A lo largo del proceso emprendido hacia la independencia de Cataluña, aquellos catalanes que la hemos defendido hemos sido insultados despiadadamente y catalogados como "procesistas", radicales, rebeldes, iluminados, revolucionarios, sediciosos, "lazis", "nazionalistas", ir con el lirio en la mano.... Toda una serie de calificativos y definiciones mayoritariamente ofensivas, insultantes o burlonas que podemos atribuir a la prensa afín al régimen, a periodistas cavernarios, a unionistas más o menos ardorosos e incluso a independentistas de poca monta, o aquellos situados en los extremos del movimiento independentista.
En estos momentos también se habla de unas nuevas especies de catalanes independentistas: Los hiperventilados y los que podríamos calificar como sus antónimos, los cuales me atrevo a calificar como hipoventilados.
Los hiperventilados son aquellos que defienden la confrontación con el estado. Se muestran partidarios a no negociar en ningún tipo de mesa con los que consideran son sus verdugos. ¡Quieren la república, ya!. Están dispuestos a combatir políticamente cualquier gobierno de Madrid y cualquier política que signifique marear la perdiz indefinidamente y consolidar, por tanto, el autonomismo por siempre jamás. Creen firmemente que España no es muy democrática y en cambio si excesivamente autoritaria -consideran que es un estado surgido de las entretelas del franquismo-. Un estado que hace trampas, que manipula, maestros de la trilería política y que nunca cumple los compromisos adquiridos. Los hiperventilados son políticamente radicales, tienen prisa en conseguir la independencia, carecen de paciencia y son extremistas que priorizan la independencia por encima de todo. En definitiva, políticamente están muy ventilados y no se están para romances.
En cambio, los hipoventilados son lo contrario. Rehuyen o no les gusta demasiado el viento de la libertad y prefieren estar más a resguardo. Quieren negociarlo todo aunque la otra parte no quiera negociar nada, que no sea el encaje definitivo de una Catalunya autonómica ligada para siempre al Reino de España. Piden ensanchar la base independentista con aquellos que no son independentistas y acaban ensanchando la base unionista. Piden la amnistía y se conforman con el indulto. Prefieren gestionar el día a día autonómico -el pájaro en mano pujolista-, aceptando y obedeciendo las normas y leyes impuestas por el estado. Rehuyen la confrontación política y compran punto por punto el mantra unionista de que no somos suficientes, no tenemos fuerza, hay que negociarlo todo, debemos apoyar los presupuestos del estado y el gobierno de coalición más progresista de la historia, porque si no lo hacemos será sustituido por un gobierno marcadamente conservador conformado por la derecha extrema, es decir el partido popular, apoyado por la extrema derecha, es decir VOX y los nacionalistas españolistas que queden de la morralla de C's.
Como puede verse las dos almas independentistas se hallan diametralmente enfrentadas a causa del camino que debe llevarnos a la ansiada independencia de Catalunya. Unos quieren ir en línea recta y otros quieren dar mil vueltas...
En medio de las dos ventilaciones nos encontramos quienes sencillamente queremos la independencia. Sin matices, sin prisas ni tampoco con pausas. Somos los que estamos dispuestos a culminar el mandato surgido de las urnas el 1 de Octubre de 2017 y que, ahora si, defenderemos la república enconadamente, con lo que haga falta, porque tanto los híper como los hipo y los normalmente ventilados así lo queremos, la deseamos y la conseguiremos, sin aspavientos ni temores de ningún tipo. Los ventilados no creemos en la bonhomía de un estado que nunca nos ha sido favorable ni leal. Sabemos que no van a renunciar a la persecución política, ni judicial, ni policial contra los ciudadanos catalanes que queremos la independencia. Que España nunca reconocerá a un ciudadano catalanohablante los mismos derechos que a un castellanohablante y por tanto nunca dejarán de intentar aniquilar la cultura y lengua catalanas. Que nunca reconocerán el enorme esfuerzo financiero que hacemos todos los catalanes llenando con nuestros impuestos las arcas de un estado que nos devuelve escasas migajas y nos empobrece como pueblo año tras año en aras de una falsa solidaridad interterritorial. Creemos que nunca permitirán que las diferencias políticas entre ambas naciones se sometan al resultado de un referéndum y mucho menos si es de autodeterminación. Que la única negociación que debe hacerse con un estado como el español es cómo y cuánto se convoca el referéndum y la distribución de activos y pasivos estatales entre las dos naciones. Y si no lo permiten ni quieren negociar, sabemos que la única alternativa es la DUI. Si bien las dudas sobre cómo encajarán un resultado favorable a la independencia de la gallina del huevo de oro -¡la última colonia del imperio español!- no se desvanecen, vistos los ejemplos de violencia y debilidad democrática que recoge la historia España. Sin embargo, todos queremos la independencia.
Los hipoventilados corren el riesgo de ahogarse por falta de aire. En cambio, los hiperventilados podrán ser arrastrados por los vientos de libertad y auténtica Justicia que soplan persistentemente dentro del independentismo. Los ventilados, sin miedos, sin hipotecas partidistas, ni sectarismos, ni condicionamientos castradores, somos los que ganaremos la independencia de Catalunya.
La conseguiremos tranquilamente. Más temprano que tarde..... ¡El tiempo lo dirá y confirmará!.
¡Así será!.