Falta menos de un mes para que los catalanes vayamos a votar, una vez más, para elegir a nuestros representantes en el Parlament. Los diputados elegidos serán los custodios de nuestra soberanía, la de todos los catalanes. Son los encargados de cumplir con los compromisos adquiridos durante la campaña electoral. Es sabido que en España los partidos políticos no suelen cumplir aquello por lo cual han sido votados, sin que ello tenga consecuencias electorales negativas de ningún tipo. Pero en Catalunya, a pesar de todos los impedimentos que ponen los políticos y burócratas españoles, son más honestos y por lo menos lo intentan hacer, tanto como ello sea posible. Buena prueba de esto la hallamos en todo lo que ha venido sucediendo durante la pasada legislatura. Solo diré, para no repetirme en demasía, que la Generalitat, con el apoyo de Junts pel Si y las CUP, cumplieron su contrato electoral convocando un referéndum de autodeterminación y permitiendo la votación -con resultados favorables a la independencia-, a pesar de las mentiras periodísticas vertidas por la caverna, la guerra sucia promovida por las cloacas del estado, el despiadado asedio policial, fiscal y judicial sufridos, la peculiar actuación del ilegítimo Tribunal Constitucional, la violencia desatada por las fuerzas represoras españolas, el estrangulamiento financiero, ya secular, y los consejos y presiones ejercidos sobre las empresas catalanas para que emigraran del país. Todas estas arbitrariedades hemos padecido los catalanes y la Generalitat por la voluntad de un Estado percibido por los ciudadanos como excesivamente autoritario -por no decir dictatorial- y por tanto, poco democrático.
Este cumplimiento político ha costado la destitución del presidente y los consejeros de la Generalitat, la disolución del Parlament y la imputación de todos los miembros de la mesa -excepto los miembros no soberanistas-, así como el encarcelamiento y exilio de todo el gobierno de Catalunya y de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, líderes de movimientos cívicos, privados de libertad preventivamente ya hace demasiadas semanas. Todos acusados de sedición, rebelión con violencia, prevaricación y desobediencia..... Ahora el mandamás supremo que gobierna Catalunya es alguien ajeno a la voluntad democrática de los catalanes, el cual ordena y manda desde seiscientos kilómetros allá, en el ombligo del imperio, haciéndolo de la forma más arbitraria y grosera que nadie pueda imaginar. Él es quién da el permiso pertinente cuando se han de comprar folios de papel o material escolar para los colegios. Él destituye al mayor Trapero por celos y envidia, porqué hizo su trabajo bien, con mesura y profesionalidad extremas. También se encarga de distribuir las subvenciones a las entidades sociales, culturales y científicas, las cuales ahora no acaban de recibir en tiempo y forma previamente convenidos. Amenaza con el cierre de TV3 y Catalunya Radio -medios públicos- y reabrirlos, pero con trabajadores más afines al nacional-catolicismo practicado en TVE, la suya, a la vez que propone interferir el sistema educativo catalán para acercarlo más hacia el florido pensil vigente durante los años de la dictadura -por lo visto, enormemente añorado por el régimen actual-, antes que una educación moderna y plural, más acorde con el siglo XXI. El supremo tampoco permite que en defensa de los intereses de la Generalitat -¡de Catalunya, en definitiva!- se interpongan los recursos necesarios para apelar, por ejemplo, contra la sentencia sobre el retorno a Aragón de las obras del monasterio de Sijena, las cuales fueron salvadas de la destrucción por los catalanes los años 1936 y 1960, legalmente compradas los años 1983 y 1992 y desde entonces restauradas y custodiadas en el Museo Diocesano de Lleida y el Museo Nacional de Arte de Catalunya. ¡Antes al contrario!. El consejero usurpador en funciones Méndez de Vigo -actual ministro de Cultura- ha ordenado el traslado de las obras depositadas en el museo de Lleida a Aragón, sin esperar la resolución de las antiguas apelaciones presentadas ya hace demasiado tiempo, ante los juzgados de Huesca. Estos solo son unos cuantos ejemplos de lo que está significando la aplicación del artículo 155 de la sagrada Constitución Española. Artículo que parece tener más contenido y alcance que la propia constitución..... Por cierto, una aplicación absolutamente inconstitucional y por tanto ilegítima, según opinión de destacados profesores y catedráticos de derecho constitucional -y penal- españoles, nada sospechosos de ser favorables al independentismo. El mencionado artículo no contempla ni la destitución del govern, ni la disolución del Parlament, ni otorga al presidente del gobierno español la potestad de convocar elecciones en Catalunya...... Pero como quien manda, paga, Mariano Rajoy y su gobierno se pasan por el forro la ley y la legitimidad y hacen y deshacen lo que quieren, como quieren y cuando quieren..... ¡Con la absoluta complicidad del PSC-PSOE y de C's, desgraciadamente!.
Expolio del autogobierno y de la democracia, expolio fiscal y económico y ahora expolio cultural...... Ciertamente, la venganza desatada por el Estado español contra los deseos de justicia y la práctica absolutamente democrática de Catalunya y de los catalanes, es terrible. ¡Es vergonzosa!. ¡Es desaforada!. El cumplimiento de los compromisos por parte de aquellos que recibieron el voto para hacerlo, ha costado la aniquilación de la Generalitat, la prisión y el exilio de nuestros políticos y descartar y menospreciar la voluntad política y democrática del pueblo catalán. ¡Y nosotros con el lirio en la mano y una sonrisa de oreja a oreja....!. Si el próximo 21 de diciembre no acudimos a votar en masa a favor de las opciones independentistas y vigilantes para que no hagan trampas y nos dejemos embaucar con trucos propios de trileros, todo aquello que nos pase a partir del 22 lo habremos ganado a pulso, por ingenuos y excesivamente confiados en la buena fé de nuestros adversarios..... Los cuales además de poderosos y prepotentes, son despiadados y vengativos.
Y los catalanes, excesivamente confiados en el talante democrático del gobierno y de los populares, talante ciertamente inexistente. Crédulos en que no utilizarían la fuerza bruta contra ciudadanos libres y democráticos. Que no intimidarían con la utilización de las fuerzas armadas como si hizo la ministra de Defensa. Pensábamos que la policía y la guardia civil, los fiscales y jueces actuarían con imparcialidad, con mesura y guiados por los principios democráticos y de justicia comunes a otros estados de la Unión Europea y no fué así. Confiábamos que algunos estados de esta Unión apoyarían la democracia y la justicia por encima de la represión, la anti-política y la debilidad democrática españolas, y ello no sucedió. Y no contamos que las grandes empresas catalanas atenderían más las recomendaciones del IBEX 35 y claudicarían ante las presiones y consejos del gobierno de Madrit, antes que atender la racionalidad estrictamente económica al margen de las creencias políticas de cada uno. En este último caso me atrevo a preguntar a las empresas que han huido tan súbitamente de Catalunya lo siguiente: ¿Porque hasta el uno de octubre no tenían miedo de lo que ocurría en Catalunya pero a partir de la publicación del decreto del gobierno de Madrit, facilitando y estimulando el cambio de domicilio fiscal y social de las empresas, todo fueron prisas, miedos y huidas injustificadas y atropelladas?. ¿No tomaron una decisión precipitada más por motivos políticos que no económicos?. ¿No fue una acción de sumisión provocada por el gobierno y que causó la incertidumbre e inestabilidad que ahora atribuyen infundada y exclusivamente al proceso independentista?.
La Generalitat había ejecutado y desarrollado el trabajo necesario para proclamar la República pero tal vez no hizo lo suficiente para poder consolidar la independència. Los ciudadanos pusimos los votos imprescindibles pero no defendimos la declaración con la necesaria fuerza y convicción. Pero España actuó -y actúa- irracionalmente: Abjuró de la democracia y la justicia, utilizó la fuerza bruta policial, fiscal y judicial, las amenazas militares e hizo lo imposible para devastar las finanzas y la economía catalanas, Y nosotros, los catalanes, con el lirio en la mano.....
Por parte catalana no todo esta por hacer ni todo está perdido. Puesto que tenemos declarada la independencia. Solo resta implementar esta declaración y defenderla con todas las armas a nuestro alcance y hasta las últimas consecuencias. Desconfiando del Estado español y de la diplomacia europea, que prefiere defender la brutalidad y los abusos. Haciendo aquello que el IBEX 35 y el gobierno de España no hicieron con las empresas catalanas: dejarlas en paz para que tomen sus propias decisiones de acuerdo con sus intereses y no por presiones políticas. Por tanto, si queremos ganarnos la independencia hemos de actuar sin complejos como lo que somos, republicanos, sin dar un paso hacia atrás. Remachando el clavo de la plena soberanía el próximo 21 de diciembre, votando otra vez a favor de LA REPÚBLICA DE CATALUNYA.
Y defendiéndola con unas y dientes.....
Este cumplimiento político ha costado la destitución del presidente y los consejeros de la Generalitat, la disolución del Parlament y la imputación de todos los miembros de la mesa -excepto los miembros no soberanistas-, así como el encarcelamiento y exilio de todo el gobierno de Catalunya y de Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, líderes de movimientos cívicos, privados de libertad preventivamente ya hace demasiadas semanas. Todos acusados de sedición, rebelión con violencia, prevaricación y desobediencia..... Ahora el mandamás supremo que gobierna Catalunya es alguien ajeno a la voluntad democrática de los catalanes, el cual ordena y manda desde seiscientos kilómetros allá, en el ombligo del imperio, haciéndolo de la forma más arbitraria y grosera que nadie pueda imaginar. Él es quién da el permiso pertinente cuando se han de comprar folios de papel o material escolar para los colegios. Él destituye al mayor Trapero por celos y envidia, porqué hizo su trabajo bien, con mesura y profesionalidad extremas. También se encarga de distribuir las subvenciones a las entidades sociales, culturales y científicas, las cuales ahora no acaban de recibir en tiempo y forma previamente convenidos. Amenaza con el cierre de TV3 y Catalunya Radio -medios públicos- y reabrirlos, pero con trabajadores más afines al nacional-catolicismo practicado en TVE, la suya, a la vez que propone interferir el sistema educativo catalán para acercarlo más hacia el florido pensil vigente durante los años de la dictadura -por lo visto, enormemente añorado por el régimen actual-, antes que una educación moderna y plural, más acorde con el siglo XXI. El supremo tampoco permite que en defensa de los intereses de la Generalitat -¡de Catalunya, en definitiva!- se interpongan los recursos necesarios para apelar, por ejemplo, contra la sentencia sobre el retorno a Aragón de las obras del monasterio de Sijena, las cuales fueron salvadas de la destrucción por los catalanes los años 1936 y 1960, legalmente compradas los años 1983 y 1992 y desde entonces restauradas y custodiadas en el Museo Diocesano de Lleida y el Museo Nacional de Arte de Catalunya. ¡Antes al contrario!. El consejero usurpador en funciones Méndez de Vigo -actual ministro de Cultura- ha ordenado el traslado de las obras depositadas en el museo de Lleida a Aragón, sin esperar la resolución de las antiguas apelaciones presentadas ya hace demasiado tiempo, ante los juzgados de Huesca. Estos solo son unos cuantos ejemplos de lo que está significando la aplicación del artículo 155 de la sagrada Constitución Española. Artículo que parece tener más contenido y alcance que la propia constitución..... Por cierto, una aplicación absolutamente inconstitucional y por tanto ilegítima, según opinión de destacados profesores y catedráticos de derecho constitucional -y penal- españoles, nada sospechosos de ser favorables al independentismo. El mencionado artículo no contempla ni la destitución del govern, ni la disolución del Parlament, ni otorga al presidente del gobierno español la potestad de convocar elecciones en Catalunya...... Pero como quien manda, paga, Mariano Rajoy y su gobierno se pasan por el forro la ley y la legitimidad y hacen y deshacen lo que quieren, como quieren y cuando quieren..... ¡Con la absoluta complicidad del PSC-PSOE y de C's, desgraciadamente!.
Expolio del autogobierno y de la democracia, expolio fiscal y económico y ahora expolio cultural...... Ciertamente, la venganza desatada por el Estado español contra los deseos de justicia y la práctica absolutamente democrática de Catalunya y de los catalanes, es terrible. ¡Es vergonzosa!. ¡Es desaforada!. El cumplimiento de los compromisos por parte de aquellos que recibieron el voto para hacerlo, ha costado la aniquilación de la Generalitat, la prisión y el exilio de nuestros políticos y descartar y menospreciar la voluntad política y democrática del pueblo catalán. ¡Y nosotros con el lirio en la mano y una sonrisa de oreja a oreja....!. Si el próximo 21 de diciembre no acudimos a votar en masa a favor de las opciones independentistas y vigilantes para que no hagan trampas y nos dejemos embaucar con trucos propios de trileros, todo aquello que nos pase a partir del 22 lo habremos ganado a pulso, por ingenuos y excesivamente confiados en la buena fé de nuestros adversarios..... Los cuales además de poderosos y prepotentes, son despiadados y vengativos.
Y los catalanes, excesivamente confiados en el talante democrático del gobierno y de los populares, talante ciertamente inexistente. Crédulos en que no utilizarían la fuerza bruta contra ciudadanos libres y democráticos. Que no intimidarían con la utilización de las fuerzas armadas como si hizo la ministra de Defensa. Pensábamos que la policía y la guardia civil, los fiscales y jueces actuarían con imparcialidad, con mesura y guiados por los principios democráticos y de justicia comunes a otros estados de la Unión Europea y no fué así. Confiábamos que algunos estados de esta Unión apoyarían la democracia y la justicia por encima de la represión, la anti-política y la debilidad democrática españolas, y ello no sucedió. Y no contamos que las grandes empresas catalanas atenderían más las recomendaciones del IBEX 35 y claudicarían ante las presiones y consejos del gobierno de Madrit, antes que atender la racionalidad estrictamente económica al margen de las creencias políticas de cada uno. En este último caso me atrevo a preguntar a las empresas que han huido tan súbitamente de Catalunya lo siguiente: ¿Porque hasta el uno de octubre no tenían miedo de lo que ocurría en Catalunya pero a partir de la publicación del decreto del gobierno de Madrit, facilitando y estimulando el cambio de domicilio fiscal y social de las empresas, todo fueron prisas, miedos y huidas injustificadas y atropelladas?. ¿No tomaron una decisión precipitada más por motivos políticos que no económicos?. ¿No fue una acción de sumisión provocada por el gobierno y que causó la incertidumbre e inestabilidad que ahora atribuyen infundada y exclusivamente al proceso independentista?.
La Generalitat había ejecutado y desarrollado el trabajo necesario para proclamar la República pero tal vez no hizo lo suficiente para poder consolidar la independència. Los ciudadanos pusimos los votos imprescindibles pero no defendimos la declaración con la necesaria fuerza y convicción. Pero España actuó -y actúa- irracionalmente: Abjuró de la democracia y la justicia, utilizó la fuerza bruta policial, fiscal y judicial, las amenazas militares e hizo lo imposible para devastar las finanzas y la economía catalanas, Y nosotros, los catalanes, con el lirio en la mano.....
Por parte catalana no todo esta por hacer ni todo está perdido. Puesto que tenemos declarada la independencia. Solo resta implementar esta declaración y defenderla con todas las armas a nuestro alcance y hasta las últimas consecuencias. Desconfiando del Estado español y de la diplomacia europea, que prefiere defender la brutalidad y los abusos. Haciendo aquello que el IBEX 35 y el gobierno de España no hicieron con las empresas catalanas: dejarlas en paz para que tomen sus propias decisiones de acuerdo con sus intereses y no por presiones políticas. Por tanto, si queremos ganarnos la independencia hemos de actuar sin complejos como lo que somos, republicanos, sin dar un paso hacia atrás. Remachando el clavo de la plena soberanía el próximo 21 de diciembre, votando otra vez a favor de LA REPÚBLICA DE CATALUNYA.
Y defendiéndola con unas y dientes.....
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