Si yo fuera español estaría muy preocupado.....
Desde el inicio de esta especie de farsa que deviene en juicio político, encargado de repartir venganza y ensañamiento contra el independentismo, el Estado español ha reafirmado y redoblado la fustigación sobre los ciudadanos catalanes. Al margen de los hechos verdaderamente ocurridos, de pruebas fehacientes, sesgadas opiniones y sensaciones personales de los testigos de cargo -policías y guardias civil- aleccionados por la fiscalía y el instructor judicial -no podemos obviar las mentiras y exageraciones efectuadas por todos ellos en sede judicial-, así como de las continuas interrupciones y reconvenciones sufridas por las defensas por parte de la presidencia de la sala, del sentido común y la realidad constatable en los centenares de imágenes y vídeos registrados, visionados y exhibidos en todas las televisiones del Mundo pero imposibles de exhibir durante el juicio por la decisión del tribunal presidido por el juez Marchena y que pondrían en evidencia las mentiras y contradicciones de los testigos de la acusación que declaran ante el juez..... ¡Pues bién!. A todas estas arbitrariedades y manipulaciones judiciales se tiene que añadir un renovado incremento de la represión por parte de la policía, la guardia civil y la fiscalía españolas contra catalanes independentistas y soberanistas, electos o no, así como las amenazas e insultos de los partidos que constituyen el trifascisto -PP, C's, VOX- y que se autocalifican como constitucionalistas. Lo último que pretende la fiscalía española es imputar hasta tres delitos a los ciudadanos que han osado denunciar la actuación de la policía y guardia civil durante el 1 de octubre y que sufrieron en sus propias carnes la violencia desatada por las fuerzas represoras españolas. También debemos tener en cuenta la burda censura impuesta por la Junta Electoral y la adulteración y ocultación de las informaciones periodísticas contrarias a los intereses unionistas que practican todos los medios de comunicación españoles, formen parte o no de medios reconocidamente cavernarios.
A cualquier poder o institución de un supuesto estado de derecho son exigibles un comportamiento de acuerdo con los principios Democráticos y de Justicia universalmente aceptados. De acuerdo también con la separación de poderes y de la decencia. De acuerdo con las libertades y derechos humanos individuales y colectivos. No es el caso del Estado español, impermeable a estas exigencias a pesar de blandir altivamente una Constitución aparentemente esmerada con los derechos y principios que recoge su texto pero ineficaz y vaporosa con el uso que de ellas se hace..... Nos encontramos ante lo que ostentosamente proclaman como democracia española y que en otros tiempos reconoceríamos como democracia orgánica o franquista.
Lo que está ocurriendo cuando censuran y persiguen el color amarillo, los lazos solidarios con presos y exiliados independentistas, cuando la Junta Electoral Central también prohibe esteladas y pancartas -¡incluso las más imaginativas, como las que reclaman libertad a los peces pacíficos y similares!- y a la vez conmina y veta a periodistas de medios públicos catalanes si utilizan palabras y conceptos como exiliados, presos políticos, farsa judicial, causa general o juicio político, pues bién, estos hechos que los catalanes venimos padeciendo habrían de preocupar muchísimo y poner en alerta a todos los demócratas españoles. Primero reprimen a los catalanes y posteriormente irán contra los españoles. Hemos pasado de la persecución de raperos y titiriteros a la persecución de colores, palabras y pancartas. Hemos pasado de ejercer la libertad de expresión a encarcelar a quien la practica. Hemos pasado del aporreamiento de ciudadanos que defendían pacíficamente urnas y papeletas, a padecer las provocaciones y el hedor del fascismo adueñado de plazas y calles del país con absoluta impunidad. Hemos pasado de las amenazas, insultos, mentiras y exageraciones de C's, PP y de los comandos Arrimadas en cruzada permanente contra los lazos amarillos, al blanqueo mediático de la formación política de extrema derecha VOX -fascista y a la vez franquista-, que arrastra y decanta otras formaciones -PP y C's- hacia postulados y posicionamientos aún más próximos al franquismo latente que disimuladamente profesan desde siempre. Hemos pasado del arbitrario expolio decretado por el Tribunal de Cuentas sobre los patrimonios particulares de Mas, Ortega, Rigau y Homs -el TSJC no apreció malversación de caudales públicos por la consulta del 9-N pero el Tribunal de Cuentas se los inventó-, a buscar la ruina de los presos y exiliados políticos de ahora por los mismos motivos, el referéndum del 1-O, que aún son inocentes -formalmente no estas sentenciados- a ojos de la decencia procesal pero no a ojos de la indecencia del Tribunal de Cuentas.
El Estado español ha pasado de ser una democracia homologada internacionalmente y supuestamente europeista a ser una especie de tiranía disfrazada de democracia formal con notorias incrustaciones de franquismo sociológico. De un régimen monárquico parlamentario dentro de la Unión Europea a un régimen autoritario encastado a una Unión de estados deshumanizada y debilitada políticamente, en manos de sápatras aparentemente democráticos maniatados y deudores de los poderes financieros y empresariales globales. Los catalanes estamos hartos de tanta hipocresía, de tantas mentiras, de tanta represión. Estamos ansiosos de Libertad, Justicia y Democracia. Pero los españoles parece que no acaban de reaccionar por todo aquello que les caerá encima ya que esto no va con ellos. Incluso hay quien cree que el comportamiento anticatalanista de los poderes y instituciones españolas es legítimo, oportuno y proporcionado. Creen firmemente en el mensaje que cantaba la gente ante los cuarteles de la metrópoli cuando despidieron a las fuerzas expedicionarias desplazadas a la reconquista de la colonia sublevada: "¡a por ellos, oe!". Para muchos españoles esta cantinela continúa plenamente vigente. Y así será hasta la victoria final. Es decir, hasta la aniquilación de los independentistas catalanes. Por este motivo todo vale y todo es justificable contra Catalunya, contra la independencia y contra los catalanes.
No se percatan que cada acto represor fortalece las ansias independentistas. Que sus mentiras, manipulaciones y falta de libertad multiplican nuestros principios democráticos. Que la censura y restricción de la libertad de expresión a la cual pretenden someternos hace aumentar nuestra determinación en la defensa de los derechos humanos, colectivos o individuales y el derecho de autodeterminación que disfrutamos todos los catalanes. Que su policía democrática y sus fiscales afinadores -las ratas que señorean y pululan por las cloacas del Estado-, bajo mando del exministro Fernández Díaz y con el visto bueno de Mariano Rajoy, se han dedicado -¡y aún se dedican!- a fabricar mentiras y dossiers falsos contra los independentistas y adversarios políticos -como PODEMOS- para neutralizarlos, hechos que han impulsado las ansias de independencia de Catalunya a niveles hegemónicos entre los electores catalanes.....
¡Afortunadamente, yo no soy español!.
Aquellos españoles que dentro de un rato -después que el poder se haya cebado con los catalanes- se muestren preocupados y temerosos debido a las pérdidas de libertades y democracia a las cuales el trifascito les quieren someter, con la complicidad del socialismo de pacotilla español, no se preocupen. Los catalanes no les daremos la espalda como ahora hacen ellos con nosotros..... Ni que nos apliquen el artículo 155 de la sagrada Constitución española mil veces. ¡Nosotros sí les ayudaremos!.
Los catalanes si ayudaremos a los españoles a recuperar la democracia y la libertad perdidas. Puede que entonces reclamen una república como la que ya estará plenamente vigente en Catalunya.
Desde el inicio de esta especie de farsa que deviene en juicio político, encargado de repartir venganza y ensañamiento contra el independentismo, el Estado español ha reafirmado y redoblado la fustigación sobre los ciudadanos catalanes. Al margen de los hechos verdaderamente ocurridos, de pruebas fehacientes, sesgadas opiniones y sensaciones personales de los testigos de cargo -policías y guardias civil- aleccionados por la fiscalía y el instructor judicial -no podemos obviar las mentiras y exageraciones efectuadas por todos ellos en sede judicial-, así como de las continuas interrupciones y reconvenciones sufridas por las defensas por parte de la presidencia de la sala, del sentido común y la realidad constatable en los centenares de imágenes y vídeos registrados, visionados y exhibidos en todas las televisiones del Mundo pero imposibles de exhibir durante el juicio por la decisión del tribunal presidido por el juez Marchena y que pondrían en evidencia las mentiras y contradicciones de los testigos de la acusación que declaran ante el juez..... ¡Pues bién!. A todas estas arbitrariedades y manipulaciones judiciales se tiene que añadir un renovado incremento de la represión por parte de la policía, la guardia civil y la fiscalía españolas contra catalanes independentistas y soberanistas, electos o no, así como las amenazas e insultos de los partidos que constituyen el trifascisto -PP, C's, VOX- y que se autocalifican como constitucionalistas. Lo último que pretende la fiscalía española es imputar hasta tres delitos a los ciudadanos que han osado denunciar la actuación de la policía y guardia civil durante el 1 de octubre y que sufrieron en sus propias carnes la violencia desatada por las fuerzas represoras españolas. También debemos tener en cuenta la burda censura impuesta por la Junta Electoral y la adulteración y ocultación de las informaciones periodísticas contrarias a los intereses unionistas que practican todos los medios de comunicación españoles, formen parte o no de medios reconocidamente cavernarios.
A cualquier poder o institución de un supuesto estado de derecho son exigibles un comportamiento de acuerdo con los principios Democráticos y de Justicia universalmente aceptados. De acuerdo también con la separación de poderes y de la decencia. De acuerdo con las libertades y derechos humanos individuales y colectivos. No es el caso del Estado español, impermeable a estas exigencias a pesar de blandir altivamente una Constitución aparentemente esmerada con los derechos y principios que recoge su texto pero ineficaz y vaporosa con el uso que de ellas se hace..... Nos encontramos ante lo que ostentosamente proclaman como democracia española y que en otros tiempos reconoceríamos como democracia orgánica o franquista.
Lo que está ocurriendo cuando censuran y persiguen el color amarillo, los lazos solidarios con presos y exiliados independentistas, cuando la Junta Electoral Central también prohibe esteladas y pancartas -¡incluso las más imaginativas, como las que reclaman libertad a los peces pacíficos y similares!- y a la vez conmina y veta a periodistas de medios públicos catalanes si utilizan palabras y conceptos como exiliados, presos políticos, farsa judicial, causa general o juicio político, pues bién, estos hechos que los catalanes venimos padeciendo habrían de preocupar muchísimo y poner en alerta a todos los demócratas españoles. Primero reprimen a los catalanes y posteriormente irán contra los españoles. Hemos pasado de la persecución de raperos y titiriteros a la persecución de colores, palabras y pancartas. Hemos pasado de ejercer la libertad de expresión a encarcelar a quien la practica. Hemos pasado del aporreamiento de ciudadanos que defendían pacíficamente urnas y papeletas, a padecer las provocaciones y el hedor del fascismo adueñado de plazas y calles del país con absoluta impunidad. Hemos pasado de las amenazas, insultos, mentiras y exageraciones de C's, PP y de los comandos Arrimadas en cruzada permanente contra los lazos amarillos, al blanqueo mediático de la formación política de extrema derecha VOX -fascista y a la vez franquista-, que arrastra y decanta otras formaciones -PP y C's- hacia postulados y posicionamientos aún más próximos al franquismo latente que disimuladamente profesan desde siempre. Hemos pasado del arbitrario expolio decretado por el Tribunal de Cuentas sobre los patrimonios particulares de Mas, Ortega, Rigau y Homs -el TSJC no apreció malversación de caudales públicos por la consulta del 9-N pero el Tribunal de Cuentas se los inventó-, a buscar la ruina de los presos y exiliados políticos de ahora por los mismos motivos, el referéndum del 1-O, que aún son inocentes -formalmente no estas sentenciados- a ojos de la decencia procesal pero no a ojos de la indecencia del Tribunal de Cuentas.
El Estado español ha pasado de ser una democracia homologada internacionalmente y supuestamente europeista a ser una especie de tiranía disfrazada de democracia formal con notorias incrustaciones de franquismo sociológico. De un régimen monárquico parlamentario dentro de la Unión Europea a un régimen autoritario encastado a una Unión de estados deshumanizada y debilitada políticamente, en manos de sápatras aparentemente democráticos maniatados y deudores de los poderes financieros y empresariales globales. Los catalanes estamos hartos de tanta hipocresía, de tantas mentiras, de tanta represión. Estamos ansiosos de Libertad, Justicia y Democracia. Pero los españoles parece que no acaban de reaccionar por todo aquello que les caerá encima ya que esto no va con ellos. Incluso hay quien cree que el comportamiento anticatalanista de los poderes y instituciones españolas es legítimo, oportuno y proporcionado. Creen firmemente en el mensaje que cantaba la gente ante los cuarteles de la metrópoli cuando despidieron a las fuerzas expedicionarias desplazadas a la reconquista de la colonia sublevada: "¡a por ellos, oe!". Para muchos españoles esta cantinela continúa plenamente vigente. Y así será hasta la victoria final. Es decir, hasta la aniquilación de los independentistas catalanes. Por este motivo todo vale y todo es justificable contra Catalunya, contra la independencia y contra los catalanes.
No se percatan que cada acto represor fortalece las ansias independentistas. Que sus mentiras, manipulaciones y falta de libertad multiplican nuestros principios democráticos. Que la censura y restricción de la libertad de expresión a la cual pretenden someternos hace aumentar nuestra determinación en la defensa de los derechos humanos, colectivos o individuales y el derecho de autodeterminación que disfrutamos todos los catalanes. Que su policía democrática y sus fiscales afinadores -las ratas que señorean y pululan por las cloacas del Estado-, bajo mando del exministro Fernández Díaz y con el visto bueno de Mariano Rajoy, se han dedicado -¡y aún se dedican!- a fabricar mentiras y dossiers falsos contra los independentistas y adversarios políticos -como PODEMOS- para neutralizarlos, hechos que han impulsado las ansias de independencia de Catalunya a niveles hegemónicos entre los electores catalanes.....
¡Afortunadamente, yo no soy español!.
Aquellos españoles que dentro de un rato -después que el poder se haya cebado con los catalanes- se muestren preocupados y temerosos debido a las pérdidas de libertades y democracia a las cuales el trifascito les quieren someter, con la complicidad del socialismo de pacotilla español, no se preocupen. Los catalanes no les daremos la espalda como ahora hacen ellos con nosotros..... Ni que nos apliquen el artículo 155 de la sagrada Constitución española mil veces. ¡Nosotros sí les ayudaremos!.
Los catalanes si ayudaremos a los españoles a recuperar la democracia y la libertad perdidas. Puede que entonces reclamen una república como la que ya estará plenamente vigente en Catalunya.