueltas de algunos de sus miembros más importantes, como puede ser Italia. Desenganémonos: la obtención de la República efectiva solo será posible si estamos dispuestos a romper las cadenas que hasta hoy nos atan a España. Por otro lado, todas las independencias siempre se han conseguido con el disgusto y oposición de la metrópoli y contra sus intereses y deseos..... Ningún estado se resignará jamás a perder su particular joya de la corona. En nuestro caso, Catalunya. El Estado español no negociará nunca el derecho de autodeterminación, por una cuestión puramente económica y de soberbia nacional.

Si la mayoría de catalanes ya no sentimos ningún tipo de vinculo político ni administrativo con este Estado que nos va en contra y que cada día que pasa se aleja más de nosotros, si la desafección sentimental cada vez es más acentuada, hemos de comenzar a desobedecer sus leyes, a plantar cara a la injusticia castellana, ha hablar alto y claro contra la represión policial y el fascismo latente y presente que aun hoy reina en España. Hemos de defender nuestras instituciones políticas y sociales y las empresas de nuestro país, nuestros sindicatos, nuestra policía, nuestro gobierno, el Parlament y a nuestros políticos. Nos hemos de defender de un Estado fallido, violento, autoritario, vengativo, injusto y corrompido para poder conquistar un Estado exitoso, pacifista, democrático, generoso, justo, honesto y digno.

Sin romper ningún huevo es imposible hacer una tortilla como dios manda. Los próximos meses tendremos que comenzar a romper huevos si verdaderamente queremos alcanzar la independencia efectiva.

¿Estamos dispuestos a conseguirlo y pagar el precio que sin duda habremos de satisfacer para librarnos definitivamente de este atolladero que resulta ser el Espado español?.

Por lo que mi respecta, ya he empezado......










dimarts, 6 de novembre del 2018

1/ EL ATOLLADERO.....

No existe una mejor manera para alcanzar un hito difícil y escarpado, como pueda ser la independencia efectiva de Catalunya, que comenzar la marcha a partir de la verdad y realidad de aquí y ahora. Repasemos pués donde nos encontramos ahora, donde queremos estar mañana y como llegar a ser lo que queremos en un próximo futuro.

Nos encontramos ante una inmensa roca que nos impide el paso y que no permite rodearla para continuar nuestro camino. El uno de octubre del año pasado más de 2,2 millones de ciudadanos -el 43% del censo electoral- fuimos a votar a pesar que una brutal represión policial quiso impedirlo. Ya de madrugada miles de catalanes nos concentramos ante los colegios electorales de forma pacífica para defender urnas y papeletas ante las amenazas que anunciaban desde el Madrit institucional. Todos sabemos qué pasó cuando los colegios abrieron sus puertas. Miles de pretorianos debidamente espoleados por sus mandos y aleccionados por la caverna mediática madrileña comenzaron a repartir leña de la forma más brutal e indiscriminada que nadie haya visto jamás en un supuesto estado de derecho que se autoproclama como una democracia consolidada de corte occidental. No considero necesario continuar recordando los ignominiosos hechos que ocurrieron y que tan vivos mantenemos en nuestra memoria individual y colectiva. Solo me permito hacer una pregunta: ¿Cuanta gente hubiera ido a votar si las condiciones del referéndum no hubieran sufrido la intromisión del Madrit antidemocrático y violento y hubiera podido disponer de las garantías democráticas necesarias que avalaran sus resultados?. Hago esta pregunta porque resulta extremadamente irritante que desde el unionismo se diga que el referéndum no es válido ya que solo participó un 43% de los electores y no reunió las garantias democráticas exigibles puesto que ellos, los constitucionalistas, se empeñaron en boicotearlo por la fuerza y del modo más antidemocrático que les fue posible hacer...... ¡Y esto pasó porqué el Estado español sufrió un escalofrío de terror irreprimible ante los augurios que se intuían sobradamente favorables a la independencia!.

A partir de entonces todo se precipitó. El Estado aplicó el 155, el ejecutivo destituyó el govern legítimo, disolvió el Parlament y convocó ilegítimamente unas elecciones las cuales, a pesar de los antidemocráticos obtáculos que puso Madrit, volvieron a ganar los independentistas por mayoría absoluta. Entonces dió comienzo la segunda fase de la represión. La Guardia Civil y la policía nacional españolas se inventaron un relato, una auténtica fábula debidamente afinada por la fiscalía, relato que permitió a la judicatura imputar a los líderes catalanes delitos inexistentes, encarcelarlos injustamente, forzar el exilio de los que no quisieron someterse a las arbitrariedades políticas, policiales y judiciales españolas e iniciar una causa general contra el independentismo. El filibusterismo unionista se desbordó: Carles Puigdemont no pudo ser elegido como presidente de la Generalitat, porque a la judicatura no le gustó. Jordi Sànchez tampoco. Jordi Turull comenzó el debate de investidura pero al segundo día fue encarcelado. Algunos diputados electos independentistas fueron privados de su salario y derechos parlamentarios, alterando groseramente las mayorias parlamentarias alcanzadas. Desde entonces, más de un millar de ciudadanos y cargos públicos catalanes han sido detenidos, imputados, investigados y algunos juzgados y condenados por la justicia castellana. Los abogados defensores informan de numerosas irregularidades que se han producido durante la instrucción, lo cual imposibilita la normal defensa de sus clientes como es debido. Se embargan dinero y propiedades de algunos condenados con en único fin de arruinarles y se inicia una auténtica caza de brujas generalizada que la Santa Inquisición no hubiera podido mejorar o siquiera igualar. Los franquistas y la extrema derecha española campa a sus anchas con total impunidad invadiendo calles y plazas de Catalunya, intimidando, amenazando, insultando y agrediendo a quien exhibe lazos amarillos, esteladas o pancartas independentistas. La libertad de expresión, por lo que se refiere al independentismo, ha desaparecido, ha sido proscrita en el nombre de la sagrada unidad de la patria y del honor de las carcomidas instituciones españolas. Y hoy nos encontramos en las vísperas de un juicio esperpéntico, una verdadera farsa de la cual ya conocemos la sentencia, las condenas e incluso los indultos que ya ahora se proponen para los ajusticiados antes de ser juzgados. Pudiera ser que la mala conciencia que deben sufrir los unionistas no les deja vivir tranquilos, sin remordimientos.....

La irritación y perplejidad del independentismo se sienten espoleadas a causa de esta pesada roca que nos corta el paso. ¿Como es posible que en pleno siglo XXI exista un Estado, en la Europa democrática, capaz de manipular, tergiversar y saltarse las leyes, la ética, el sentido común, los principios y la democracia con tamaña desvergüenza sin que los demócratas de dentro y de fuera de este Estado no se escandalicen, no condenen y no reprochen nada ni luchen contra semejante despropósito?. No se dá cuenta Europa que esto que hoy estamos sufriendo los catalanes les podrá pasar a ellos puesto que la anti-democrácia y el autoritarismo no conoce fronteras?.

Nos hallamos en una especie de atolladero. Las instituciones españolas han enloquecido y tiran millas sin la mínima vergüenza y sin que nada ni nadie les detenga. Los líderes independentistas o se encuentran en el exilio o en prisión, o aquellos que aun permanecen libres se ven esposados y atenazados por el miedo que sienten y las amenazas que reciben augurandoles acabar como los políticos actualmente prisioneros o expulsados de su país. La normalidad política que proclaman desde el unionismo se halla muy lejos de estar entre nosotros y de ser verdad. Queremos salir de este atolladero..... Pero, ¿como hacerlo?.

Lo único cierto es que no saldremos de él si no es con grandes dosis de determinación e inteligéncia.....