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divendres, 25 d’octubre del 2013

¡UN VERDADERO DESASTRE, UNA AUTENTICA PENA... PARA ESPAÑA!.

Muchos piensan que el conflicto planteado entre Catalunya y España provocará inevitablemente un encontronazo político de imprevisibles consecuencias para ambas naciones. Utilizan la imagen de dos trenes marchando a toda velocidad que se dirigen uno contra otro hasta el choque final, que se producirá en un futuro más o menos cercano.

En mi opinión la colisión ya ha ocurrido, si bien los pasajeros de ambos convoyes aún no nos hemos percatado de tal circunstancia. Estamos en una fase de shock, de conmoción. Una densa polvareda levantada por el duro trompazo sufrido dificulta la visión del escenario resultante. El estridente silencio reinante después del suceso nos impide oir con claridad. Todavía resuenan en nuestras cabezas el sordo estruendo del violento encontronazo padecido. Se percibe de forma irreal, lejana, fantasmagórica, pero persistente. La pesadez del aire que nos envuelve embota nuestros sentidos... Pero el topetazo ya es una realidad. Somos protagonistas de un accidente profusamente anunciado, que podría haberse evitado con un mínimo de buena voluntad. Sin duda era previsible que se produjera, pero es cierto que se ha agravado por las debilidades y carencias mostradas por uno de los conductores, Mariano Rajoy Brey, maquinista jefe al cual se suponían maneras y formas de gran estadista. Prefirió imaginar que ya frenaría el otro, o que cambiaría de vía, o reduciría la velocidad, sin tener en cuenta que Artur Mas, el otro, no podía reconducir una máquina que no le pertenecía, aunque la gobernara. Además, la vía era (y es) propiedad de unos pasajeros (los catalanes) que ya hace tiempo hemos decidido emprender el camino hacia un destino de libertad sin marcha atrás posible, pletóricos de renovada esperanza ante el futuro. Es la reacción lógica a las persistentes, agresivas y ofensivas propuestas que desde la estación central (España) nos han venido anunciando y dispensando durante los interminables y farragosos últimos tres siglos de convivencia en común, la cual puede ser calificada sin exageración alguna como una relación semejante a la de cualquier metrópolis con su explotada y hastiada colonia.

La tecnocracia gobernante en Madrit ha decidido que no debe contemporizar ni negociar nada con Artur Mas, al cual niegan pan, sal y agua. Creen que la asfixia financiera, la deslealtad institucional, el acoso mediático y la presión e intimidación burocrática, política, judicial y policial practicadas, bastarán para que el gobierno catalán y su presidente renuncien a lo que califican como desafío independentista. A mi entender, esta decisión de España descansa en dos supuestos totalmente erróneos. 1º) Creen que el proceso emprendido por Catalunya está inspirado, planificado, dirigido y ejecutado exclusivamente por el presidente de la Generalitat, lo cual es una enorme e increíble equivocación. Y lo que es más grave, se trata de un absoluto, alucinante e interesado disparate. 2º) También suponen que todas las acciones y vesanias que han puesto en marcha contra el gobierno de Artur Mas y la coalición CiU mayoritaria del parlament, así como contra el líder del segundo partido Oriol Junqueras y su formación ERC (en busca de la rendición incondicional de ambos), no tienen incidencia alguna sobre el conjunto de la sociedad y los ciudadanos particulares... Entonces, ¿estas infamias son ajenas a nosotros?. ¿No hemos dado nuestro voto a CiU, ERC, CUP, ICV y a otros para que nos representen?. ¿Acaso no apoyamos con firmeza, convicción y también muy críticamente al presidente y al Gobierno de la Generalitat?. ¿No sufrimos las consecuencias del expolio fiscal y los recortes impuestos al estado de bienestar desde Madrit?. ¿Las imposiciones y humillaciones a la Generalitat no van contra nosotros?. ¡Ja!. ¿No conocen el significado de Generalitat?. Parece que consideran a la mayoría de catalanes como víctimas de los poderes taumatúrgicos de Mas/Junqueras, o como rústicos enajenados por un supuesto adoctrinamiento impuesto a través de la escuela pública utilizando la inmersión lingüística en catalán y la manida manipulación de prensa, radio y televisión catalanas, aderezadas con la inexistente persecución del idioma castellano. Creen que los catalanes carecemos de libre albedrío, de sentido de justicia, de ansias de libertad, que estamos poseídos por la desmesura y sinrazón y somos redomados ignorantes pueblerinos y analfabetos, faltos de emociones, sentimientos y empatía. Y como por lo visto no comemos, no trabajamos, no enfermamos ni sangramos si nos hieren, no pagamos impuestos y vivimos en una especie de burbuja aislada de las invectivas que lanzan (y las perniciosas influencias que ejercen) los innumerables medios de comunicación cavernarios, todo lo que el Gobierno de España hace, dice o decide contra Catalunya y contra Mas, los catalanes estamos obligados a acatarlo y mostrar infinita gratitud por la compresión que muestran los amos. ¡Debemos dar gracias a bwana por salvarnos de nosotros mismos...!. Es por esta absurda razón que el Madrit oficial y secular ha llegado a la conclusión que eliminando a Mas, se acabó la independencia. O como afirma del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón: "Mas no verá jamás un Estado catalán". ¿Le augura el ministro de Justicia al señor Mas tal vez un final similar al sufrido en 1940 por el presidente mártir, M.H.S. Lluis Companys i Jover?.

Si las intenciones del gobierno español consisten en lograr que Mas sea eliminado de la ecuación independentista para reconducir el proceso catalán hacia tesis más favorables a España, el gobierno central persiste en el error machaconamente. Y además comete una terrible injusticia. ¿Como hacer entender a quien no quiere entender?. Somos la inmensa mayoría de catalanes los que deseamos votar en un referéndum de autodeterminación. Más del 80% de votantes catalanes. ¿Tanto cuesta aceptar que la gran mayoría de ciudadanos ya hemos tomado partido a favor de la independencia de Catalunya?. Alrededor del 60%, según las encuestas. ¿Porqué no admiten que lo calificado como desafío independentista está impulsado y es exigido por la auténtica sociedad civil catalana del siglo XXI?. Es un impulso general y transversal inequívocamente ciudadano. ¿Tan difícil de asimilar es que ni la Santa Alianza, ni el Foro Puente Aéreo, ni la caverna mediática, ni siquiera el palco del Bernabeu podrán doblegar la voluntad de los ciudadanos de Catalunya?. Los catalanes creemos en la democracia sin matices, sentimos estar en posesión de la legitimidad política y social y lo que es más importante, tenemos la firme voluntad de alcanzar la plena soberanía de nuestra nación. Será así en defensa de nuestra cultura, siempre amenazada por España. También a causa del acoso judicial y político sobre el idioma catalán. Y del expolio fiscal, ya insostenible. O de los reiterados incumplimientos en materia de infraestructuras. Y por las disparatadas y peligrosas decisiones económicas adoptadas por el gobierno de España, contra los ciudadanos de a pie... Después de trescientos años de renuncias, decepciones y desencuentros, tenemos derecho a la plena libertad e independencia de Catalunya. La estulticia de Rajoy y compañía no evitarán lo inevitable.

Bien. En resumen, el choque de trenes ya ha ocurrido. El gobierno español y el Partido Popular hace días que han iniciado las hostilidades. La intimidación, la extorsión, meter miedo, amenazas, desconsideración y falta de respeto, insultos y mil falacias, son utilizados con absoluto desparpajo contra Catalunya. Es decir, contra los catalanes. Madrit exige la rendición sin condiciones... Pero, ¿Y Catalunya?. ¿Como debe reaccionar ante el agresivo envite nacionalista español?... Pues como nos ha enseñado Mariano Rajoy Brey, el impasible. Con tranquilidad y sangre fría. Sin pausas, con persistencia, pero también con una cierta urgencia. Y haciendo oídos sordos ante el vocerío desatado en la España inmemorial. Los soberanistas catalanes debemos asumir que España jamás negociará la celebración de un referéndum, porque no cabe en la Constitución. Catalunya ya está sufriendo las consecuencias de la mezquindad y el estrangulamiento económico y fiscal que practica España. Se incrementa la aprobación de leyes hostiles contra el idioma catalán, contra la escuela pública o por ejemplo, contra el comercio minorista autóctono mediante la amenazadora ley de unidad de mercado que entre otras cosas pretende imponer el fracasado modelo comercial madrileño a todo el Estado. Incluso las reglas del protocolo son utilizadas como arma de humillación y sometimiento, para ser impuestas sobre la dignidad de Catalunya y de sus instituciones...

Ante todo ello, no cabe otra alternativa para los catalanes que acelerar el paso hacia la independencia. Debemos ser conscientes que ya es hora de iniciar la desobediencia civil. Pacíficamente, pero con contundencia. La legalidad española ya no nos sirve. En consecuencia, nuestros políticos deben debatir y aprobar en el Parlamento catalán, los instrumentos de estado necesarios para facilitar la gobernación de Catalunya, al margen de España. Debe instituirse la representatividad exclusiva de la plena soberanía de los catalanes en el Parlament. Deben aprobarse y ser plenamente operativas la agencia tributaria, el banco público, la tesorería de seguridad social y cuantas instituciones sean necesarias para el buen funcionamiento de la plena soberanía, de próxima asunción. Así mismo, es prioritario que se nombre el representante de asuntos exteriores, para iniciar los contactos oficiales con gobiernos e instituciones internacionales, al objeto de establecer relaciones diplomáticas con todos ellos. Por parte de los ciudadanos, debemos proseguir nuestras acciones en favor de la Generalitat y del Parlament reconociendo a nuestros diputados como únicos depositarios de la soberanía popular. Como parece imposible que España negocie con Catalunya la celebración de un referéndum de autodeterminación, debemos iniciar el desacato a las leyes e instituciones españolas. Deberemos empezar a pagar todos nuestros impuestos y cotizaciones sociales a las agencias catalanas. Asimismo, la desobediencia civil debe extenderse a la legislación educativa, sanitaria, fiscal, comercial, laboral, judicial, policial, etc... impuestas por España, en todas aquellas cuestiones que entren en contradicción con la soberanía catalana. La declaración de plena soberanía de Catalunya deberá ser refrendada a las pocas semanas mediante una consulta decisoria que cuente con la supervisión y control de observadores internacionales que velen por la pureza democrática del proceso. Y al final, la independencia. Cuando Catalunya alcance la independencia, España deberá aceptar iniciar las negociaciones necesarias para el justo reparto de activos (y pasivos) entre ambas naciones. Y por supuesto, caso de que se niegue, Catalunya deberá anunciar al Mundo que no asume ni una mínima parte de la deuda pública avalada por el Reino de España....

Señor Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno de España y del Partido Popular: ¿Es esto lo que pretende conseguir con su necia y antidemocrática actitud?. ¿Acaso ha propiciado el choque de trenes para justificar una ocupación policial o incluso militar de Catalunya?. ¿Para aplicar implacablemente la pétrea Constitución española sobre los cansados y doloridos hombros de los catalanes, que ya hemos abjurado de ella?. ¿Para ajusticiar al legítimo presidente de la Generalitat y a sus consejeros?. Si quisiera utilizar la fuerza bruta para impedir la plena soberanía de los catalanes, vaya preparando a sus gobernados para sufrir un largo y tenebroso invierno colmado de hambre, frío y enfermedades, que acentuarán la crisis económica, política y social de España. Se esfumarán tanto la luz al final de túnel como los incipientes brotes verdes. El coste económico, social y político de su estupidez será tan oneroso para España y los españoles que tendrá Vd. que salir de su país volando en globo. Y será así a causa de este absurdo proceder obstinadamente antidemocrático defendido por Vd., de no permitir a los catalanes la celebración de un simple, democrático y limpio referéndum de autodeterminación... Un verdadero desastre para España y una auténtica pena para los españoles, ya que a pesar de todo no logrará evitar lo inevitable: La independencia de Catalunya.




divendres, 18 d’octubre del 2013

¿QUIERE QUE CATALUNYA SEA UNA NACIÓN INDEPENDIENTE DE ESPAÑA?. ¿SI O NO?.

La cólera, la impotencia y el enojo son la principal causa de la desesperación que altera el ánimo del unionismo español. Este es el caso de Josep Antoni Duran i Lleida. Acaba de advertir al presidente del Gobierno Mariano Rajoy, que si no da respuesta política a las demandas de soberanía formuladas por la sociedad catalana de forma tan nítida y mayoritaria, algunos en el Parlamento de Catalunya acabarán declarando unilateralmente la independencia.

Don Mariano Rajoy Brey, de profesión registrador de la propiedad y actualmente presidente del Gobierno de España es un político tan parsimonioso -cachazudo- en la toma de decisiones, que no es descabellado afirmar que resulta el arquetipo del perfecto inmovilista. No suele ser partidario de mostrar resolución para afrontar los múltiples problemas que surgen durante la gobernanza de un país. Ni siquiera se muestra excesivamente acertado en sus análisis políticos. Le basta con dejar sin respuestas o sin tomar ningún tipo de determinación cualquier asunto que pudiera resultar complicado, o molesto, o engorroso, o incordiante... Dejar pasar el tiempo es su divisa, pues el tiempo lo cura todo. Para desgracia de los inmovilistas españoles en general y del señor Rajoy en particular, los ciudadanos catalanes, además de sentimentales y emotivos somos también más pragmáticos, más reflexivos y ahora menos pacientes. Hemos iniciado un camino que no abandonaremos bajo ninguna circunstancia ni presión. En nuestra opinión (la mayoritaria entre los catalanes), nada positivo o beneficioso puede esperarse del Gobierno de Madrit y aledaños, especialmente por parte del Partido Popular. Al contrario. El ejecutivo español siguiendo el tempo rajoniano parece que ha decidido, utilizando continuas y etéreas apelaciones (meramente formales) al diálogo y acuerdos, que la única forma que tiene España de retener para sí a Catalunya es no hacer absolutamente nada. O lo que es lo mismo, propiciar la confrontación a base de dar reiteradas respuestas negativas, acompañadas por agresivos garrotazos constitucionales, a cualquier propuesta del enemigo, en este caso del unionismo catalán. No dar, no hacer nada; no mover ficha. Eso sí, hablar por hablar sin limitación de ningún tipo y por supuesto, sin resultados ni consecuencias constatables.

La peculiar manera de administrar las formas y los tiempos políticos del actual Gobierno presidido por Rajoy es lo que provoca la desesperación del unionismo. La última decisión adoptada por el ejecutivo central consiste en incluir el importe del plan de proveedores en el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), lo cual rebaja en 1.700 millones de euros la aportación inicialmente prevista para Catalunya. Casualmente, este importe equivale al aprobado por el ministro Montoro en concepto de flexibilización del objetivo de déficit para Catalunya (que pasó del 0,7% al 1,58%), de tal forma que lo permitido hace escasas semanas, Madrit lo modifica a la baja al poco tiempo, cambiando las reglas del juego a su antojo y capricho y según sus intereses. Las consecuencias de este inaudito y desleal malabarismo financiero son provocar nuevos retrasos en los plazos de pago a los proveedores de la Generalitat. Este nuevo fraude gubernamental debe sumarse a los 9.376 millones de euros de morosidad que el Estado español mantiene con Catalunya. Es decir, contra todos los ciudadanos catalanes: 5.748 millones en infraestructuras comprometidas y no realizadas, 673 millones en reducción de ingresos finalistas procedentes del Estado (por ejemplo en dependencia), 1.715 millones importe de las medidas estatales que debe asumir la Generalitat porque el gobierno español no las ha dotado económicamente, y 1.240 millones por decisiones gubernamentales que suponen una disminución de ingresos (suspensión de medidas fiscales y tasa impuestas por la Generalitat, recurridas por el Gobierno de España ante el TC y no compensadas). A estas cifras cabría añadir el incremento del IVA e Impuestos especiales (impuestos participados por las comunidades autónomas) aprobados por el gobierno central y que se niega a compartir. Asciende a unos 1.000 millones en el caso catalán.Téngase en cuenta que (además) el déficit fiscal de Catalunya respecto España equivale cada año al 8/10% del PIB catalán.

Las deslealtades del Gobierno de España con Catalunya ya forman parte de la tradición y de la historia peninsular. Existe una sentencia firme del TC desde 1994 favorable a la Generalitat, respecto las competencias en materia de becas. El reiterado incumplimiento de acatar la sentencia por parte del Gobierno español significa que durante los últimos veinte años, se han perdido (para los estudiantes catalanes) 120.000 becas. De igual forma, el Estado se reserva para sí el importe asignado por los ciudadanos en la casilla de la Iglesia y fines sociales de la Declaración de Renta, a pesar que el TC ha resuelto que la gestión de la recaudación corresponde al gobierno de la Generalitat (a cada autonomía). También pasa con las competencias y recursos de las políticas activas de empleo, o las dotaciones estatales dedicadas a cultura, que para Catalunya significan una disminución hasta del 46%, etc... Una interminable lista de agravios, deslealtades, discriminaciones y manifiesta ruindad. No solo en asuntos económicos o financieros; también en materia cultural (siempre en beneficio de las instituciones madrileñas), educativas, lingüísticas y legislativas (por ejemplo, la ley Wert), judiciales (Tribunal Constitucional y Supremo, Audiencia Nacional, Consejo General del Poder Judicial), Fiscalía General (fiscales de confianza de Sánchez-Camacho o cercanos a los populares), policía española partidista (utilizada para atacar a personalidades -Mas, Pujol- y partidos políticos -abertzales-, o para filtrar informes falsos -UDEF-), etc...

La lealtad de España con Catalunya se ha esfumado ya hace mucho tiempo. Ha sido sustituida por la confrontación y las amenazas. Por la desconfianza mutua. En tales circunstancias, es comprensible que los unionistas como el señor Duran i Lleida sientan una gran desazón. Proponen diálogo y pactos y se encuentran con elocuentes silencios o estridentes amenazas. Plantean terceras vías y el gobierno central hace descarrilar sus esperanzas, desmontando las vías por las que discurre un tren cargado de vanas e imposibles ilusiones. Abogan por la moderación y mesura y a cambio reciben como respuesta (si la hay) la más rotunda de las negativas, cuando no sonoros portazos en las narices. En consecuencia, la angustia unionista no cesa de aumentar. El Estado no quiere negociación ni pacto, quiere sumisión, rendición y acatamiento. Y los anhelos de millones de catalanes los reduce a simples desvaríos de un puñado de políticos enloquecidos e iluminados y además nazis, llegando a considerar a los ciudadanos como memos, sectarios y adoctrinados

Tan comprensible es el abatimiento que sufren los unionistas catalanes, como es la firmeza, confianza y determinación de los soberanistas. El independentismo no cesa de crecer entre la ciudadanía catalana. A cada triquiñuela financiera de Madrit, a cada injusticia y humillación del TC o de la justicia castellana, a cada ley españolizadora y recentralizadora, a cada insulto, amenaza o falta de respeto contra Catalunya (contra los catalanes), aumentan las ansias de la independencia.... ¿Es así como se gestiona un conflicto entre dos naciones?. Rotundamente, no. La actitud del Gobierno Rajoy solo profundiza la sima abierta entre Catalunya y España. En cualquier caso, la victoria será para Catalunya, puesto que la democracia, la legitimidad, el pacifismo y la esperanza son el Norte y Guía que motiva a los catalanes.... Puede que España evite un referéndum de autodeterminación utilizando su constitución como si fuera un bate de béisbol. Tal vez lleve entre rejas al Gobierno catalán en pleno e ilegalice a los partidos soberanistas, utilizando la justicia española. Quizás con la fuerza bruta, con la violencia pura y dura, intenten aplastar las ilusiones catalanas. Pero, ¿qué precio deberá pagar por su estupidez?. Será el fin de España como sociedad democrática y civilizada. Su economía se derrumbará estrepitosamente, pues el coste social y financiero de retener a Catalunya será insostenible. Y el prestigio internacional del Reino de España dejará de existir. España será un estado paria y despreciable, como en su día fue Servia, o la URSS. Y Catalunya y los catalanes seguirán en el mismo lugar, con los mismos anhelos. Resistiendo, como en tiempos de Franco o de la dictadura de Primo de Rivera. Como hemos hecho durante trescientos años... Incansables, persistentes, irreductibles. Catalunya subsistirá. Y el problema catalán solo se aplazará un breve periodo de tiempo, para resurgir con renovado ímpetu...

¿No sería más fácil aprovechar la democracia para resolver civilizadamente el conflicto planteado entre Catalunya y España?. ¿Porqué no preguntar a los catalanes qué queremos para nuestro país?. ¿Quiere que Catalunya sea una nación independiente de España?. ¿Si o no?.




divendres, 11 d’octubre del 2013

EL IGNOMINIOSO GOBIERNO "POPULAR".

A unos 20 km. de la costa sur de Catalunya, mar adentro frente al delta del Ebro, existe un antiguo yacimiento de petróleo ya agotado, que se pretende utilizar como depósito de gas. La empresa titular de la explotación, Escal UGS está participada en un 66,67% por ACS, de Florentino Pérez. El nombre del proyecto: Castor. Hacia 2007 el proyecto Castor inició su andadura solicitando los correspondientes permisos a la Generalitat de Catalunya para instalar la planta terrestre en Alcanar. A la vista de las exigencias del gobierno catalán, Escal, alarmada, procedió a utilizar sus influencias (el palco del Bernabeu se puso en acción) ante el gobierno socialista de Madrid que acabarían culminando con la reubicación (en realidad, reasignación) del antiguo yacimiento petrolífero situándolo cartográficamente frente a las costas de Vinaroz, al norte del País Valenciano. Por arte de magia, Castor pasó a ser un proyecto enclavado en aguas territoriales de Castellón (año 2010) y consecuentemente, la planta en tierra firme se construyó en el País Valenciano, concretamente en Vinaroz. Esto sirvió para que se allanara el camino burocrático y desapareciera la necesidad de hacer exhaustivos estudios sismológicos, como había requerido el gobierno catalán. El proyecto Castor fue aprobado sin demasiadas exigencias ya que el ejecutivo valenciano, en manos del Partido Popular, es mucho más liberal -léase laxo- que el catalán en materia medioambiental. El verano de 2013 comenzó la inyección de gas en el viejo depósito y con ello, ¡oh, sorpresa!, se desencadenaron una cadena de seísmos (más de 500) de baja y media intensidad (hasta 3 y 4 grados), que han provocado la lógica alarma entre la población del sur de Catalunya y norte de Valencia. Como había puesto de relieve en su día la antigua empresa explotadora del yacimiento submarino (Shell), ocurrió así porque se halla situado sobre una falla geológica y como era previsible, la inyección de gas ha provocado una reactivación de la misma.

Es habitual en el Gobierno de España la manipulación informativa, cuanto no la simple ocultación de la realidad. No es extraño que Escal haya optado por informar sesgada y rácanamente a los afectados. Así ha procedido con el gobierno valenciano, los ayuntamientos de Castellón afectados y la población de esa comunidad. A la Generalitat catalana, a los consistorios de Tarragona directamente concernidos y a los ciudadanos del delta, Castor no ha informado nada de nada, pues sus protocolos de actuación no lo contemplan. Por lo que parece, los temblores de tierra no traspasan los límites entre las dos comunidades, por tanto no afectan a los ciudadanos catalanes ni a sus trémulos hogares. En cuanto a las explicaciones ofrecidas por el Gobierno de España a la Generalitat de Catalunya han sido tan parcas y fútiles que el ejecutivo catalán ha decidido demandar judicialmente al español para que la justicia ampare el derecho a la información exhaustiva y veraz que el Govern precisa, en calidad de único responsable de protección civil y que la penuria informativa a que está sometido impide ejercer con normalidad y mínima eficacia.

El lector no debe concluir que esta denuncia no es más que la habitual dosis de victimismo atribuido sistemáticamente al catalanismo. No es victimismo, pues no se pretende obtener ningún beneficio económico ni político para nadie. Al contrario, como diría Rajoy, "es injusto que no se informe a los ciudadanos de la verdad, de verdad" (inefable frase pronunciada por el presidente en el senado español el día 8 de octubre de 2013). El extraño (y peligroso) proceder del Gobierno de España en connivencia con Escal no es más que la constatación que los intereses y derechos de los catalanes importan un pimiento a la España popular. En efecto, ¿para que informar a las autoridades catalanas sobre la situación creada en otra comunidad, si Catalunya quiere separarse?. Es una pregunta parecida a la que debe formularse como consecuencia de las victimistas reclamaciones catalanas provocadas ante la aprobación del proyecto de presupuestos generales del Estado y que incrementa la discriminación (como siempre) en inversiones públicas para Catalunya (la inversión en Catalunya es la mitad de la media del resto de comunidades). ¿Para que invertir en Catalunya si se independizarán próximamente?.... Incluso la Santa Alianza barcelonesa se muestra impotente ante el proceder del Gobierno de Rajoy. El Gobierno de España, a base de una peculiar voluntad de diálogo y entendimiento a la cual continuamente apela, está dinamitando las escasas y frágiles pasarelas que tan desesperadamente tiende el unionismo autóctono con España, para intentar abortar el proceso soberanista emprendido por la sociedad catalana de forma tan abrumadoramente imparable.

Repito, no se trata de victimismo catalán. Es hartazgo. Es asco ante tanta mezquindad gubernamental. A esta España popular no le importa nada que los habitantes del Delta del Ebro estén en tensión y asustados a causa de los terremotos provocados por el indisimulado y avasallador despotismo practicado contra ellos por el Gobierno de Madrid. Y este temor se está transformando en indignación y furia. No es victimismo, es repugnancia ante la ruindad mostrada por el Gobierno de España y los poderes fácticos madrileños. Rajoy sabe que para recortar en inversiones siempre puede hacerlo preferentemente sobre intereses y necesidades de Catalunya. También cuenta con nosotros para aguantar estoicamente terremotos. O para proyectar sus frustraciones e incluso su odio lingüístico y por ello acosar judicial y políticamente una lengua, la catalana; y es así tanto en el País Valenciano, como en Baleares, Catalunya y la Franja de Aragón; promulga e impone decretos (Fabra, Bauza) que limitan o postergan su uso; aprueba leyes (Wert) que potencian y hegemonizan (aún más) el castellano a costa del catalán; o se inventan idiomas nuevos (Rudi) como el lapao para ocultar la realidad lingüística de un territorio catalanoparlante. En definitiva, todo vale para humillar y vilipendiar a los catalanes que solo pretendemos servirnos de la democracia en paz y libertad para decidir el futuro de nuestra nación: la independencia.

Los ciudadanos de este país, Catalunya, exigimos justicia, respeto, libertad y paz. Pero con España es imposible. Para el nacionalismo español que ahora gobierna, domina y monopoliza el Estado, los catalanes siempre seremos insolidarios, egoístas, desleales y victimistas. En su opinión, incluso somos anticonstitucionales. Catalunya siempre será objeto de los abusos e imposiciones del estado depredador que rige los destinos peninsulares. El castellanismo cutre y anticuado propio de hidalgos altivos y altaneros se ha adueñado del Estado español. Y Catalunya (los catalanes) molestamos a los nacionalistas españoles, desde hace por lo menos tres siglos. Si se provocan terremotos, nos tenemos que aguantar. Si necesitamos ferrocarriles, autopistas, carreteras, escuelas u hospitales, nos los tenemos que (re)pagar nosotros. Si pedimos el cese del expolio fiscal a que estamos sometidos, se confeccionan las correspondientes balanzas fiscales que demuestren que Catalunya recibe más que lo que aporta en solidaridad, sanseacabó. ¡A callar!. Ahora y siempre... No debemos olvidar que España tiene técnicos y burócratas capaces de aprobar depósitos de gas subterráneos sobre fallas inestables, sin que se necesiten estudios e informes geológicos de ningún tipo para poder ser explotados con total impunidad. ¿Como no serán capaces de confeccionar balanzas fiscales que nieguen la evidencia del expolio?. ¡Si el mismísimo ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se permite afirmar (en el Congreso) que los salarios no están bajando sino creciendo!. Eso sí, reconoce que el aumento es moderado.... ¡Todo mentira!. ¡Puro cinismo y desfachatez!. Una auténtica provocación... Y si todo ello no fuera suficiente, los ultra-derechistas españoles organizan aquelarres catalanofóbicos para recaudar fondos y unas docenas de patriotas voluntarios entre sus prosélitos, mientras alquilan varias docenas de autobuses y se disponen a la reconquista de Catalunya a sangre y fuego, el próximo 12 de octubre, día de la raza en versión franquista.

Hartazgo, asco, repugnancia e indignación. Estas son las consecuencias de la actuación del Gobierno popular y su cómplice necesario, el Partido Popular, para los catalanes.... Por cierto, si el Estado español no quiere justificarse por la ineptitud demostrada que provoca terremotos, que así lo haga. Si pretende difuminar torticeramente el expolio fiscal a que someten a los catalanes, adelante. Si le apetece recortar inversiones y estado de bienestar a Catalunya, no importa. Si prefiere imponer la promoción y utilización forzosa del castellano a costa del catalán, perfecto. Si desea construir submarinos que no flotan, AVE's sin pasajeros o aeropuertos sin aviones, es su elección. Si quiere ser tolerante y comprensivo con el franquismo, es su problema... Puesto que Catalunya gozará de la independencia más pronto que tarde y lo que haga el Estado español, a los catalanes también nos acabará importando un pimiento. Porque no hará nada de lo anteriormente descrito con nuestros impuestos. Ni con nuestro trabajo. No logrará hurtarnos nuestra esperanza por un futuro de paz y mayor prosperidad. Ya no podrá seguir abusando de los catalanes. Después de conseguirse la libertad de Catalunya... ¡incluso es posible que mejoren las relaciones entre ambas naciones!.






divendres, 4 d’octubre del 2013

DELIRIOS, DISLATES Y DESVARÍOS VARIOS.

Cuando para combatir argumentos políticos de un adversario se utilizan conceptos distorsionados, se exageran las consideraciones y se revisten con unas capas -como si de una cebolla se tratara- de acritud, desdén, mentiras, amenazas y/o agresividad, podemos considerar que quién así actúa desvaría. Es lo que está sucediendo actualmente en el Estado español. Aquellos que debieran aparecer como actores mesurados, honestos, leales y fiables entre el elenco político español, parece que se hallan posesos de un enfermizo delirio que les impide controlar las reacciones -a semejanza de las convulsiones febriles- que causan los anhelos independentistas de muchos catalanes. Rechazan los principios democráticos al hacerlos incompatibles con la legalidad constitucional española; ignoran los fundamentos de la Justicia, contraponiéndolos al derecho del estado; y manipulan las palabras, hasta cambiar su verdadero significado original. Así pues, principios, fundamentos y conceptos ampliamente aceptados por la sociedad adquieren un nuevo y retorcido sentido entre la nomenclatura dirigente española. Lo más destacable es que esta tendencia hacia el disparate se difunde transversalmente en todas las formaciones políticas y a todos los niveles. Desde la extrema derecha, hasta la izquierda más radical. Entre militantes o simpatizantes de a pie, hasta los máximos responsables de cada partido o institución estatal, ya sea pública o privada. Y lo que es más grave, esta enfermedad  que se sale del orden regular y común de la naturaleza, este absoluto delirio, está claramente impulsado y teledirigido por determinados medios de comunicación y destacados opinadores con ínfulas mesiánicas, embriagados por unas inmerecidas auctoritas et potestas usurpadas a la sociedad, antes que controlar o criticar los excesos e injusticias que tan frecuentemente comete el poder institucionalizado. Se trata de la inefable y peligrosa caverna mediática madrileña.

Entre las personalidades que destacan por su delirio anticatalanista figura Jordi Cañas, mano derecha  y puño de hierro de Albert Rivera. El agrio portavoz de Ciudadanos se distingue por la furia que desprenden sus abominaciones contra Catalunya. De sus labios jamás ha salido el mínimo reconocimiento positivo sobre el proceder del gobierno de la Generalitat o de su presidente. Nada de lo que haga o diga Artur Mas es digno de ser considerado como acertado o fruto de la lealtad debida hacia los catalanes. En su opinión, ninguna decisión puede favorecer a Catalunya si no prevalecen los intereses de la hispanidad. La impresión que denotan sus opiniones y las continuas faltas de respeto dispensado al gobierno catalán (al cual no duda en calificar como golpista, autoritario, corrupto, desleal, chantajista, insumiso, inepto, etc.) muestran una persona profundamente resentida, llena de ira, que parece dominada por un masoquista auto-odio y por una incipiente carencia de principios democráticos, aunque no sea consciente de ello. Si además dirige sus juicios y opiniones contra el independentismo, el dislate alcanza proporciones cósmicas. "Artur Mas es el principal instigador de la deriva soberanista de Catalunya". "La sociedad catalana está manipulada por TV3". "El independentismo es la consecuencia de 25 años de escuela en catalán". "En Catalunya no existe libertad de expresión". "Los medios de comunicación catalanes están al servicio y comprados por el poder". "C's sufre el boicot de los medios catalanes". "Los independentistas son golpistas". "Los maestros catalanes adoctrinan en el odio a España a los escolares". "En Catalunya se persigue la lengua castellana"... Estas son algunas de las afirmaciones que, diría con fruición, utilizan desde C's en general y Rivera y Cañas en particular para intentar que los catalanes les votemos masivamente. Para verter sus falacias utilizan todos los medios que pone a su disposición la caverna madrileña. Intereconomía, 13TV, El Mundo, ABC, La Razón, La Gaceta... incluso El País se muestra últimamente dispuesto a brindar gratuitamente sus altavoces a la formación lerrouxista. Estas son algunas de las tribunas en las cuales se explayan C's. Diríase que por las continuas apariciones en prensa, radio y televisión, nos hallamos ante el principal partido político de Catalunya, cuando en realidad alcanzó la sexta posición en las pasadas elecciones al Parlament. Pero... ¡Ailás!. Es lo que conviene al españolismo, con la única intención de mostrar una imagen de Catalunya y los catalanes irreal, distorsionada, falsa, para consumo de los desinformados ciudadanos españoles. Por cierto, todos los medios mencionados están al alcance y disposición de todo aquel catalán (pocos) que los quiera como principal fuente de información, con total libertad y sin restricción de ningún tipo. Y los medios catalanes les otorgan el espacio informativo adecuado, acorde con la representación e incidencia alcanzada por el unionismo lerrouxista que practican. Curiosa forma de impedir la libertad de expresión o de boicotear a una formación política. Parece que C's ha tomado gusto por el victimismo, término que suelen utilizar despectivamente para descalificar las aspiraciones y reivindicaciones catalanas.

Una de las últimas actuaciones de Jordi Cañas ha sido considerar que una propuesta de resolución votada en el Parlament por CiU, ERC, ICV y la CUP es "dar un portazo al diálogo". En la misma se formula una petición al Congreso de España para poder hacer la consulta demandada por los catalanes. Por lo visto, elevar a las Cortes españolas la celebración de un referéndum (que deberá ser negociado y pactado por las partes) es "someter a España a un chantaje político". Además, considera que el proceso catalán "puede llevar a la ruptura no solo de España sino también de la UE". Es lo mismo que afirmar que la salida de Catalunya de la UE (preconizada con entusiasmo por C's y el PP) destruirá la Unión Europea. Entonces... ¿porqué quieren boicotear la continuidad del nuevo estado soberano catalán dentro de la UE?. Si realmente les preocupa el futuro de la Eurozona, ¿porqué no se avienen a negociar lealmente con la Generalitat?.... ¡Nunca!. ¡Jamás!. Prefieren meter miedo no solo a Catalunya. Ahora ni la mismísima UE escapa a sus malos augurios... Además, si se negociara la celebración de un referéndum podría ganar el si a la independencia, lo cual en su opinión es inconstitucional. Lo dicho: un dislate.

¿Que decir de los despropósitos de Bono, Guerra o Belloch?. Tal y como advierte José Bono, debo ser un bobo: "No lo comparto y solo un bobo confundiría mis palabras, pero cuando en Alemania empezó a ser sospechoso ser alemán y a la vez judío, las cosas empezaron a ir mal. Tampoco debe ser sospechoso ser catalán y español". Este es el principal argumento utilizado por este buen socialista español, que como otros muchos continuamente aluden (apelan) al nazismo para asegurar que los catalanes "no tienen derecho a decidir si se independizan de España". Ciertamente, José Bono, ex-ministro de Defensa, sabe de lo que habla pues fué el precursor de celebrar homenajes oficiales a la División Azul (en memoria de su padre), mucho antes que la actual virreina, Maria de los Llanos de LunaPor su parte, Alfonso Guerra es más taimado y tras afirmar que Catalunya "no puede ser independiente", propone que la única solución (para atender las aspiraciones de los catalanes) sería hacer "un proceso constituyente ex novo, abolir la Constitución y hacer otra, y a mí me parece que no está el país para cuentos". Es decir, propone (sin mucha convicción) marear la perdiz indefinidamente para impedir una sencilla y democrática consulta que permita a los catalanes pronunciarse sobre su futuro. En cuanto al alcalde de Zaragoza y ex-ministro socialista, Juan Alberto Belloch prefiere hacer comparaciones entre soberanismo catalán y terrorismo de ETA para desactivar las aspiraciones catalanas. "... la principal reivindicación de ETA durante décadas ha sido la autodeterminación. Por eso han muerto centenares de policías, guardias civiles y gente del PSOE y del PP.... y no cedimos". Así pues, en su opinión, el millón y medio de alborozados y pacíficos catalanes que el pasado 11 de septiembre se encadenaron a favor de la independencia, no son más que unos desalmados terroristas comparables a ETA. Siguiendo el disparatado razonamiento de este ex-ministro socialista, ¿ETA sería también responsable de la posible independencia de Escocia, como lo fué de los países bálticos no hace muchos años?. Por cierto, todos estos destacados dirigentes socialistas pertenecen a un partido que ha abrazado el federalismo como alternativa a la previsible secesión de Catalunya. Ante esta circunstancia, las preguntas se agolpan desordenadamente ante los perplejos e incrédulos ciudadanos catalanes: ¿Qué tipo de federalismo proponen?. ¿Tal vez el federalismo jacobino?. ¿El federalismo unionista?. ¿El españolismo federalizante?. ¿El jacobinismo constitucional?... ¡Un auténtico disparate!.

Tanto C's como el PSOE tienen unos inesperados aliados (además del ignominioso PP) que comparten esta cruzada unionista desatada contra Catalunya por el mundo político nacional-españolista. En efecto, la ultra-derecha española, después de quemar banderas independentistas y recaudar fondos para invadir Catalunya el próximo 12 de Octubre, han recibido las bendiciones de la Fundación Nacional Francisco Franco. Esta institución, que recibe sustanciosos recursos financieros a cuenta de los presupuestos generales del Estado hace un llamamiento a los patriotas, puesto que "los españoles tienen el derecho y el deber de defender España". Me pregunto, ¿no es un insulto a la decencia que la fundación franquista reciba el total apoyo y recursos económicos de aquellos que se vanaglorian de ser demócratas y constitucionalistas a machamartillo?. ¿Existen en Alemania e Italia fundaciones semejantes para rememorar y honrar a Hitler y Mussolini?. ¿Reciben fondos públicos?.... Estamos ante un incomprensible desvarío típicamente español. Y a tanta insensatez se une oportunamente el colegio público Príncipe de Asturias de Quijorna, Comunidad de Madrid. Se ha celebrado un acto de exaltación franquista y nazi en el cual se expusieron todo tipo de símbolos fascistas bajo una pancarta que decía "¡Saludo a Franco!. ¡Arriba España!....¡Y después, desde PP, C's y PSOE dirán que la escuela catalana adoctrina a los niños en el odio a España!. Lo que es seguro es que los colegios catalanes no educan a los alumnos en el amor al franquismo, ni al fascismo o nazismo.... ¡Somos así de raros...!. Y no se diga que este tipo de homenajes son una anécdota, pues las juventudes populares se prodigan en la red saludando brazo en alto y luciendo símbolos ultras, sin el menor recato ni pudor... Solo les falta entonar el viejo himno Cara al Sol...¡Volverán banderas victoriosas...!.

Estos son los desafueros que practica el unionismo nacionalista español. Es transversal, osado, agresivo, peligroso y cada día más poderoso. En un proceso de metástasis, va ocupando todos lo resortes del poder, intenta controlar voluntades políticas, mediáticas y económicas. Sustituye principios democráticos, legitimidad y sentido de Justicia por partitocracia, componendas y el derecho del estado. Entre sus fauces intenta triturar las ilusiones catalanas. El soberanismo catalán es para ellos una especie de catalizador de esencias patrias del pasado que aparentemente fueron superadas con la aprobación de la Constitución, halla por el año 1978. Pero cuando una Carta Magna adquiere la consistencia de una momia, solo es útil para los estudiosos del antiguo Egipto. Para el común de los mortales, las momias son simplemente una curiosidad. Y siempre existe el peligro de que se disuelvan por un simple cambio de temperatura. Antes que se vaporice, los catalanes ejerceremos el derecho a decidir nuestro futuro pacíficamente y en libertad. Las fauces de la bestia se disgregarán a la mínima dentellada. Nuestra fortaleza es la democracia. Nuestras herramientas el pacifismo y las ansias de libertad. La independencia de Catalunya es posible. Y necesaria.

¿Están los ciudadanos españoles dispuestos a renunciar a los principios democráticos atendiendo la imposición de este momificado y tóxico nacionalismo español, obsesionado contra el ejercicio del derecho de autodeterminación de los catalanes?. Perder la democracia a cambio de fascismo más o menos disimulado es un auténtico despropósito. Y la perdida no variará el resultado del envite catalán.