Desde que se inició el movimiento independentista catalán muchas cosas que parecían inamovibles, arduas o petrificadas se han movido, sin que se vislumbre, empero, un regreso a situaciones y creencias anteriores al seísmo producido en la actualidad. Por ejemplo, la mayoría de catalanes ya hemos desconectado de un Estado que se caracteriza por una total y flagrante ausencia en la división de poderes. Montesquieu a muerto, anunció Alfonso Guerra el año 1985 como respuesta a las críticas recibidas por los socialistas a consecuencia de la reforma de la Ley Orgánica del Consejo General del Poder Judicial. El asesinato de Montesquieu a manos de los socialistas es lo que hoy en día está pagando el Estado español en forma de un hundimiento generalizado de todas las instituciones públicas y privadas que hasta ahora lo han venido sosteniendo en pie y que se evidencia por la total ausencia de independencia entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y una vergonzante mezcolanza de intereses, no siempre limpios y legítimos de estos mismos poderes entre sí y con el reconocido cuarto poder, la prensa, fundamentalmente madrileña, en calidad de cómplice e instrumento de esta ausencia de legitimidad institucional que padece España.
¡Madrit se está pudriendo!. Entendiendo como Madrit el conjunto de altos y medios funcionarios que gobiernan las principales instituciones del Estado, las élites empresariales cobijadas en el IBEX 35, los altos ejecutivos de empresas públicas y privadas que frecuentan el palco presidencial del Bernabeu y los servidores públicos que imparten justicia, que acusan e imputan delitos, los que persiguen incansablemente presuntos delincuentes o adversarios, aquellos que defienden las esencias patrias seculares con el uso y abuso de la fuerza bruta y las armas si hiciera falta, y que todos juntos velan para mantener todo este enmarañado entramado más o menos unido, siempre sometido y aparentemente impoluto como si de Dorian Grey se tratara. ¡La podredumbre solo se refleja en el retrato pero se incrusta en su alma!. Y así en apariencia nada cambia sustancialmente......
Decir que Madrit se está pudriendo puede resultar excesivamente duro e incluso ofensivo pero esto no cambia el hecho que esté pasando. Y en muchos casos la putrefacción ya se ha producido. Unos cuantos ejemplos puntuales y no exhaustivos ayudarán a comprender mejor el alcance de este pudrimiento generalizado que padece el Estado español.
Si nos fijamos en el gasto público en forma de infraestructuras observaremos que se han invertido un montón de decenas de miles de millones de euros para construir la denominada segunda red más extensa de alta velocidad ferroviaria de todo el Mundo. Esta desorbitada inversión se ha justificado como un elemento de cohesión territorial para unir y religar todas las capitales de provincia con..... ¡Madrid!. Todo va a parar a Madrid y todo sale de Madrid. No importa que los diferentes recorridos de la red sean deficitarios, no tengan pasajeros suficientes ni demanda o se hayan construido estaciones mastodónticas por todo el territorio del Estado para uso de unas pocas docenas de usuarios. Y esto también resulta válido para los aeropuertos sin aviones ni pasajeros construidos o para las autopistas radiales -de peaje- de Madrid y otras que se hallan en quiebra, sin suficientes coches que circulen por ellas para que resulten rentables. La cuestión ha sido hacer unos presupuestos del Estado para complacer a las grandes constructoras sentadas en el palco del Bernabeu. Cohesión territorial para España y beneficios desorbitados pero seguros para los Florentinos Perez de siempre. La imagen más evidente de lo acontecido con los presupuestos generales, que se financian con nuestros impuestos, ha sido invertir en almacenes subterráneos de gas que provocan terremotos e indemnizar generosamente a la empresa que lo diseñó y construyó.... ¡por qué lo hizo mal!. O el rescate de las autopistas privadas madrileñas con dinero público. Otra imagen podría ser haber prometido invertir miles de millones de euros en las colapsadas cercanías ferroviarias de Barcelona, o para la conexión del puerto a la red y el aeropuerto a la alta velocidad y no haber invertido ni la mitad de la décima parte. O desviar la inversión asignada para el corredor Mediterráneo hacia el corredor Central bajo el peregrino argumento de hacer pasar el corredor Mediterráneo por Madrid. Todo esto solo son unos pocos ejemplos de la podredumbre que ha alcanzado el Ejecutivo de Madrid. El gobierno español siempre ha tenido como prioritarios los intereses de las constructoras, o de los grandes bancos y las patrióticas grandes empresas de servicios españolas antes que los intereses de los ciudadanos. Y lo han hecho descaradamente, sin vergüenza alguna.....
La podredumbre del Ejecutivo, que siempre ha contado con la complicidad del Legislativo, es tan evidente que causa vergüenza ajena. El Legislativo se limita a bendecir las políticas impulsadas no ya por el gobierno de turno, si no por la cúpula -la ejecutiva- del partido que sostiene el gobierno. Las ejecutivas de los partidos también velan por el futuro profesional de sus políticos para cuando dejen de serlo. Si el Ejecutivo llega a la conclusión que lo mejor para los ciudadanos pasa por devaluar los salarios, precarizar la contratación, recortar la educación y la sanidad públicas, congelar las pensiones y hacer que estas decenas de miles de millones de euros ahorrados sirvan para inyectar recursos financieros gratuitamente a la banca para que pueda seguir expoliando a sus clientes en forma de comisiones abusivas, intereses estratosféricos y desahuciar inquilinos e hipotecados que no pueden hacer frente a sus deudas porque no tienen trabajo, están cobrando el paro o cobran seiscientos euros al mes, pues el Legislativo lo aprueba y todos contentos y satisfechos proclamando entusiasmados que ya hemos salido de la crisis. El Legislativo es cómplice de la podredumbre del Ejecutivo porque los diputados no legislan ni controlan al gobierno como debería de ser. Los diputados se tapan la nariz, votan lo que ordena su líder parlamentario y se olvidan que ocupan un escaño porque fueron votados y elegidos por los ciudadanos para que les defendieran a ellos y sus intereses, no los intereses de los poderosos y del Ejecutivo. Y así se evidencia también el pudrimiento del Legislativo....
El poder Judicial es el paradigma de la injusticia que rige este Estado en descomposición. Es cierto que no parece adecuado extender la carencia de ética e independencia al conjunto de jueces y fiscales del reino, pero como parece que la judicatura de base callan más que critican y no enmiendan ni cuestionan a la cúpula dirigente de los jueces y fiscales ante las arbitrariedades y martingalas que suelen provenir del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional, del Tribunal de Cuentas, del Consejo General del Poder Judicial e incluso del Tribunal Constitucional recién investido con competencias propias de un juzgado de guardia, este hecho de obediencia ciega y sumisa a la cúpula del Poder Judicial y no a la Ley y a la Justicia por encima de todo, les hace cómplices y culpables también a ellos del desbarajuste judicial que padece el Estado español. ¿Porque callan ante los atestados inventados por la guardia civil sobre la causa general impulsada contra el independentismo?. ¡Y no solo callan si no que a menudo los dan por buenos!. ¿Son verosímiles porque los dirige un teniente coronel de la guardia civil -Daniel Baena- que se distingue por publicar tuits bajo el alias de Tácito sesgados, insultantes y falsos contra los independentistas?. ¿Creen en la imparcialidad de alguien demostradamente catalanofóbico?. ¿Como es que no se inmutan cuando el ministro del Interior dice que los fiscales afinaran todo lo que haga falta para poder acusar a los políticos catalanes en base a delitos inexistentes?. Qué clase de Justicia es aquella que permite que un juez se erija en poder legislativo y ejecutivo a la vez sentenciando a quién no se puede votar, quién no puede ser investido o sobre qué puede o no discutirse en un Parlament elegido democráticamente?. ¿Qué tipo de juez se permite retorcer la ley hasta el punto de privar de libertad y de derechos políticos y civiles a hombres y mujeres honestos por el mero hecho de haber propiciado que sus conciudadanos votaran en un referéndum, no siendo ello un delito recogido en el código penal de España?. ¿Cómo es posible que sean acusados de rebelión sin armas, malversación de caudales públicos sin pruebas o de haber provocado violencia y agresiones?. ¿Qué especie de justicia es la que imputa un delito de rebelión y pertinenza a banda armada al Mayor de los mossos d'esquadra Josep Lluís Trapero y de no haber cumplido el mandato judicial cuando fueron los mossos los que retiraron más del doble de urnas que la guardia civil y la policía españolas juntas, sin causar un un solo herido entre las decenas de miles de ciudadanos que defendieron los colegios electorales el uno de octubre?. ¿Qué especie de policía represora se permite hacer detenciones o registros sin mandato judicial -el TSJC fué deliberadamente ignorado por la Guardia Civil-, retener y citar arbitrariamente a personas que no han cometido ningún delito?. ¡Si la única violencia la provocaron la policía y la GC españoles bajo el grito de "a por ellos" y bajo las órdenes del ministerio del Interior!.¿Cómo se puede acusar a políticos demócratas de desobediencia a un Tribunal Constitucional investido y ejerciendo competencias impropias, ilegítimo a ojos de millones de ciudadanos, el cual ha pasado de árbitro e interprete de la Constitución a implacable verdugo de los poderes fácticos sin un mínimo de escrúpulos?.
El mal de todos estos servidores públicos es que siempre han mandado ellos. La mayoría de altos funcionarios lo son por tradición familiar. Utilizan las oposiciones a la función pública como un instrumento de subsistencia incrustado genéticamente en su ADN familiar. Sus sagas se remontan a la época de Cánovas y Sagasta, hacia finales del siglo XIX. Desde entonces, padres, hijos, nietos y bisnietos se han alternado en la comandancia del Estado. Funcionarios, jueces, fiscales, abogados del Estado, mandos de la policía y guardia civil, del ejército, políticos, periodistas, grandes empresarios..... Todos se han ido casando entre si y sucediéndose unos a otros configurando una costra dirigente casi impenetrable que manda y manosea el cotarro a su gusto. De vez en cuando se añade un intruso para mantener la pureza y frescura de la sangre, lo cual no es nada habitual, por cierto. Es así como se ha ido tejiendo una espesa red de intereses no siempre limpios -más bien oscuros como el carbón- y un continuo de complicidades no siempre confesables para extraer el máximo provecho económico, social y político de un Estado que siempre han considerado su finca particular, su coto privado de caza. Esta costra purulenta y enquistada, simbólicamente representada por 66.666 familias -por cierto, el número del diablo-, se ha perpetuado a lo largo de la historia sin que los cambios de régimen, de ideologías, de sociedades, de costumbres, que transcurren imperturbables de reyes a dictadores y a repúblicas, de la paz a la guerra para volver a la dictadura y de aquí a una monarquía parida directamente por el franquismo y que continúa inspirando y condicionando el comportamiento de este Estado inmemorial, nunca han alterado lo más mínimo sus últimos objetivos: ostentar el poder por siempre jamás.
Todo esto es lo que ha evidenciado el independentismo de Catalunya. La mayoría de catalanes estamos hartos de esta costra dirigente aposentada en Madrit. No queremos migajas, queremos el pan entero. Queremos justicia, libertad y prosperidad sin que el poder establecido nos haga perder hasta la camisa por el camino..... Queremos acabar con esta especie de colonialismo estatal que nos quiere callados, sometidos, esclavizados y aplastados. El movimiento independentista es lo que nos ha hecho libres y sedientos de justicia y democracia. Por esta razón no hay marcha atrás.....
Lo que resulta verdaderamente sorprendente es que los ciudadanos españoles aguanten estoicamente esta situación tan injusta y no quieran para ellos lo mismo que los catalanes queremos para nosotros..... ¡la auténtica libertad!.
Pues que los españoles emprendan un proceso de independencia como ha hecho Catalunya. Si siempre nos quieren emular en todo lo que hacemos, queremos o decimos, ¿porque no lo hacen ahora?.
¡Madrit se está pudriendo!. Entendiendo como Madrit el conjunto de altos y medios funcionarios que gobiernan las principales instituciones del Estado, las élites empresariales cobijadas en el IBEX 35, los altos ejecutivos de empresas públicas y privadas que frecuentan el palco presidencial del Bernabeu y los servidores públicos que imparten justicia, que acusan e imputan delitos, los que persiguen incansablemente presuntos delincuentes o adversarios, aquellos que defienden las esencias patrias seculares con el uso y abuso de la fuerza bruta y las armas si hiciera falta, y que todos juntos velan para mantener todo este enmarañado entramado más o menos unido, siempre sometido y aparentemente impoluto como si de Dorian Grey se tratara. ¡La podredumbre solo se refleja en el retrato pero se incrusta en su alma!. Y así en apariencia nada cambia sustancialmente......
Decir que Madrit se está pudriendo puede resultar excesivamente duro e incluso ofensivo pero esto no cambia el hecho que esté pasando. Y en muchos casos la putrefacción ya se ha producido. Unos cuantos ejemplos puntuales y no exhaustivos ayudarán a comprender mejor el alcance de este pudrimiento generalizado que padece el Estado español.
Si nos fijamos en el gasto público en forma de infraestructuras observaremos que se han invertido un montón de decenas de miles de millones de euros para construir la denominada segunda red más extensa de alta velocidad ferroviaria de todo el Mundo. Esta desorbitada inversión se ha justificado como un elemento de cohesión territorial para unir y religar todas las capitales de provincia con..... ¡Madrid!. Todo va a parar a Madrid y todo sale de Madrid. No importa que los diferentes recorridos de la red sean deficitarios, no tengan pasajeros suficientes ni demanda o se hayan construido estaciones mastodónticas por todo el territorio del Estado para uso de unas pocas docenas de usuarios. Y esto también resulta válido para los aeropuertos sin aviones ni pasajeros construidos o para las autopistas radiales -de peaje- de Madrid y otras que se hallan en quiebra, sin suficientes coches que circulen por ellas para que resulten rentables. La cuestión ha sido hacer unos presupuestos del Estado para complacer a las grandes constructoras sentadas en el palco del Bernabeu. Cohesión territorial para España y beneficios desorbitados pero seguros para los Florentinos Perez de siempre. La imagen más evidente de lo acontecido con los presupuestos generales, que se financian con nuestros impuestos, ha sido invertir en almacenes subterráneos de gas que provocan terremotos e indemnizar generosamente a la empresa que lo diseñó y construyó.... ¡por qué lo hizo mal!. O el rescate de las autopistas privadas madrileñas con dinero público. Otra imagen podría ser haber prometido invertir miles de millones de euros en las colapsadas cercanías ferroviarias de Barcelona, o para la conexión del puerto a la red y el aeropuerto a la alta velocidad y no haber invertido ni la mitad de la décima parte. O desviar la inversión asignada para el corredor Mediterráneo hacia el corredor Central bajo el peregrino argumento de hacer pasar el corredor Mediterráneo por Madrid. Todo esto solo son unos pocos ejemplos de la podredumbre que ha alcanzado el Ejecutivo de Madrid. El gobierno español siempre ha tenido como prioritarios los intereses de las constructoras, o de los grandes bancos y las patrióticas grandes empresas de servicios españolas antes que los intereses de los ciudadanos. Y lo han hecho descaradamente, sin vergüenza alguna.....
La podredumbre del Ejecutivo, que siempre ha contado con la complicidad del Legislativo, es tan evidente que causa vergüenza ajena. El Legislativo se limita a bendecir las políticas impulsadas no ya por el gobierno de turno, si no por la cúpula -la ejecutiva- del partido que sostiene el gobierno. Las ejecutivas de los partidos también velan por el futuro profesional de sus políticos para cuando dejen de serlo. Si el Ejecutivo llega a la conclusión que lo mejor para los ciudadanos pasa por devaluar los salarios, precarizar la contratación, recortar la educación y la sanidad públicas, congelar las pensiones y hacer que estas decenas de miles de millones de euros ahorrados sirvan para inyectar recursos financieros gratuitamente a la banca para que pueda seguir expoliando a sus clientes en forma de comisiones abusivas, intereses estratosféricos y desahuciar inquilinos e hipotecados que no pueden hacer frente a sus deudas porque no tienen trabajo, están cobrando el paro o cobran seiscientos euros al mes, pues el Legislativo lo aprueba y todos contentos y satisfechos proclamando entusiasmados que ya hemos salido de la crisis. El Legislativo es cómplice de la podredumbre del Ejecutivo porque los diputados no legislan ni controlan al gobierno como debería de ser. Los diputados se tapan la nariz, votan lo que ordena su líder parlamentario y se olvidan que ocupan un escaño porque fueron votados y elegidos por los ciudadanos para que les defendieran a ellos y sus intereses, no los intereses de los poderosos y del Ejecutivo. Y así se evidencia también el pudrimiento del Legislativo....
El poder Judicial es el paradigma de la injusticia que rige este Estado en descomposición. Es cierto que no parece adecuado extender la carencia de ética e independencia al conjunto de jueces y fiscales del reino, pero como parece que la judicatura de base callan más que critican y no enmiendan ni cuestionan a la cúpula dirigente de los jueces y fiscales ante las arbitrariedades y martingalas que suelen provenir del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional, del Tribunal de Cuentas, del Consejo General del Poder Judicial e incluso del Tribunal Constitucional recién investido con competencias propias de un juzgado de guardia, este hecho de obediencia ciega y sumisa a la cúpula del Poder Judicial y no a la Ley y a la Justicia por encima de todo, les hace cómplices y culpables también a ellos del desbarajuste judicial que padece el Estado español. ¿Porque callan ante los atestados inventados por la guardia civil sobre la causa general impulsada contra el independentismo?. ¡Y no solo callan si no que a menudo los dan por buenos!. ¿Son verosímiles porque los dirige un teniente coronel de la guardia civil -Daniel Baena- que se distingue por publicar tuits bajo el alias de Tácito sesgados, insultantes y falsos contra los independentistas?. ¿Creen en la imparcialidad de alguien demostradamente catalanofóbico?. ¿Como es que no se inmutan cuando el ministro del Interior dice que los fiscales afinaran todo lo que haga falta para poder acusar a los políticos catalanes en base a delitos inexistentes?. Qué clase de Justicia es aquella que permite que un juez se erija en poder legislativo y ejecutivo a la vez sentenciando a quién no se puede votar, quién no puede ser investido o sobre qué puede o no discutirse en un Parlament elegido democráticamente?. ¿Qué tipo de juez se permite retorcer la ley hasta el punto de privar de libertad y de derechos políticos y civiles a hombres y mujeres honestos por el mero hecho de haber propiciado que sus conciudadanos votaran en un referéndum, no siendo ello un delito recogido en el código penal de España?. ¿Cómo es posible que sean acusados de rebelión sin armas, malversación de caudales públicos sin pruebas o de haber provocado violencia y agresiones?. ¿Qué especie de justicia es la que imputa un delito de rebelión y pertinenza a banda armada al Mayor de los mossos d'esquadra Josep Lluís Trapero y de no haber cumplido el mandato judicial cuando fueron los mossos los que retiraron más del doble de urnas que la guardia civil y la policía españolas juntas, sin causar un un solo herido entre las decenas de miles de ciudadanos que defendieron los colegios electorales el uno de octubre?. ¿Qué especie de policía represora se permite hacer detenciones o registros sin mandato judicial -el TSJC fué deliberadamente ignorado por la Guardia Civil-, retener y citar arbitrariamente a personas que no han cometido ningún delito?. ¡Si la única violencia la provocaron la policía y la GC españoles bajo el grito de "a por ellos" y bajo las órdenes del ministerio del Interior!.¿Cómo se puede acusar a políticos demócratas de desobediencia a un Tribunal Constitucional investido y ejerciendo competencias impropias, ilegítimo a ojos de millones de ciudadanos, el cual ha pasado de árbitro e interprete de la Constitución a implacable verdugo de los poderes fácticos sin un mínimo de escrúpulos?.
El mal de todos estos servidores públicos es que siempre han mandado ellos. La mayoría de altos funcionarios lo son por tradición familiar. Utilizan las oposiciones a la función pública como un instrumento de subsistencia incrustado genéticamente en su ADN familiar. Sus sagas se remontan a la época de Cánovas y Sagasta, hacia finales del siglo XIX. Desde entonces, padres, hijos, nietos y bisnietos se han alternado en la comandancia del Estado. Funcionarios, jueces, fiscales, abogados del Estado, mandos de la policía y guardia civil, del ejército, políticos, periodistas, grandes empresarios..... Todos se han ido casando entre si y sucediéndose unos a otros configurando una costra dirigente casi impenetrable que manda y manosea el cotarro a su gusto. De vez en cuando se añade un intruso para mantener la pureza y frescura de la sangre, lo cual no es nada habitual, por cierto. Es así como se ha ido tejiendo una espesa red de intereses no siempre limpios -más bien oscuros como el carbón- y un continuo de complicidades no siempre confesables para extraer el máximo provecho económico, social y político de un Estado que siempre han considerado su finca particular, su coto privado de caza. Esta costra purulenta y enquistada, simbólicamente representada por 66.666 familias -por cierto, el número del diablo-, se ha perpetuado a lo largo de la historia sin que los cambios de régimen, de ideologías, de sociedades, de costumbres, que transcurren imperturbables de reyes a dictadores y a repúblicas, de la paz a la guerra para volver a la dictadura y de aquí a una monarquía parida directamente por el franquismo y que continúa inspirando y condicionando el comportamiento de este Estado inmemorial, nunca han alterado lo más mínimo sus últimos objetivos: ostentar el poder por siempre jamás.
Todo esto es lo que ha evidenciado el independentismo de Catalunya. La mayoría de catalanes estamos hartos de esta costra dirigente aposentada en Madrit. No queremos migajas, queremos el pan entero. Queremos justicia, libertad y prosperidad sin que el poder establecido nos haga perder hasta la camisa por el camino..... Queremos acabar con esta especie de colonialismo estatal que nos quiere callados, sometidos, esclavizados y aplastados. El movimiento independentista es lo que nos ha hecho libres y sedientos de justicia y democracia. Por esta razón no hay marcha atrás.....
Lo que resulta verdaderamente sorprendente es que los ciudadanos españoles aguanten estoicamente esta situación tan injusta y no quieran para ellos lo mismo que los catalanes queremos para nosotros..... ¡la auténtica libertad!.
Pues que los españoles emprendan un proceso de independencia como ha hecho Catalunya. Si siempre nos quieren emular en todo lo que hacemos, queremos o decimos, ¿porque no lo hacen ahora?.
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