El independentismo se halla en una encrucijada en el camino que nos debe llevar a la meta final: la plena soberanía. Se trata de un estorbo que no por esperado resulta menos farragoso. El estado español, en su afán por detener nuestra decidida marcha, ha puesto encima de la mesa todo un conjunto de medidas -legales, ilegales, legítimas o ilegítimas- para impedir que lleguemos al último y definitivo hito, es decir, la independencia de nuestra nación.
Son medidas constituidas en tres planos, aunque no necesariamente excluyentes y que perfectamente pueden superponerse. Una de estas fases es la que se halla actualmente en pleno desarrollo. Se trata de la etapa policial, fiscal y judicial. Podríamos calificarla como la fase de la persecución. Consiste en imputar y juzgar a los principales líderes catalanes para intentar descabezar el independentismo. Es la aplicación grosera del viejo adagio "muerto el perro, muerta la rabia". Primero se investigan -inspirados e instigados por el poder político de Madrit- aquellos personajes o instituciones más significadas del proceso para que la policía nacional o la guardia civil puedan parir el relato más conveniente y favorable para salvaguardar la unidad de la patria -española, por supuesto-, poniéndolo a disposición de la fiscalía para que afine todo aquello que desafina o no acaba de cuadrar. Por ejemplo, el juicio a Mas, Ortega, Rigau y Homs. Sanciones económicas escandalosas a la ANC y ÒMNIUM. Imputaciones a centenares de alcaldes y concejales por supuestas desobediencias. Amenazas y conminaciones a Forcadell, la mesa del Parlament y si se tercia a formaciones políticas -por el momento las CUP y PDeC-. Múltiples dictámenes de inconstitucionalidad de leyes, declaraciones, resoluciones, acuerdos ejecutivos, pensamientos o intenciones políticas, del Govern, o del Parlament, o de los ayuntamientos, o de instituciones públicas y privadas catalanas..... La fase de la persecución está convenientemente aderezada con informes policiales falsos, mistificaciones mediáticas, declaraciones grotescas e insultos repletos de odio de los nacionalistas españoles hacia el catalanismo, así como manipulación de leyes y total ausencia de principios democráticos. Incluso se han vendido el alma -según propia confesión del ex-ministro Margallo- a los gobiernos extranjeros para que no se manifiesten a favor de la reivindicación de Catalunya.
Otra de las fases implementadas contra Catalunya la podríamos calificar como de estrangulación. Se halla en manos de los ministros de Hacienda, Economía, Trabajo, Sanidad, Asuntos Sociales y Fomento. Es decir, las parcelas del gobierno español dedicadas a economía, finanzas y asuntos sociales. En estos campos se prodigan los reiterados incumplimientos de inversiones en infraestructuras comprometidas pero jamás realizadas -corredor Mediterráneo, cercanías, puertos y aeropuertos-, así como en la persecución de los defraudadores catalanes -como si en España no existiera fraude fiscal-, concentrando casi todos los esfuerzos de los inspectores del ministerio en Catalunya. Por su parte, el ministro Montoro es notablemente hábil y esmerado en asfixiar el sistema de financiación de las distintas autonomías y singularmente del catalán, la comunidad más dinámica y que más aporta, naturalmente a la fuerza, a la solidaridad con el resto del Estado hasta el punto de empobrecerse después del expolio y por el desinhibido anticatalanismo imperante en el gobierno español a los cuales estamos sometidos por Madrit, día a día y año tras año. No podemos olvidar que las cloacas del estado, las cuales rinden cuentas ante la vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, siempre se encuentran en ebullición bajo el manto protector del ministro del interior -antes Fernández Díaz, hoy Zoido Alvarez- que se encargó de constatar y propiciar la destrucción del sistema sanitario catalán imponiendo recortes a mansalva, impagos en dependencia o retrasando los pagos a las farmacias y manipulando medios informativos, policías y fiscales en beneficio de la sagrada unidad de España.... Por no mencionar la operación Catalunya, la cual no tiene nada que ver con la envidiada operación Escocia puesta en marcha por Cameron para dar respuesta al independentismo escocés.
La última fase de este singular comportamiento español hacia Catalunya la podemos calificar como la imprevisible. De todas las fases mencionadas es la más previsible, a pesar que pueda parecer un contrasentido. También la podemos denominar como la más desesperada. Consistirá -y consiste- en acentuar la guerra sucia, la persecución política y el acoso policial, la estrangulación económica y la violencia verbal y física. De hecho, ya ha estado puesta en marcha. Prueba de ello es la mentada confesión de García Margallo, las amenazas del Tribunal Supremo, del Constitucional y de la fiscalía dirigidas a la presidenta y la mesa del Parlament de enchironarlos proporcionalmente, caso de persistir en sus actuaciones parlamentarias. Así como la advertencia que serán declaradas inconstitucionales las llamadas leyes de desconexión o la reactivación del lanzamiento de porquería, verdadera mierda, sobre el independentismo, acusándolo de ser violento, nazi, antidemocrático o de estar en manos del radicalismo de las CUP. Y las consabidas amenazas de aplicar el artículo 155 o declarar el estado de sitio, de excepción, de secuestrar urnas y precintar colegios electorales..... También forma parte de esta fase definitiva destinar un centenar de carros de combate a la base de Sant Climent de Sescebes o reforzar el desplegamiento de la Guardia Civil por tierras catalanas, a pesar de mantener un buen número de agentes secretos destacados en Barcelona dispuestos a continuar haciendo las tareas propias que suelen hacerse a la sombra de la cloacas del estado para acabar de ensuciarlo todo y a todos. Por no olvidar las reiteradas visitas de Soraya Sáenz de Santamaría o del mismísimo Mariano Rajoy para volver a ofrecer antiguas inversiones -¡que nadie se cree!- en cercanías y el corredor Mediterráneo -¡que dicen que pasa por Madrid!-, condonaciones de deuda después de haber pagado intereses por prestarnos nuestro propio dinero, y otras "zanahorias" para que nos olvidemos de la independencia de Catalunya.
La desesperación que muestran las fuerzas unionistas en general y el Gobierno de España en particular, es tan ridículo como patético. ¡Y peligroso....!. Parece que están componiendo el relato oportuno para justificar una previsible intervención represiva encaminada en desmontar toda la deriva separatista impulsada, según ellos, por el gobierno de la Generalitat con el apoyo de determinadas fuerzas políticas, singular y sorprendentemente lo achacan a la ex-Convergencia, que en su opinión está llevando a Catalunya a la parálisis y al desastre.....
¡No dan ni una!. Y siguen haciendo el tonto..... No quieren aceptar que no será descabezando el proceso como podrán detener la independencia. ¿De verdad creen que matando a Mas, o a Forcadell, o ilegalizando las CUP nos detendrán?. La mierda que lanzan encima del independentismo ya nos resbala y acaba salpicando a los mismos que nos la lanzan. Y si ahora pretenden utilizar la represión violenta, con tanques, guardia civil y espías, la victoria del independentismo será apoteósica..... Puesto que el ministerio de Asuntos Exteriores no podrá hacer frente a la factura y a los incontables favores que habrá de pagar, solicitar o devolver a los estados europeos y del resto del Mundo, democráticos a macha-martillo, cuando deban justificarse ante sus respectivos compatriotas por no apoyar a un país que lo ha intentado todo para poder autodeterminarse utilizando la democracia como única arma......
Sin olvidar que somos millones de catalanes los que hemos hecho, hacemos y haremos posible la independencia de Catalunya. Y, por supuesto, no permaneceremos quietos si nos obligan a utilizar la defensa propia......
¿Nos encarcelarán a todos....?.
Son medidas constituidas en tres planos, aunque no necesariamente excluyentes y que perfectamente pueden superponerse. Una de estas fases es la que se halla actualmente en pleno desarrollo. Se trata de la etapa policial, fiscal y judicial. Podríamos calificarla como la fase de la persecución. Consiste en imputar y juzgar a los principales líderes catalanes para intentar descabezar el independentismo. Es la aplicación grosera del viejo adagio "muerto el perro, muerta la rabia". Primero se investigan -inspirados e instigados por el poder político de Madrit- aquellos personajes o instituciones más significadas del proceso para que la policía nacional o la guardia civil puedan parir el relato más conveniente y favorable para salvaguardar la unidad de la patria -española, por supuesto-, poniéndolo a disposición de la fiscalía para que afine todo aquello que desafina o no acaba de cuadrar. Por ejemplo, el juicio a Mas, Ortega, Rigau y Homs. Sanciones económicas escandalosas a la ANC y ÒMNIUM. Imputaciones a centenares de alcaldes y concejales por supuestas desobediencias. Amenazas y conminaciones a Forcadell, la mesa del Parlament y si se tercia a formaciones políticas -por el momento las CUP y PDeC-. Múltiples dictámenes de inconstitucionalidad de leyes, declaraciones, resoluciones, acuerdos ejecutivos, pensamientos o intenciones políticas, del Govern, o del Parlament, o de los ayuntamientos, o de instituciones públicas y privadas catalanas..... La fase de la persecución está convenientemente aderezada con informes policiales falsos, mistificaciones mediáticas, declaraciones grotescas e insultos repletos de odio de los nacionalistas españoles hacia el catalanismo, así como manipulación de leyes y total ausencia de principios democráticos. Incluso se han vendido el alma -según propia confesión del ex-ministro Margallo- a los gobiernos extranjeros para que no se manifiesten a favor de la reivindicación de Catalunya.
Otra de las fases implementadas contra Catalunya la podríamos calificar como de estrangulación. Se halla en manos de los ministros de Hacienda, Economía, Trabajo, Sanidad, Asuntos Sociales y Fomento. Es decir, las parcelas del gobierno español dedicadas a economía, finanzas y asuntos sociales. En estos campos se prodigan los reiterados incumplimientos de inversiones en infraestructuras comprometidas pero jamás realizadas -corredor Mediterráneo, cercanías, puertos y aeropuertos-, así como en la persecución de los defraudadores catalanes -como si en España no existiera fraude fiscal-, concentrando casi todos los esfuerzos de los inspectores del ministerio en Catalunya. Por su parte, el ministro Montoro es notablemente hábil y esmerado en asfixiar el sistema de financiación de las distintas autonomías y singularmente del catalán, la comunidad más dinámica y que más aporta, naturalmente a la fuerza, a la solidaridad con el resto del Estado hasta el punto de empobrecerse después del expolio y por el desinhibido anticatalanismo imperante en el gobierno español a los cuales estamos sometidos por Madrit, día a día y año tras año. No podemos olvidar que las cloacas del estado, las cuales rinden cuentas ante la vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, siempre se encuentran en ebullición bajo el manto protector del ministro del interior -antes Fernández Díaz, hoy Zoido Alvarez- que se encargó de constatar y propiciar la destrucción del sistema sanitario catalán imponiendo recortes a mansalva, impagos en dependencia o retrasando los pagos a las farmacias y manipulando medios informativos, policías y fiscales en beneficio de la sagrada unidad de España.... Por no mencionar la operación Catalunya, la cual no tiene nada que ver con la envidiada operación Escocia puesta en marcha por Cameron para dar respuesta al independentismo escocés.
La última fase de este singular comportamiento español hacia Catalunya la podemos calificar como la imprevisible. De todas las fases mencionadas es la más previsible, a pesar que pueda parecer un contrasentido. También la podemos denominar como la más desesperada. Consistirá -y consiste- en acentuar la guerra sucia, la persecución política y el acoso policial, la estrangulación económica y la violencia verbal y física. De hecho, ya ha estado puesta en marcha. Prueba de ello es la mentada confesión de García Margallo, las amenazas del Tribunal Supremo, del Constitucional y de la fiscalía dirigidas a la presidenta y la mesa del Parlament de enchironarlos proporcionalmente, caso de persistir en sus actuaciones parlamentarias. Así como la advertencia que serán declaradas inconstitucionales las llamadas leyes de desconexión o la reactivación del lanzamiento de porquería, verdadera mierda, sobre el independentismo, acusándolo de ser violento, nazi, antidemocrático o de estar en manos del radicalismo de las CUP. Y las consabidas amenazas de aplicar el artículo 155 o declarar el estado de sitio, de excepción, de secuestrar urnas y precintar colegios electorales..... También forma parte de esta fase definitiva destinar un centenar de carros de combate a la base de Sant Climent de Sescebes o reforzar el desplegamiento de la Guardia Civil por tierras catalanas, a pesar de mantener un buen número de agentes secretos destacados en Barcelona dispuestos a continuar haciendo las tareas propias que suelen hacerse a la sombra de la cloacas del estado para acabar de ensuciarlo todo y a todos. Por no olvidar las reiteradas visitas de Soraya Sáenz de Santamaría o del mismísimo Mariano Rajoy para volver a ofrecer antiguas inversiones -¡que nadie se cree!- en cercanías y el corredor Mediterráneo -¡que dicen que pasa por Madrid!-, condonaciones de deuda después de haber pagado intereses por prestarnos nuestro propio dinero, y otras "zanahorias" para que nos olvidemos de la independencia de Catalunya.
La desesperación que muestran las fuerzas unionistas en general y el Gobierno de España en particular, es tan ridículo como patético. ¡Y peligroso....!. Parece que están componiendo el relato oportuno para justificar una previsible intervención represiva encaminada en desmontar toda la deriva separatista impulsada, según ellos, por el gobierno de la Generalitat con el apoyo de determinadas fuerzas políticas, singular y sorprendentemente lo achacan a la ex-Convergencia, que en su opinión está llevando a Catalunya a la parálisis y al desastre.....
¡No dan ni una!. Y siguen haciendo el tonto..... No quieren aceptar que no será descabezando el proceso como podrán detener la independencia. ¿De verdad creen que matando a Mas, o a Forcadell, o ilegalizando las CUP nos detendrán?. La mierda que lanzan encima del independentismo ya nos resbala y acaba salpicando a los mismos que nos la lanzan. Y si ahora pretenden utilizar la represión violenta, con tanques, guardia civil y espías, la victoria del independentismo será apoteósica..... Puesto que el ministerio de Asuntos Exteriores no podrá hacer frente a la factura y a los incontables favores que habrá de pagar, solicitar o devolver a los estados europeos y del resto del Mundo, democráticos a macha-martillo, cuando deban justificarse ante sus respectivos compatriotas por no apoyar a un país que lo ha intentado todo para poder autodeterminarse utilizando la democracia como única arma......
Sin olvidar que somos millones de catalanes los que hemos hecho, hacemos y haremos posible la independencia de Catalunya. Y, por supuesto, no permaneceremos quietos si nos obligan a utilizar la defensa propia......
¿Nos encarcelarán a todos....?.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada