Tengo la percepción de que se está extendiendo una sensación de derrota entre el mundo independentista. Parece como si la rendición, las manos en alto ante el embate del Estado hubiera sustituido la alegría de la libertad e independencia que hasta no hace demasiado tiempo llenaba nuestros corazones, hervía en nuestros cerebros y movía casi todas nuestras acciones.
Creo que esta percepción aun siendo evidente, no es verdadera. Los independentistas no nos hemos rendido ni mucho menos. Lo que ocurre es que los partidos políticos, empujados por líderes miedosos, pusilánimes e incluso políticamente ineficaces, rodeados de varios militantes sectarios del núcleo duro de cada partido haciéndoles la pelota, no han respondido a las expectativas que se esperaba de ellos. Esto vale tanto para Junts, como para las CUP y especialmente para ERC.
Esquerra es la clave del desencanto, todo debe decirse. Por esto me fijo más en ellos. Es la formación independentista supuestamente hegemónica -así se auto consideran-, la más votada, con más escaños -uno más que Junts- y con más representación en las Cortes españolas. Por tanto, su responsabilidad dentro del movimiento soberanista es la más importante, porque son quienes tienen más peso..... en la generación del desencanto independentista.
Este peso -¡en realidad derroche!- que ostentan los republicanos está socavando a todo el movimiento independentista. Controlan y condicionan muchos medios de comunicación públicos o incluso privados. Por tanto, disponen de la atención mediática en Cataluña pero también en España. En Cataluña, magnifican la presidencia, su partido y la labor política que desarrollan. Sin una mínima autocrítica propia ni ningún tipo de crítica sobre los medios que les favorecen tan apasionadamente. En España les adulan para que apoyen al gobierno de Sánchez, para que voten leyes supuestamente de tipo social y para que acepten unos desvaídos acuerdos favorables a Catalunya, negociados a toda prisa entre Gabriel Rufián -portavoz de grupo republicano en el Congreso- y el PSOE, que están más vacíos de contenido que un globo hinchado con aire. Este diputado está más preocupado en caer bien al Gobierno y a PODEMOS y hacer tuits llamativos contrarios a Junts y al Consell de la República que conseguir algo favorable a los intereses de los catalanes. Incluso se permite cultivar la discordia entre las formaciones independentistas dando por buenas las mentiras y acusaciones que el Estado divulga contra Carles Puigdemont y otros independentistas del exilio. En definitiva, Rufián es el paradigma del fracaso de Esquerra Republicana en Madrid.
Despilfarro que también dilapida un Muy Honorable Presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, más dedicado a hacer anuncios grandilocuentes con muchos aspavientos y palabras que no dicen nada que no defender sin tapujos los intereses de los ciudadanos -independentistas o no-, la dignidad de la institución que preside y reclamar el reconocimiento y respeto debido a la nación catalana, obviando que no somos una mera comunidad autónoma más dentro del Estado español. Pero por encima de todo, está incumpliendo el mandato que el pueblo otorgó a su partido cuando obtuvo la mayoría dentro del movimiento independentista. Nada de lo que hace favorece el acercamiento de la independencia mientras se dedica a fortalecer un autonomismo que para si lo hubiera querido el ínclito Duran i Lleida arraigado en el Palace -con pájaro en mano incorporado-, en sus mejores momentos políticos madrileños. El presidente Aragonés, anunciando que quiere ensanchar la base independentista y sentarse en la mesa de diálogo para hablar con los verdugos de la represión, está consiguiendo todo lo contrario de lo que anuncia: ensancha y fortalece la base autonomista mientras aleja y debilita la mayoría independentista....Como parece que quiere que pase un peso pesado dentro del partido, el ex-portavoz en Madrid Joan Tardà. ERC está haciendo más a favor de una hipotética República Española -hoy en día una monarquía impune a corrupciones reales- que por la proclamación de la República Catalana. En cuanto a Oriol Junqueras flaco favor hace al independentismo y a su partido participando en shows televisivos de la mano del friki Mario Vaquerizo, sacando los colores de la vergüenza en las mejillas de todos los que le apoyamos cuando fue injustamente juzgado, condenado, encarcelado y después graciosamente indultado por el rey nuestro señor, Su Majestad Felipe VI..... ¡Esperpéntico!.
En cuanto a Junts y las CUP nunca encuentran el momento adecuado para actuar con la coherencia política que requiere la actual situación que sufre Catalunya. No se atreven a romper la baraja marcada que comparten con ERC..... ¿Por miedo a perder el escaso poder que disfrutan, tal vez?. Las CUP sólo saben hacer asambleas para decidir que las decisiones a tomar las decidirán en una asamblea convocada el próximo fin de semana... No se implican en la gobernanza de país porque es poco de izquierdas o es muy derechas. Nada de lo que propone el gobierno les parece aceptable y critican y amenazan con la ruptura por cualquier decisión que no favorezca la consecución de la revolución pendiente, la cual quedará pendiente para siempre si depende de su asamblea. A las CUP no se puede decir que la culpa la tienen los líderes de la formación porque no los hay. La culpa reside en la pesada dependencia de la asamblea. Son democráticamente impecables y coherentes pero políticamente muy deficientes..... Son ineficaces y lo que es peor: ¡prescindibles!.
Y Junts, a quienes hay que reconocer que mantiene el discurso más pro independentista entre las formaciones catalanas, no disfruta ni de la autoconfianza ni la fuerza necesarias para revertir el callejón sin salida en el que todos juntos han metido en Cataluña y a la independencia. Todo queda en meras palabras sin consecuencias. La búsqueda de la deseada unidad del independentismo la están convirtiendo en la búsqueda del Santo Grial.... Parece que hay intereses contrapuestos dentro de ellos, según qué corriente defienda cuestiones como Olimpiadas 2030 si o no, a favor o contra de la ampliación del aeropuerto, si o no al Consejo de la República o tragarse o no todos los sapos que ofrecen sus compañeros de gobierno. O si Carles Puigdemont debe ser el líder del Consell de la República y de Junts a la vez o debe dejar el cargo de Junts, o del Consell... Estas indecisiones, estas discrepancias internas pero públicas no les permiten tomar las decisiones adecuadas y consecuentes con lo que defienden más que nadie pero también más ineficazmente que los demás: la independencia de Catalunya.
Sólo hay una cosa que puede revitalizar este estado de postración en que se encuentra el independentismo. Una victoria judicial europea del exilio sobre las actuaciones españolas y el afán de judicializar la política y politizar la justicia que ha hecho, está haciendo y seguirá haciendo España, puede causar -¡y causará!- un estrépito no sólo en todas las instituciones del Estado, sino que reiniciará el movimiento independentista con una fuerza y empuje como nunca se ha visto a pesar que actualmente se mantiene en el ralentí.
Y entonces, la gente, los independentistas ahora amodorrados y cabreados, reencontraremos las ganas, la fuerza y el empuje que nos han hurtado unos líderes miedosos, incapaces y prescindibles, así como unos partidos institucionalizados, pesados y acomodados, los cuales han preferido priorizar las luchas cainitas atacándose entre ellos mientras se miran el ombligo y no hacen nada para restablecer la unidad y una hoja de ruta común hacia la libertad, sin malgastar el empuje y la fuerza de la gente que anhelamos la independencia y que les habíamos dado de todo corazón.....
Prescindiremos de todos ellos puesto que no parecen capaces de rectificar.
¡Esta desconfianza se la han ganado a pulso y por lo tanto, se la merecen!.