El diecisiete de agosto pasado hubo un atentado yihadista en la Rambla de Barcelona. Más tarde, en Cambrils, reincidieron y cinco terroristas fueron abatidos por los mossos d'esquadra. El precio que hemos pagado por esta salvajada han sido quince muertos y más de un centenar de heridos. Hasta aquí la información fria y dura.....
Pero la noticia ni es fría ni es solo dura...... ¡Antes al contrario!. Es dolorosa, emotiva y llena de crueldad. Asesinados y heridos, la mayoría turistas, que disfrutaban de un paseo por las calles más emblemáticas de ambas ciudades, recibieron un latigazo de odio y sectarismo en nombre de una religión que no predica ni rencor ni fanatismo..... Trallazo extensible a millones de personas de Catalunya, de España, de Europa y del resto del Mundo.
"No tinc por" se gritaba en las concentraciones convocadas para condenar el atentado. Los asistentes agradecían la impagable tarea desarrollada por los mossos y los servicios de emergencia y protección civil y por las muestras de solidaridad y abrigo manifestadas por los ciudadanos y los diferentes colectivos profesionales, así como por la respuesta dada por la sociedad civil en general, ante la magnitud de la tragedia sufrida. La eficacia mostrada por las diferentes autoridades y por la Generalitat en particular fue el mejor de los consuelos. Pero.... ¡Ailás!. Apenas habían transcurrido unas pocas horas cuando ya surgieron las consabidas excepciones a tanta armonía, solidaridad y supuesta unidad ante lo acontecido. La web comenzó a hervir y algunos impresentable empezaron a mostrar el odio acumulado hacia Catalunya y los catalanes. Algunos de los vomitivos mensajes lanzados iban dedicados a congratularse que hubiese pasado en Barcelona y el Catalunya. Otros culpaban a la política de acogida supuestamente permisiva de la Generalitat hacia los musulmanes. Por cierto, política que siempre ha sido competencia del gobierno de Madrit. Pero la mayoría de mensajes, auténticas infamias, se centraban en mezclar las ansias de independencia de Catalunya con las sangrantes consecuencias producidas por el atentado yihadista..... A medida que pasaban las horas la mezcla entre proceso soberanista y terrorismo se iba incrementando, extendiéndose desde la web hacia los medios de comunicación cavernarios, tanto en versión digital como los impresos en papel o difundidos por radio y televisión. Incluso la mezquindad desatada llegó hasta los ámbitos políticos y policiales españoles, los cuales porfiaban por hurgar en la división política como causa de todos los males y la unidad de la patria como panacea de todos los parabienes, mientras estallaban de envidia y celos a causa de la buena tarea realizada por la Generalitat, por los mossos d'esquadra y la respuesta dada por la sociedad civil catalana. Incluso el exministro Mayor Oreja criticó enrabietado que se informara también en catalán puesto que "los españoles merecían que les explicaran los atentados en español". ¡Todo acabó deviniendo en puras y duras muestras de envidia y rabia....!.
No merece la pena continuar hablando sobre esta reacción tan visceral como ruín de algunos significados representantes del nacional-catolicismo español y de los más exaltados unionistas, incluyendo desgraciadamente también algunos catalanes. Hacerlo sería hacernos mala sangre y alimentar la espiral de odio que tan desvergonzadamente muestran este tipo de personajes. Pero si merece la pena sacar algunas consecuencias positivas y, porqué no, algunas negativas, también muy esclarecedoras.
En primer lugar ha sido la impecable reacción mostrada por la ciudadanía. Podemos sentirnos orgullosos. La tarea de los mossos d'esquadra y de las autoridades catalanas también son dignas de ser destacadas. Información abundante, veraz y detallada. Una verdadera demostración de como se han de hacer las cosas, sobretodo cuando se trata de un asunto como el ocurrido en Barcelona y Cambrils. Siempre podremos preguntarnos que no habría pasado si la policía catalana hubiera podido contar con los efectivos que hasta ahora no han sido autorizados por el Ministerio de Hacienda por cuestiones presupuestarias o, incluso, si se podía haber evitado el atentado caso de disponer de la información que algunos servicios secretos transmitieron a sus homónimos españoles, los cuales parece que jamás llegaron a poner a disposición de los mossos. Sería verosímil pensar que si los mossos hubieran estado integrados en Europol e Interpol podrían haber recibido más información. Pero el gobierno de España no lo ha permitido hasta ahora, porqué dicen que "es una competencia estatal". Competencia que en el asunto que nos ocupa ha devenido en absoluta incompetencia estatal......¡Y además, dolosa!
Donde más se ha notado el rencor que provoca en proceso catalán ha sido entre los medios cavernarios españoles, tanto los madrileños como algunos pocos catalanes. De estos últimos concretamente dos: La Vanguardia y El Periódico-. Desde viñetas vergonzosas sobre el atentado mezclándolas con la independencia publicadas en El País, hasta las exclusivas orgullosamente aireadas por El Periódico: "La CIA avanzó hace dos meses a los mossos que la Rambla era objetivo del yihadismo". Esto yo lo califico como una exclusiva post-verídica, difundida para desprestigiar una policía catalana cargada de profesionalidad y de actuación irreprochable, pero a la cual se le ocultó información vital que presuntamente estaba en poder de los servicios de información españoles. La post-exclusiva fue publicada tres cuartos de hora después de producido el atentado con los muertos aun sobre la calzada y los heridos demandando auxilio. Pasando también por sesudos editoriales, surgidos de la pluma de auténticos trogloditas antediluvianos y absolutamente sectarios, que parecían más interesados en pedir que la Generalitat se olvidara de la independencia porque esta era la causa del terrorismo, o aconsejando mantener la unidad del Estado porque ello era garantía de que no volviera a ocurrir lo que ha pasado este fatídico diecisiete de agosto. Pero la acusación de politizar el atentado la atribuían a la Generalitat.... ¡Vergonzoso!. ¡Patético!.
La Generalitat ha estado al nivel esperado. A la altura de lo acontecido. Ha actuado con mesura, transparencia y rapidez, como corresponde hacer a las instituciones serias de cualquier estado democrático del mundo. Algunos han ido a remolque, como hidalgos de capa raída y botas desgastadas, mezquinos pero a la vez altivos y rabiosos porque no han sido los protagonistas de la resolución de la tragedia. De ahí la rabia, el buscar tres pies al gato o intentar desprestigiar el buen trabajo realizado porque no la hicieron ellos...... Quisieron mezclar independentismo y terrorismo y han quedado en evidencia. Tal es el caso del gobierno, la caverna y algunos trolls -¡muchos!-, siempre dispuestos a defender la sagrada unidad de la patria aunque para hacerlo tengan que mancharse con las lágrimas y la sangre de las víctimas.
Ahora si que mezclo, intencionadamente, el atentado y el proceso independentista. Por ello me disculpo. Si los catalanes queremos librarnos de tanta ruindad y mala leche tenemos una única alternativa: la conquista de un nuevo estado libre y soberano en el que no tengan cabida tanta mezquindad y tanta amargura......
¡Por ello necesitamos la independencia!
Pero la noticia ni es fría ni es solo dura...... ¡Antes al contrario!. Es dolorosa, emotiva y llena de crueldad. Asesinados y heridos, la mayoría turistas, que disfrutaban de un paseo por las calles más emblemáticas de ambas ciudades, recibieron un latigazo de odio y sectarismo en nombre de una religión que no predica ni rencor ni fanatismo..... Trallazo extensible a millones de personas de Catalunya, de España, de Europa y del resto del Mundo.
"No tinc por" se gritaba en las concentraciones convocadas para condenar el atentado. Los asistentes agradecían la impagable tarea desarrollada por los mossos y los servicios de emergencia y protección civil y por las muestras de solidaridad y abrigo manifestadas por los ciudadanos y los diferentes colectivos profesionales, así como por la respuesta dada por la sociedad civil en general, ante la magnitud de la tragedia sufrida. La eficacia mostrada por las diferentes autoridades y por la Generalitat en particular fue el mejor de los consuelos. Pero.... ¡Ailás!. Apenas habían transcurrido unas pocas horas cuando ya surgieron las consabidas excepciones a tanta armonía, solidaridad y supuesta unidad ante lo acontecido. La web comenzó a hervir y algunos impresentable empezaron a mostrar el odio acumulado hacia Catalunya y los catalanes. Algunos de los vomitivos mensajes lanzados iban dedicados a congratularse que hubiese pasado en Barcelona y el Catalunya. Otros culpaban a la política de acogida supuestamente permisiva de la Generalitat hacia los musulmanes. Por cierto, política que siempre ha sido competencia del gobierno de Madrit. Pero la mayoría de mensajes, auténticas infamias, se centraban en mezclar las ansias de independencia de Catalunya con las sangrantes consecuencias producidas por el atentado yihadista..... A medida que pasaban las horas la mezcla entre proceso soberanista y terrorismo se iba incrementando, extendiéndose desde la web hacia los medios de comunicación cavernarios, tanto en versión digital como los impresos en papel o difundidos por radio y televisión. Incluso la mezquindad desatada llegó hasta los ámbitos políticos y policiales españoles, los cuales porfiaban por hurgar en la división política como causa de todos los males y la unidad de la patria como panacea de todos los parabienes, mientras estallaban de envidia y celos a causa de la buena tarea realizada por la Generalitat, por los mossos d'esquadra y la respuesta dada por la sociedad civil catalana. Incluso el exministro Mayor Oreja criticó enrabietado que se informara también en catalán puesto que "los españoles merecían que les explicaran los atentados en español". ¡Todo acabó deviniendo en puras y duras muestras de envidia y rabia....!.
No merece la pena continuar hablando sobre esta reacción tan visceral como ruín de algunos significados representantes del nacional-catolicismo español y de los más exaltados unionistas, incluyendo desgraciadamente también algunos catalanes. Hacerlo sería hacernos mala sangre y alimentar la espiral de odio que tan desvergonzadamente muestran este tipo de personajes. Pero si merece la pena sacar algunas consecuencias positivas y, porqué no, algunas negativas, también muy esclarecedoras.
En primer lugar ha sido la impecable reacción mostrada por la ciudadanía. Podemos sentirnos orgullosos. La tarea de los mossos d'esquadra y de las autoridades catalanas también son dignas de ser destacadas. Información abundante, veraz y detallada. Una verdadera demostración de como se han de hacer las cosas, sobretodo cuando se trata de un asunto como el ocurrido en Barcelona y Cambrils. Siempre podremos preguntarnos que no habría pasado si la policía catalana hubiera podido contar con los efectivos que hasta ahora no han sido autorizados por el Ministerio de Hacienda por cuestiones presupuestarias o, incluso, si se podía haber evitado el atentado caso de disponer de la información que algunos servicios secretos transmitieron a sus homónimos españoles, los cuales parece que jamás llegaron a poner a disposición de los mossos. Sería verosímil pensar que si los mossos hubieran estado integrados en Europol e Interpol podrían haber recibido más información. Pero el gobierno de España no lo ha permitido hasta ahora, porqué dicen que "es una competencia estatal". Competencia que en el asunto que nos ocupa ha devenido en absoluta incompetencia estatal......¡Y además, dolosa!
Donde más se ha notado el rencor que provoca en proceso catalán ha sido entre los medios cavernarios españoles, tanto los madrileños como algunos pocos catalanes. De estos últimos concretamente dos: La Vanguardia y El Periódico-. Desde viñetas vergonzosas sobre el atentado mezclándolas con la independencia publicadas en El País, hasta las exclusivas orgullosamente aireadas por El Periódico: "La CIA avanzó hace dos meses a los mossos que la Rambla era objetivo del yihadismo". Esto yo lo califico como una exclusiva post-verídica, difundida para desprestigiar una policía catalana cargada de profesionalidad y de actuación irreprochable, pero a la cual se le ocultó información vital que presuntamente estaba en poder de los servicios de información españoles. La post-exclusiva fue publicada tres cuartos de hora después de producido el atentado con los muertos aun sobre la calzada y los heridos demandando auxilio. Pasando también por sesudos editoriales, surgidos de la pluma de auténticos trogloditas antediluvianos y absolutamente sectarios, que parecían más interesados en pedir que la Generalitat se olvidara de la independencia porque esta era la causa del terrorismo, o aconsejando mantener la unidad del Estado porque ello era garantía de que no volviera a ocurrir lo que ha pasado este fatídico diecisiete de agosto. Pero la acusación de politizar el atentado la atribuían a la Generalitat.... ¡Vergonzoso!. ¡Patético!.
La Generalitat ha estado al nivel esperado. A la altura de lo acontecido. Ha actuado con mesura, transparencia y rapidez, como corresponde hacer a las instituciones serias de cualquier estado democrático del mundo. Algunos han ido a remolque, como hidalgos de capa raída y botas desgastadas, mezquinos pero a la vez altivos y rabiosos porque no han sido los protagonistas de la resolución de la tragedia. De ahí la rabia, el buscar tres pies al gato o intentar desprestigiar el buen trabajo realizado porque no la hicieron ellos...... Quisieron mezclar independentismo y terrorismo y han quedado en evidencia. Tal es el caso del gobierno, la caverna y algunos trolls -¡muchos!-, siempre dispuestos a defender la sagrada unidad de la patria aunque para hacerlo tengan que mancharse con las lágrimas y la sangre de las víctimas.
Ahora si que mezclo, intencionadamente, el atentado y el proceso independentista. Por ello me disculpo. Si los catalanes queremos librarnos de tanta ruindad y mala leche tenemos una única alternativa: la conquista de un nuevo estado libre y soberano en el que no tengan cabida tanta mezquindad y tanta amargura......
¡Por ello necesitamos la independencia!
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