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dissabte, 31 d’octubre del 2020

UN ESTADO FALLIDO.

Se ha hecho pública la sentencia contra el Mayor Trapero y la cúpula de mando de los Mossos sobre los hechos ocurridos en Cataluña el año 2017. Asimismo, y tal vez no siendo una casualidad, se ha escenificado en el Congreso español la moción de censura impulsada por el partido franquista de extrema derecha VOX contra el gobierno de coalición más progresista de la historia.

Digo que esta coincidencia no resulta casual porque en España se producen estas conjunciones astrales con notable frecuencia. Cuando se quiere ocultar algo que acaba resultando políticamente vergonzoso, o cuestiona y pone en evidencia la aparente solidez institucional y ética del Estado, se muestran las carencias o excesos en el ámbito de la justicia y de la policía, entonces los astros se conjuntan milagrosamente para disimular ante la ciudadanía la realidad, las contradicciones y las miserias de este malogrado Estado. Estas conjunciones, debidamente adobadas con filtraciones interesadas y sesgadas a la prensa del régimen, además de causar vergüenza ajena, también muestran las debilidades y la manifiesta ignominia que exhibe la clase política española, siendo ya imposible esconderlo a ojos de la ciudadanía.

El Mayor Trapero y sus compañeros han sido absueltos de todos los delitos que se les habían imputado. Tengo que confesar que no lo esperaba. La sentencia del Tribunal Supremo dictada contra el gobierno legítimo de la Generalitat, daba por probado que en Cataluña los meses septiembre y octubre de 2017 se produjo una sedición tumultuaria y un golpe de estado, malversación de caudales públicos y desobediencia al Tribunal Constitucional. Por esta razón los presos políticos fueron injusta y duramente condenados a pasar años y más años en prisión. En cambio, según el TOP -Audiència Nacional- ninguno de estos supuestos delitos fueron cometidos por los Mossos, considerados por la fiscalía como conniventes con los líderes políticos independentistas y brazo armado de la rebelión producida aquellos meses en Cataluña. Incluso la sentencia califica de acertadas, adecuadas y proporcionales todas las acciones emprendidas por la policía catalana en el cumplimiento del mandato judicial y critica implícitamente la violenta actuación de la policía española cuando se dedicó a reprimir a porrazos miles de ciudadanos el 1O. Por lo que puede deducirse que Millo, Perez de los Cobos y Baena, responsables de las fuerzas represivas desplegadas en Cataluña, mintieron miserablemente en los atestados aportados ante la fiscalía y en las declaraciones efectuadas ante el juez Marchena. Y que la fiscalía consideró incuestionables e irrefutables, lo que demuestra que afinó las actuaciones para acusar falsamente a los presos políticos ante el Supremo. Por lo tanto, se ha producido una flagrante contradicción legal que pone de manifiesto la escandalosa manipulación que son capaces de hacer jueces, fiscales y policía judicial castellanos cuando actúan contra catalanes inocentes, decentes y honrados, al aplicar la más perniciosa de las venganzas que existen para salvaguardar la sagrada unidad de la patria española, con el agravante de administrar justicia ilegítima contra el independentismo democrático y pacífico que se practica en Cataluña. Y el hecho que millones de catalanes sintamos vergüenza ajena, indignación, rabia y percibimos falta de legitimidad en este estado de derecho fake, esto no hace reflexionar ni conmueve a aquellos que tendrían la obligación de subsanar tanta ignominia acumulada en nombre de la justicia real .....

La publicación de la sentencia absolutoria, previamente filtrada a la prensa antes que notificada a los encausados, coincidió con la moción de censura instada por VOX contra el gobierno Sánchez. Naturalmente, la moción ha sido rechazada por todos los parlamentarios salvo los 52 escaños fascistas. Y la cantidad de insultos, manipulaciones y mentiras vertidas desde el atril por el candidato franquista durante el lamentable espectáculo parlamentario y las respuestas que han dado el resto de grupos políticos, no han servido para tapar la infamia que supone la evidente contradicción producida entre la sentencia dictada en el juicio farsa del Supremo y esta del TOP. Para unos, los meses de septiembre y octubre de 2017 hubo una revolución violenta y se consumó un intento de golpe de estado y para otros no se cometió ningún delito. Querer que un espectáculo esperpéntico en el Congreso español -¡dando aire al fascismo!-, tape las miserias de la justicia castellana -¡o que las miserias tapen el esperpento!-, ha resultado igual que el negocio de Roberto con las cabras: darlo todo para no conseguir nada......

El estado de derecho no existe en el Reino de España. La justicia del Supremo es vergonzosamente injusta, indecente, carente de principios e independencia, rebosante de partidismo y escandalosamente iluminada por el franquismo. La Audiencia Nacional, el antiguo TOP franquista cambiado de nombre, se dedica a perseguir y acusar a implicados vascos en una pelea de bar -en Altsasu- o activistas sociales catalanes por defender la libertad de expresión, de manifestación y la independencia, para así poder juzgarlos como terroristas aunque no lo sean. Siendo como es una instancia judicial inexistente en ningún otro estado democrático europeo. Es una endemoniada y pesada herencia del sistema represivo de la dictadura, a pesar de la sentencia absolutoria dictada a favor de los Mossos. Si no hubo delito -¡y era de dominio público!-, ¿porque se ha hecho pasar por este viacrucis a cuatro inocentes?. Justicia parcial y arbitraria, de partido, dependiente del poder político y políticos manipuladores y cobardes que delegan responsabilidades en la justicia. Jueces que a su vez quieren manipular la política, los parlamentos, que dicen a quién y qué se puede votar o no, que inhabilitan electos manipulando y retorciendo las leyes. Que la JEC -órgano administrativo- impone la inhabilitación de un presidente de la Generalitat vía código penal, que el Tribunal de Cuentas -¡claro ejemplo del más puro y duro nepotismo existente en el mundo mundial!- multa políticos hasta llevarlos a la ruina por malversación sin haberse embolsado ni un solo euro. Que persiguen, juzgan y condenan a miles de catalanes por defender urnas, papeletas y democracia. Políticos que obvian las sugerencias y recomendaciones de los médicos y científicos y toman decisiones partidistas, que ante la pandemia contraponen y priorizan los intereses económicos y políticos por encima de la salud de los ciudadanos. Por no hablar de la corrupción cómodamente instalada en casi todas las instituciones públicas y privadas del Estado o de la impagable labor realizada por determinados medios de comunicación afectos al régimen, esparciendo todas las informaciones filtradas desde las cloacas del estado, especialmente -pero no sólo- los medios madrileños.....

Un estado de derecho en el que una supuesta transición desde la dictadura a la democracia, de la ley a la ley, sirvió para blanquear y normalizar el franquismo, el cual desde entonces tutela y pervierte la democracia. En definitiva, un estado de derecho donde en los años 80 del siglo pasado se enterró pública y definitivamente Montesquieu y la separación de poderes siendo el enterrador oficial la mano derecha de Felipe Gonzalez, el vicepresidente del Gobierno socialista Alfonso Guerra. Un estado, digo, en el cual cada vez los derechos ciudadanos merman y la justicia, la democracia y la libertad se van deshilachando. Donde un golpe de estado presuntamente fallido encabezado por un guardia civil con tricornio incorporado propició una especie de LOAPA político-mental, que sirvió para restringir entonces derechos y principios democráticos y que hoy inspira y marca el acelerado proceso de retroceso democrático que sufre España.....

En definitiva, un estado fallido.

Del cual es mejor salir que no quedarse.....


dimarts, 6 d’octubre del 2020

¡CAÓTICO, ESPERPÉNTICO, "APOSTOFLANTE", INCREIBLE, INACEPTABLE!.

Se ha consumado un nuevo atropello causado por el desprestigiado Tribunal Supremo español. Han dictado sentencia contra el presidente Quim Torra y por lo tanto, y tal como se esperaba y era previsible, ha sido destituido de su cargo por desobedecer a la Junta Electoral Central cuando retiró una pancarta dos días después de los marcados por la Santa Inquisición española. Una pancarta que pedía la libertad de los presos y exiliados políticos y defendía la libertad de expresión.

Le acusaron de desobediencia a la Junta Electoral porque según la sentencia, se trata de una institución de rango superior a la presidencia de la Generalitat y por tanto deben obedecerse todas sus resoluciones, sean o no sensatas o ajustadas a derecho.....

En definitiva, un auténtico caos. Un presidente democrático, elegido por el Parlamento de Cataluña, destituido por un órgano puramente administrativo competente y vigente sólo en periodo electoral y constituido por miembros elegidos por sorteo -insaculación-, los cuales gozan del visto bueno de las principales formaciones políticas del Estado. Por cierto, uno de sus miembros también disfruta particularmente de la plena confianza y se halla en la órbita más cercana alrededor y al servicio del partido Ciudadanos, formación política españolista inflamadamente nacionalista, que casualmente interpuso y atizó las actuaciones contra el presidente de la Generalitat. 

Es decir, una institución partidista, con capacidad para interponer multas, decidió elevar a la categoría de delito penal una supuesta desobediencia que ha acabado con una desproporcionada e ignominiosa pena de inhabilitación por un año y medio y que implica violentar la voluntad política de los electores catalanes, las votaciones de los parlamentarios y el respeto debido a una institución que dicen que es y representa a la máxima autoridad del Estado en Cataluña..... ¡Esperpéntico!.

Una vez más, la judicatura castellana nos ha demostrado inequívocamente el modo y manera de cómo implementar la injusticia para impartir venganza y castigar a personas decentes y honestas por motivaciones estrictamente políticas. ¡Apostoflante!.

La represión no se detiene. Las leyes españolas dan muestras de una perniciosa maleabilidad nunca antes vista en otras tierras auténticamente democráticas del resto del Universo. Los jueces españoles son capaces de hacer chapuceras maravillas con textos legales que deberían servir para impartir justicia y que usan para hacer todo lo contrario. Los fiscales no se quedan atrás en este desbarajuste ilegítimamente legal y afinan y desafinan imputaciones y acusaciones según convenga a los poderes fácticos y la sagrada unidad de la patria. Y la policía patriótica, ya sea la Guardia Civil o la Policía Nacional, se erigen como guardia pretoriana perseguidora de la disidencia política y en el brazo armado ejecutor de estas vergonzosas injusticias, todo ello en nombre de España, Una, Grande y Libre..... ¡Increíble!.

Pasan los años y todo sigue igual que otro tiempo pasado, tan nefasto como es el presente. El Estado español en cada colada pierde una sábana. En este caso, va deshilachando los principios democráticos, la justicia y los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos aceleradamente, sin pausa. No pasó página cuanto tocaba, allá por los años de la mal llamada transición, en que se blanqueo la dictadura oficializando la hegemonía del franquismo. El real Jefe del Estado -heredero directo de Francisco Franco, su mentor-, la judicatura, la fiscalía, el ejército, la policía, la guardia civil y el resto de instituciones de este malogrado Estado, que deberían haber transitado hacia una democracia homologable en Europa y el resto del Mundo, son víctimas de esta posesión infernal, que tanto agrada a las ratas que pululan por las cloacas de este putrefacto Estado. No transitó entonces y hoy estamos pagando las consecuencias. Y lo peor de todo es que los partidos mal llamados constitucionalistas o de ámbito nacional han acabado siendo fagocitados por el tardo-franquismo imperante en esta España inmemorial, la eterna. Una España que siempre lo cambia todo para que todo siga igual. Un Estado en franca descomposición.....

¡Un Estado inaceptable!.

Si no queremos descomponernos con el resto del Estado, Catalunya y los catalanes tendremos que acelerar el paso para huir de este triste final que se vislumbra en el horizonte español. Tendremos que desobedecer más y más las órdenes provenientes de Madrid y de sus corruptas instituciones. Tendremos que dejar de pagar los impuestos a Madrid puesto que los utilizan contra nosotros. Tendremos que dejar de poner la otra mejilla cuando nos aporrean física e intelectualmente. Tendremos que defendernos porque sino nos aniquilaran. Tendremos que dejar de creer que el Estado español puede reformarse puesto que no quieren y además es imposible. Tendremos que aceptar que en España no existe verdadera democracia, ni justicia, ni solidaridad, ni libertad....

Tendremos que implementar la independencia de Cataluña para poder sobrevivir. Puesto que queremos vivir en paz, democracia, justicia, prosperidad y libertad.

O la independencia o al infierno con España, debemos escoger. No hay más.....