La militancia de ERC ha apoyado investir a Illa como presidente de la Generalitat. Ciertamente los resultados han sido notablemente ajustados. El 53% ha votado a favor del candidato socialista mientras que el 44% no lo ha hecho.
Y ahora, ¿qué?.
No me gusta ser ave de mal agüero pero me temo que la travesía del desierto que ha iniciado ERC será tanto o más dura y dramática que el cambio climático que nos acosa a todos. Ponerse en manos de uno de los más acérrimos defensores de la aplicación del artículo 155 en Catalunya no ha sido un acierto. ¡Lo hizo cogido de la mano de PP, C's y otras formaciones hiper nacionalistas españolas con raíces nítidamente nacional católicas!. Porque pese a que los acuerdos suscritos entre PSC y ERC pueden parecer buenos, no dejan de ser plenamente autonómicos. Y, además, muy parecidos a los acuerdos comprometidos entre Rodriguez Zapatero y la ciudadanía catalana. Recordemos lo de "aprobaré el estatuto que apruebe el parlamento catalán". Después Alfonso Guerra pasó el cepillo por encima del texto y el ilegítimo TC de entonces remachó el clavo violentando tanto el articulado como el espíritu que recogía el nuevo estatuto. Parece que los poderes judicial y legislativo españoles tienen la predisposición pertinente para perjudicar cualquier hecho en cuanto a los asuntos que signifiquen un beneficio para Catalunya. Y el ejecutivo lo tiene para incumplir sistemáticamente las promesas hechas a los catalanes para engañarnos como a chinos tantas veces como le dé la gana.
¿Quién detendrá la catalanofobia que ya han manifestado algunos prohombres socialistas contra el supuesto "concierto económico" para Catalunya? ¿Qué no harán PPVOX contra el acuerdo utilizando una vez más la judicatura castellana para hacerlo descarrilar? Y la prensa madrileña y nacionalista española en general, ¿no hará la habitual campaña mediática -¡ya ha empezado!- contra cualquier cuestión que signifique algo bueno para los catalanes?.
Me temo que los militantes republicanos que han votado a favor de Illa lo han hecho más por miedo a las graves consecuencias que acarrea la pérdida de hegemonía política de su partido en el independentismo y no porque fuera bueno para Catalunya. Me da la impresión que han preferido escuchar los cantos de sirena entonados por sus actuales y decadentes líderes, sin percatarse que les han lanzado contra las rocas.
Las motivaciones sectarias estrictamente partidistas de buena parte de la militancia no les han permitido ver el daño que han causado al movimiento independentista de Calalunya. Han acabado rompiendo la unidad conseguida a favor de la independencia, tan necesaria en estos momentos, que pueden acabar poniéndola bajo los cascos de los caballos castellanos.
Tal vez todo ello no significa otra cosa que la mayoría de ERC ha dejado de ser independentista.
¡Pues no!. ¡Los independentistas no nos rendiremos! Y seguiremos haciendo camino con o sin ERC. ¡Y a pesar de ERC!.