Desde hace algunas semanas confieso que me ha vuelto mucho más crítico y hosco de lo que habitualmente soy, hacia ciertas actitudes que considero excesivamente tibias y condescendientes defendidas por algunos dirigentes soberanistas. Parece que anteponen una supuesta estabilidad, un falso posibilismo y una cierta resignación combinada con grandes dosis de impotencia de la Generalitat -incluyendo guiños de complicidad hacia los poderes fácticos españoles-, en contraposición a una justificada desconfiança ganada a pulso hacia las instituciones hispanas y hacia el nuevo gobierno, surgido después de haber apoyado la investidura de Pedro Sánchez como flamante y novel presidente del ejecutivo, así como el reconocimiento del PSOE como actual partido pivote en la política del Estado. Estos líderes, fundamentalmente pertenecientes a ERC y PDCat defienden el entendimiento, el diálogo y el pacto como ejes presentes y futuros en las relaciones entre España y Catalunya. Por cierto, como siempre han hecho. Pero también defienden aunque soterradamente la formación de un posible gobierno tripartito de la Generalitat e incluso se sobre-entiende perfectamente que desearían volver -aunque fuera disimuladamente- al añorado peix al cove -pájaro en mano- duranlleidista-pujolista, muerto y enterrado ya hace unos cuantos años. Para conseguir tal hazaña suelen dar unas excusas sobradamente peregrinas, del tipo que hemos de ampliar la base independentista, o gobernar sobre lo cotidiano y el dia a dia, o escoger para cargos públicos a personas libres de futuras implicaciones penales aceptando tácita y sumisamente las tesis unionistas al uso y mientras los españolistas más ardorosos incitan a la violencia, apadrinan a la extrema derecha desplazada expresamente a Catalunya y buscan y provocan enfrentamientos, invocando explicitamente el guerracivilismo. Es lo que pregonan VOX, SCC, Albiol, Rivera y Arrimadas e incluso el nuevo ministro de asuntos exteriores del gobierno de España, Josep Borrell.
No deja de ser comprensible que estos dirigentes catalanistas, al fin y al cabo accidentales y eventuales, se sientan un poco aturdidos y asustados ante el encarcelamientos y destierro de los verdaderos líderes de partidos e instituciones de la sociedad política y civil soberanistas, y como consecuencia de las amenazas, persecución y ensañamiento de la caverna mediática, la policía, la fiscalía y la judicatura castellanas, con la bendición y acicate de los políticos nacionalistas españoles y del rey Felipe VI, todos ellos enfrascados en un despiadado e irracional combate emprendido contra el independentismo. Pero que ello sea comprensible no quiere decir que sea justificable. Al fin y al cabo la base independentista ya se encuentra por encima del 50% del electorado en un posible referéndum homologado y convocado con plenitud de garantias. Así lo constatan las encuestas supuestamente secretas que manejan en Madrit, que no se atreven a publicar ni les permite convocar la consulta puesto que saben que ganaría el SÍ a la independencia abrumadoramente. Es por esta razón que piden el 70% o más a favor para dar validez a las ansias independentistas, ya mayoritarias en la actualidad. Y si se alcanza este porcentaje exigirán la casi unanimidad de los electores a favor para validar un hipotético reconocimiento de la independencia. Es la forma cómo Madrit entiende los principios democráticos. En lo referido a la cotidianidad y gobernabilidad del día a día y de aquello que interesa a los ciudadanos, con las trabas constitucionales, el asedio judicial, las persecuciones policiales, los boicots comerciales y las carencias financieras que estamos sufriendo poca gobernanza podrá ejercer la Generalitat, a día de hoy cautiva y desarmada. Respecto a escoger cargos públicos libres de imputaciones políticas, equivale a aceptar que los jueces deben bendecir las designaciones de aquellos que a ellos plazca y les parezcan bien, frente la potestad y competencia del govern y la soberanía del Parlament en el nombramiento de candidatos y cargos públicos.
Ante el azoramiento que sufren los circunstanciales líderes soberanistas, bueno será que se tengan en cuenta como punto de partida algunos aspectos que resultan incontrovertibles.
1/ La independencia ya está proclamada. Se ganó el pasado 1 de octubre y se aprobó parlamentariamente el 27 del mismo més. ¿O no cuentan para nada la defensa y ejercicio democráticos efectuados por millones de esforzados votantes y los miles de apaleados y escarnecidos catalanes, ante la brutalidad ejercida por la guardia civil y la policía españolas, bajo el grito de "a por ellos"?.
2/ Hemos llegado a la independencia puesto que el Estado español no garantiza ni bienestar, ni prosperidad económica, ni justicia, ni siquiera garantiza las libertades y derechos básicos de los ciudadanos. Es por ello que deseamos un Estado nuevo que no vaya en contra nuestra y que nos ayude, no que quiera exterminarnos como pueblo, como pasa con el actual.
3/ Mientras haya secuestrados y expatriados no se puede razonar. Mientras haya persecuciones, chantajes y amenazas no se puede hablar de nada. Primero deben liberar sin condiciones a los prisioneros y debe permitirse el regreso de los exiliados sin más consecuencias de ningún tipo y después dialogaremos y buscaremos acuerdos y pactos.
4/ Cualquier acuerdo y pacto deberá someterse a la aprobación de la ciudadanía catalana. Nada que no sea votado y aprobado por la mayoría de catalanes no tendrá ningún tipo de legitimidad.
5/ Las conversaciones deberán establecerse sin limitaciones previas ni censuras de ningún tipo y en condiciones de igualdad entre ambas partes.
6/ No pueden descartarse ni mucho menos ni la desobediencia ciudadana individual o colectiva, ni la desobediencia política, financiera y económica, como instrumentos de liberación nacional y tampoco se puede descartar la legitimidad conseguida después de tantos años transcurridos en defensa del derecho de autodeterminación, a pesar de la agresividad y violencia empleadas por el Estado español.
Existen muchos más aspectos a tener en cuenta en el momento político actual. No es hora de hacer un listado exhaustivo pero sí es tiempo de tenerlos muy presentes. Constatamos que Madrit no ha querido negociar jamás nada de nada. Y mucho menos bilateralmente, de tú a tú. Tengamos en cuenta que solo saben utilizar la violencia, las agresiones judiciales, las amenazas, las mentiras y los insultos. La venganza es una de sus señas de identidad más características. Le importa un rábano re-torcer más o menos las leyes y los principios democráticos, presionar y hacer chantaje a empresas y a la sociedad, atemorizar a la gente y mentir y manipular a todo el mundo hasta la extenuación, para conseguir sus objetivos unitaristas: Una, Grande y Libre por siempre mas, grabado a fuego en sus entretelas. Incluso permiten y toleran que la extrema derecha nacionalista venida de todo el Estado pueda campar a sus anchas con total impunidad por las calles y plazas de Catalunya, sin que la policia, la fiscalia o los jueces hagan el mínimo gesto para detener sus tropelías. La misión de los fascistas en clara: provocar enfrentamientos, agredir violentamente a los independentistas y amenazar con cutters, navajas y palos la paz y a la ciudadanía. Ciertamente, nada que no hagan los grupos fascistas en todo el mundo.....
Que los líderes actuales no tengan miedo. Que no se dejen embaucar. Que pidan negociar de tú a tú, sin condiciones previas ni limitaciones constitucionales ni legales de ningún tipo. Que exijan antes que nada la liberación de los presos y el retorno de los expatriados sin cargos ni imputaciones inverosímiles o inventadas contra ellos. Y que tengan muy presente que millones de catalanes estamos dispuestos a defender nuestros derechos y preservar la República y a nuestros dirigentes, ya sean los legítimos o los circunstanciales.
No deja de ser comprensible que estos dirigentes catalanistas, al fin y al cabo accidentales y eventuales, se sientan un poco aturdidos y asustados ante el encarcelamientos y destierro de los verdaderos líderes de partidos e instituciones de la sociedad política y civil soberanistas, y como consecuencia de las amenazas, persecución y ensañamiento de la caverna mediática, la policía, la fiscalía y la judicatura castellanas, con la bendición y acicate de los políticos nacionalistas españoles y del rey Felipe VI, todos ellos enfrascados en un despiadado e irracional combate emprendido contra el independentismo. Pero que ello sea comprensible no quiere decir que sea justificable. Al fin y al cabo la base independentista ya se encuentra por encima del 50% del electorado en un posible referéndum homologado y convocado con plenitud de garantias. Así lo constatan las encuestas supuestamente secretas que manejan en Madrit, que no se atreven a publicar ni les permite convocar la consulta puesto que saben que ganaría el SÍ a la independencia abrumadoramente. Es por esta razón que piden el 70% o más a favor para dar validez a las ansias independentistas, ya mayoritarias en la actualidad. Y si se alcanza este porcentaje exigirán la casi unanimidad de los electores a favor para validar un hipotético reconocimiento de la independencia. Es la forma cómo Madrit entiende los principios democráticos. En lo referido a la cotidianidad y gobernabilidad del día a día y de aquello que interesa a los ciudadanos, con las trabas constitucionales, el asedio judicial, las persecuciones policiales, los boicots comerciales y las carencias financieras que estamos sufriendo poca gobernanza podrá ejercer la Generalitat, a día de hoy cautiva y desarmada. Respecto a escoger cargos públicos libres de imputaciones políticas, equivale a aceptar que los jueces deben bendecir las designaciones de aquellos que a ellos plazca y les parezcan bien, frente la potestad y competencia del govern y la soberanía del Parlament en el nombramiento de candidatos y cargos públicos.
Ante el azoramiento que sufren los circunstanciales líderes soberanistas, bueno será que se tengan en cuenta como punto de partida algunos aspectos que resultan incontrovertibles.
1/ La independencia ya está proclamada. Se ganó el pasado 1 de octubre y se aprobó parlamentariamente el 27 del mismo més. ¿O no cuentan para nada la defensa y ejercicio democráticos efectuados por millones de esforzados votantes y los miles de apaleados y escarnecidos catalanes, ante la brutalidad ejercida por la guardia civil y la policía españolas, bajo el grito de "a por ellos"?.
2/ Hemos llegado a la independencia puesto que el Estado español no garantiza ni bienestar, ni prosperidad económica, ni justicia, ni siquiera garantiza las libertades y derechos básicos de los ciudadanos. Es por ello que deseamos un Estado nuevo que no vaya en contra nuestra y que nos ayude, no que quiera exterminarnos como pueblo, como pasa con el actual.
3/ Mientras haya secuestrados y expatriados no se puede razonar. Mientras haya persecuciones, chantajes y amenazas no se puede hablar de nada. Primero deben liberar sin condiciones a los prisioneros y debe permitirse el regreso de los exiliados sin más consecuencias de ningún tipo y después dialogaremos y buscaremos acuerdos y pactos.
4/ Cualquier acuerdo y pacto deberá someterse a la aprobación de la ciudadanía catalana. Nada que no sea votado y aprobado por la mayoría de catalanes no tendrá ningún tipo de legitimidad.
5/ Las conversaciones deberán establecerse sin limitaciones previas ni censuras de ningún tipo y en condiciones de igualdad entre ambas partes.
6/ No pueden descartarse ni mucho menos ni la desobediencia ciudadana individual o colectiva, ni la desobediencia política, financiera y económica, como instrumentos de liberación nacional y tampoco se puede descartar la legitimidad conseguida después de tantos años transcurridos en defensa del derecho de autodeterminación, a pesar de la agresividad y violencia empleadas por el Estado español.
Existen muchos más aspectos a tener en cuenta en el momento político actual. No es hora de hacer un listado exhaustivo pero sí es tiempo de tenerlos muy presentes. Constatamos que Madrit no ha querido negociar jamás nada de nada. Y mucho menos bilateralmente, de tú a tú. Tengamos en cuenta que solo saben utilizar la violencia, las agresiones judiciales, las amenazas, las mentiras y los insultos. La venganza es una de sus señas de identidad más características. Le importa un rábano re-torcer más o menos las leyes y los principios democráticos, presionar y hacer chantaje a empresas y a la sociedad, atemorizar a la gente y mentir y manipular a todo el mundo hasta la extenuación, para conseguir sus objetivos unitaristas: Una, Grande y Libre por siempre mas, grabado a fuego en sus entretelas. Incluso permiten y toleran que la extrema derecha nacionalista venida de todo el Estado pueda campar a sus anchas con total impunidad por las calles y plazas de Catalunya, sin que la policia, la fiscalia o los jueces hagan el mínimo gesto para detener sus tropelías. La misión de los fascistas en clara: provocar enfrentamientos, agredir violentamente a los independentistas y amenazar con cutters, navajas y palos la paz y a la ciudadanía. Ciertamente, nada que no hagan los grupos fascistas en todo el mundo.....
Que los líderes actuales no tengan miedo. Que no se dejen embaucar. Que pidan negociar de tú a tú, sin condiciones previas ni limitaciones constitucionales ni legales de ningún tipo. Que exijan antes que nada la liberación de los presos y el retorno de los expatriados sin cargos ni imputaciones inverosímiles o inventadas contra ellos. Y que tengan muy presente que millones de catalanes estamos dispuestos a defender nuestros derechos y preservar la República y a nuestros dirigentes, ya sean los legítimos o los circunstanciales.
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